Una multitud grita incesante “¡Yo soy... un revolucionario! ¡Yo soy... un revolucionario!”, aleonada por un joven líder que les pide que repitan después de él. En contraste, un afroamericano presente de rostro compungido recibe antes una oferta escasamente heroica o revolucionaria, que una vez aceptada le permitió librarse de cargos criminales y evitar la cárcel. Ambos son el eje de Judas y el mesías negro, desde ya uno de los títulos que exigen dedicarle atención en 2020.

Programada inicialmente para estrenarse el 21 de este mes en Estados Unidos, la película sufrió cambios en su fecha por la pandemia y recién anoche lanzó su vibrante trailer, anunciando que se verá el próximo año. Antes, a la luz del movimiento Black Lives Matter, el interés en su historia se había redoblado; se aproxima a Fred Hampton, presidente del partido Pantera Negra de Illinois que fue asesinado por el FBI y la policía de Chicago en diciembre de 1969 en su casa, a los 21 años, y que en la pantalla es encarnado por Daniel Kaluuya (¡Huye!).

Como “de manera muy natural” define el cineasta Ryan Coogler la conformación del largometraje, en una charla virtual sobre el filme en la que participó La Tercera. El elogiado director de Creed y Pantera Negra da cuenta del armado de la cinta, distribuida en todo el mundo por Warner Bros. y producida por él, pero nacida como un proyecto personal del realizador Shaka King, a quien se acercó en el Festival de Sundance en 2013.

“Yo estaba con Fruitvale station y él con su debut como director, Newlyweeds, éramos de los pocos negros con una película en el programa, así que nos conocimos y nos hicimos amigos rápidamente”, recuerda Coogler, para luego saltar a un encuentro posterior en que le consultó a su colega: “¿En qué estás trabajando ahora? ‘Estoy trabajando en este proyecto realmente increíble sobre Fred Hampton y este tipo William O’Neal’. Yo no sabía quién era William O’Neal en la historia. Cuando me mostró el proyecto, quedé impresionado”.

Con reminiscencias bíblicas que se hacen evidentes en el título de la película, el relato se dedica a estudiar a Hampton y también a O’Neal (interpretado por LaKeith Stanfield, de la serie Atlanta), quien se infiltró en las filas del partido para entregarle información al FBI y habría sido clave en su posterior muerte, por cierto nunca completamente aclarada.

“William O’Neal era un oportunista”, dice el productor Charles D. King (Sorry to bother you). “Ves el nivel de la complejidad de quién era él y lo que verás en la actuación de LaKeith Stanfield es simplemente extraordinario”, apunta, junto con generar otra reflexión. “Pienso que puede estar relacionado con cosas que incluso vemos hoy, donde las personas están un poco manipuladas por el sistema, y eso es lo que sucedió aquí con O’Neal”.

“Cuando salga esta película, quién sabe cómo será el mundo o cómo será la cultura”, responde Shaka King sobre el impacto de su cinta en tiempos de Black Lives Matter. “Puedes ser Fred o puedes ser William O’Neal, o puedes estar en algún punto intermedio. Observas las elecciones que tomó William O’Neal y cómo influyeron en su vida”, plantea sobre la trama que, según aclara, primero nació por sugerencia de los hermanos comediantes Kenny y Keith Lucas.

Chairman Fred Hampton Jr., el único hijo del mártir afroamericano y consultor del filme, señala que su padre era un revolucionario, pero también alude a otro apunte que podría incluir la película. “Mucha gente pensaba que el partido Pantera Negra solo estaba luchando contra el racismo, pero la realidad era que estaba luchando por el poder”, indica.

Hampton padre es parte de otra cinta en camino, The trial of the Chicago 7 de Aaron Sorkin (que llegará a Netflix en octubre), pero se sitúa un año antes del deceso del líder y no le da el rol protagónico. “Fred Hampton es alguien cuya labor de vida y la historia de su asesinato han sido relevantes desde el día en que sucedieron, y han continuado siendo más importantes con el contexto, pero pienso que el punto de vista de Shaka y cómo él quería contar la historia también eran algo extremadamente relevante”, cierra Coogler.