Lo tuvieron casi todo, pero se quedaron con casi nada. O con muy poco. “Injusticia histórica”, es el término que utilizan quienes hoy manejan parte del patrimonio de Los Prisioneros para calificar el derrotero de Los Prisioneros (2003) y Manzana (2004): los dos álbumes que firmaron el epílogo y la muerte del conjunto tras su retorno en el nuevo siglo y que bregaron contra adversidades que impidieron una mejor acogida.
El título homónimo era el primer trabajo de la banda con su formación original en 16 años, acumulando una expectativa lógica tras los dos conciertos repletos de 2001 en el Estadio Nacional. Sin embargo, se concibió entre fricciones internas y diferencias creativas, lo que provocó la salida de Claudio Narea en ese mismo 2003 y la posterior conferencia donde Jorge González arrojó los micrófonos contra el piso cuando le insistían por la partida de su ex compañero. El contexto claramente no fue el mejor para una difusión más formal de sus canciones.
De hecho, sus temas –como los singles Ultra derecha y San Miguel- tuvieron una escasa vida en sus shows y el propio González consideró que el ambiente no era el más idóneo para su promoción. “Claro que el disco podría ser mejor, pero si ese mismo disco lo hubiera sacado una banda nueva, todos se abrían meado en los pantalones diciendo que era una obra maestra. O si ese disco lo hubiera sacado Pettinellis, todos habrían dicho: ¡pero qué vuelco increíble en la carrera!”, contó el músico en el libro Maldito sudaca (2005).
La trama de Manzana fue tanto o más áspera. Sin Narea, Los Prisioneros integraron a Gonzalo Yáñez y Sergio “Coti” Badilla, en un álbum con ambición latinoamericana y que tenía en canciones como El muro -inspirada en las pretensiones norteamericanas de limitar sus fronteras ya en ese entonces- el anhelo explícito de conquistar mercados como México. Pero ahora la crisis discográfica tuvo la última palabra.
Warner Music, la compañía de la banda en esos años, desconoció una serie de acuerdos argumentando bajones financieros y decidió no publicar el trabajo en el extranjero. Incluso la firma determinó cancelar una gira de 14 fechas por EE.UU. cuando los músicos ya habían aterrizado en California; sólo pudieron hacer diez, quedando varias de ellas impagas. Es quizás el disco más inadvertido en la historia de los sanmiguelinos.
Pero como una suerte de revancha, ambos son parte de un rescate del catálogo post 2000 que se viene desarrollando con el grupo; ya están disponibles en digital y CD, y este 17 de agosto aparecerán en vinilos y en el colorido formato picture disc (ver fotos), en un ejercicio inédito para un artista local. Mientras en el primer caso se venderán mil copias, en el segundo sólo habrá un tiraje limitado de 300 unidades numeradas.
Y como se trata de un ajuste de cuentas completo, las versiones en vinilo siguen la tendencia de los últimos lanzamientos: un sonido limpio, claro y bien definido, con todo el arte original, y con canciones olvidadas por los años, pero que vuelven a exhibir el instinto profético de González o la sólida capacidad del grupo para diseñar buenas melodías pop, como la propia Ultra derecha, Concepción, Mami, Canción del trabajo o El otro extranjero (“si ahora que el racismo se pone de frente”, es la frase que inicia el track, para después hablar de los inmigrantes peruanos o argentinos que aterrizan en el país).
En el caso de Manzana, aunque aparecen piezas algo anodinas como ¿Por qué no me dejas?, por otro lado están el pulso anfetamínico de Azota -la versión al español de Whip it, de Devo-, la ácida dedicatoria con víctima clara en Acomodado en el rock and roll y la entrega amorosa de Eres mi hogar o El verdadero sexo. De hecho, esos últimos dos tracks son pura pasión y funcionan como contraparte para entender el lúgubre desamparo que muchos años más tarde cubriría su trabajo en solitario Libro (2013).
En ambos, por el espacio que permite el vinilo, fueron sacadas algunas composiciones, las que saldrán en futuros lanzamientos en el mismo formato. La preventa parte hoy en el sitio planetaprisionero.cl y en tiendas especializadas.