Una llamada telefónica fue la primera portadora de las noticias que inspiraron una de las canciones más emotivas de Soda Stereo.
Era 1989. La banda que brillaba en Sudamérica, estaba en pleno proceso creativo para su quinto álbum. Una mañana, Lillian Clark llamó a su hijo Gustavo para decirle que su padre, quien llevaba días enfermo, había amanecido peor.
Según registra Juan Morris en la biografía del cantante, al no ver mejoría, Gustavo y su madre decidieron llevar a Juan José Cerati al Hospital Alemán. Allí le dieron algunos medicamentos que aliviaron su malestar por unos días, pero a la semana siguiente, el mal continuó.
Tras realizarse exámenes que derivaron en una cirugía, los médicos descubrieron la causa de su enfermedad: Juan José Cerati tenía cáncer al pulmón y la metástasis ya estaba causando estragos.
Desde aquel diagnóstico, Gustavo visitó con mayor frecuencia la casa de sus padres en Villa Ortúzar. "Las tazas sobre el mantel/ la lluvia derramada /un poco de miel/ un poco de miel/ no basta".
Los primeros versos de "Té para tres" narran aquellas visitas a tomar el té con sus padres en aquellas dolorosas circunstancias. Morris cuenta que después de aquellas conversaciones con sus padres, Gustavo volvía a su residencia en Alcorta y se dedicaba a componer.
De aquellas sesiones de purga del dolor, nació "Té para tres", el retrato de aquellos momentos y el reflejo del sentir de un hijo que pierde a su padre. "Teníamos el último análisis, en el cual habíamos confiado en alguna mejoría", contó Lillian Clark en una entrevista a un canal argentino. "A mí me caían algunas lagrimitas. Eran mi marido, él y yo tomando el té".
"Te vi que llorabas/ te vi que llorabas/ por él/ Té para tres".
Ni el disco, ni mucho menos la banda, eran de absoluta propiedad de Gustavo, pero sus compañero lo acompañaban en su sentir. Juan José fue quien los ayudó a tomar las riendas de su aventura musical sin perder la ruta, y "Té para tres" no podía quedar fuera no solo por la calidad de la composición, también porque expresaba una despedida necesaria.
"Más allá de lo importante que era para el orden económico y administrativo de la banda, el papá de Gustavo era parte de la familia y alguien muy querido por todos", cuenta Zeta Bosio en su autobiografía.
“No hay nada mejor/ no hay nada mejor/ que casa”, dice la canción, y con ella Soda Stereo, pero sobretodo Gustavo, llora y despide a su padre con el mejor homenaje musical que pudo salir de la mano de Cerati.