Las postales de grandes concentraciones de personas instaladas frente al artista de turno, de galerías repletas de carteles y barras luminosas, largas procesiones trasladándose entre múltiples escenarios y ese delirio colectivo que se vive apretujado y codo a codo no sólo parecen parte de un pasado lejano; a medida que transcurren los días de pandemia se vuelven también fantasías de un futuro cada vez más distante.
Mientras la cartelera chilena se expande casi a diario con nuevos anuncios de experimentos virtuales -o con distancia social- que acercan la sensación de reapertura, el regreso de los grandes eventos, en condiciones normales y aforo completo, se complejiza y aleja. Live Nation, la mayor productora de giras del planeta, pronostica el retorno de la actividad en vivo en plena forma para mediados de 2021, mientras los principales festivales del hemisferio norte caen en efecto dominó y se postergan para un año más.
En el caso de los grandes eventos chilenos, este panorama incierto comienza a extremar posturas: esta semana, tal como reveló Culto, los directores ejecutivos de TVN y Canal 13 enviaron una carta formal a la Municipalidad de Viña del Mar pidiendo suspender la edición 2021 del Festival de la Canción, al considerar que no están las condiciones para desarrollarlo. La postura de la alcaldía, eso sí, es seguir adelante con el certamen y evitar su primera cancelación en 60 años de historia, mientras exigen a sus socios “una propuesta concreta, no excusas”.
En el caso de Lollapalooza, el otro gran hito anual de la agenda en vivo del país, ya hay resoluciones entre sus productores. Y una decisión drástica, pero acorde a las inéditas circunstancias que enfrenta la industria: por primera vez desde su debut en 2011 el popular festival creado en EE.UU. no tendrá edición santiaguina en un año, y sus organizadores definen por estos días una nueva fecha para 2021.
“En las condiciones sanitarias actuales la posibilidad de realizar eventos masivos este año no es factible, tanto para el país como para el resto del mundo”, confirman desde Lotus, la productora a cargo del festival del Parque O’Higgins, sepultando la opción de continuar con la fecha de noviembre, el plan B que idearon -junto a sus socios de Brasil y Argentina- tras la suspensión de la cita regional en marzo debido a la pandemia.
Por ahora, mientras barajan la nueva fecha, los organizadores de Lollapalooza trabajan en una fórmula que esperan informar oficialmente en las próximas semanas, junto a una propuesta concreta para las miles de personas que ya compraron su entrada. “Estamos semana a semana analizando la situación, trabajando coordinadamente con los demás países con miras al 2021. Los eventos masivos volverán y estamos trabajando para poder informar al público. Nuestro enfoque principal sigue siendo el bienestar y seguridad del público, artistas, equipo, comunidad y todos los involucrados en la producción de un evento. Son nuestra máxima prioridad”, agregan desde la compañía.
El nuevo cambio en el calendario supone una nueva complejidad para el festival, ya que aún no está claro si los más de cien artistas anunciados para la cita estarán disponibles para venir a Chile en la nueva fecha. La situación de Argentina y Brasil con el Covid-19 también es parte de la ecuación.
“Sin duda es un desafío, la incertidumbre que rodea la situación actual en cada país. Tanto artistas como managements, todo el ecosistema que se desenvuelve en torno a un festival están con toda la energía y ganas de poder volver a tocar y programar giras”, explican desde Lotus.
¿Cómo enfrenta la industria la posibilidad de una temporada sin sus mayores hitos y fuentes de trabajo? “Si Viña se puede realizar en condiciones que los organizadores estimen razonables, claro que es una buena noticia. Es al menos un destello. Pero Chile no puede ir contra la corriente de la situación mundial. Las grandes giras del mundo esperan volver en 2021 y para tener de nuevo una actividad como la conocíamos, o similar, tiene que ser con vacuna”, señala Jorge Ramírez, gerente general de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec).
Patagual online
Viña y Lollapalooza no son los únicos que enfrentan un escenario adverso e inédito. El Festival del Huaso de Olmué, otro emblema de cada verano en el país, define por estos días su futuro inmediato luego de que esta semana ningún canal de TV ofertara por el espectáculo y la municipalidad declarara desierto el llamado a licitación pública del certamen.
“Desde el año 70 a la fecha nunca se ha visto interrumpido el certamen y no queremos que sea esta la ocasión, sabiendo que vivimos una situación sanitaria compleja. Pero estamos manejando alternativas para realizarlo”, asegura a La Tercera el alcalde de Olmué, Jorge Jil, quien cuenta que siguen delineando opciones para enero, luego que TVN decidiera no hacer uso de la cláusula que le permitía extender su contrato para transmitir y organizar el evento por otro período.
“Lo queremos sacar adelante por el arraigo que tiene en la gente, siempre pensando en no más allá de dos días -para que sea sustentable en lo económico-, idealmente en el escenario del Patagual, sin público y adoptando todas las medidas sanitarias”, detalla el alcalde, quien añade que ya se “descartó de plano” la presencia de invitados internacionales, aprovechando que “hay artistas locales que no lo están pasando bien”.