La madrugada del domingo, el guionista Mattson Tomlin (30) usó su cuenta de Twitter para resumir su estado de ánimo: “Qué maldita semana loca”. Unas horas antes The Batman reveló su primer adelanto, disparando las expectativas en torno al debut de Robert Pattinson en el rol que antes encarnaron Michael Keaton y Christian Bale.

Callejero, inquietante y con ecos del cine negro, el teaser da un apronte a cómo se presentará este filme de Bruce Wayne versión 2021 dirigido por Matt Reeves (El planeta de los simios: Confrontación) y coescrito por Tomlin: lejos de ser una figura admirada, el protagonista vive su segundo año como el vigilante enmascarado y persigue una serie de crímenes en Ciudad Gótica, enfrentándose a villanos como El Acertijo (Paul Dano), Gatúbela (Zoë Kravitz) y El Pingüino (Colin Farrell).

Un par de días antes, Tomlin usa otra expresión de entusiasmo en entrevista con Culto. “Es extremadamente surreal”, dice, a propósito del lanzamiento la semana anterior de su primera película como guionista, Proyecto Power en Netflix, que rápidamente escaló entre lo más visto del streaming luego que su guión fuera adquirido por la plataforma en 2017, cuando tenía 27 años y aún no se convertía en uno de los escritores más solicitados de Hollywood.

Jamie Foxx en Proyecto Power. Foto: Skip Bolen/Netflix © 2020

En esta otra historia, dirigida por Henry Joost y Ariel Schulman (Nerve), introduce un concepto creado por él: una pastilla de nombre Power le otorga superpoderes por cinco minutos a quien la toma, pero el resultado puede ir desde obtener fuerza física o ser invisible a la muerte instantánea. Una adolescente de Nueva Orleans que trafica para cuidar de su madre (Dominique Fishback), un exmilitar (Jamie Foxx) y un policía local (Joseph Gordon-Levitt) son los protagonistas de su propia visión sobre los relatos que dominan Hollywood en el siglo XXI y que lo han cautivado, cuenta, desde que era un niño hasta llegar a escribir la nueva película del Hombre Murciélago.

“En la antigua Grecia tenían a los dioses griegos, y siento que hoy, en la sociedad contemporánea, tenemos al superhéroe para contarnos nuestras fábulas. Sabía que quería jugar en ese lugar pero cuando escribí el guión también sabía que Marvel y DC no me contratarían pronto, así que hice algo original”, detalla el también autor de un próximo largometraje sobre Mega Man –junto a los mismos directores de la cinta de Netflix– y de otros proyectos con Paramount Pictures y Seth Rogen.

-Antes sólo hablábamos del estreno que lidera la taquilla en cines, pero ahora también tenemos el ranking del streaming. ¿Qué opina de ese cambio? ¿Puede eso afectar el trabajo de un escritor?

-Realmente no. El objetivo final es el mismo, que es simplemente hacer una buena película. Creo que Netflix ha quitado la presión, especialmente a un filme original como este, porque no está basado en un cómic o un libro, ni es un remake. Muy a menudo, ahora en Hollywood, las películas se juzgan en función de cómo les fue en su primer fin de semana, y con muchas es realmente triste, porque son películas geniales que tardan un poco más en ser descubiertas. Creo que lo bueno de las plataformas de streaming como Netflix es que simplemente quitan esa presión. Por un lado, es irreal que seamos el número uno en tantos países. (Pero) incluso si no lo fuéramos, estaría bien, porque no es que la gente estuviera viendo Proyecto Power y esperando saber cuánto dinero ganó en las primeras 72 horas para decidir si fue un fracaso o un éxito basado en ese número.

-La película tiene acción pero logra ser emotiva. ¿Cuán importante era lograr ese equilibrio?

-Extremadamente importante. Dos de mis principales referentes al escribirla, cuando era solo un guión especulativo (no solicitado por un estudio) que estaba escribiendo en una cafetería, eran Colateral de Michael Mann y el filme de Curtis Hanson sobre Eminem, 8 Mile. Esas películas no son similares, no existen en el mismo mundo. Pero si miras 8 Mile, es sobre el ascenso a la fama de esta persona que se siente realmente pisoteada y encuentra su voz. Esas historias me parecen tan poderosas, casi como una película de deportes, que supe que quería que eso desempeñara un papel. En última instancia me encanta la acción de la película (Proyecto Power) y creo que es una excelente cinta de acción. Pero empiezo a perderme en los filmes de acción si todo lo que estamos viendo es violencia. Realmente busco oportunidades para darle algo de corazón, así que tener el aspecto musical y el personaje de Robin (Dominique Fishback) fue mi forma de lograrlo.

Foxx y Dominique Fishback. Foto: Skip Bolen/Netflix © 2020

-¿Cómo es escribir sobre héroes y superpoderes en el mundo actual y hablar sobre temas que resuenan en la audiencia de hoy?

-Para mí, es inherente al título de Proyecto Power, cuyo nombre original era sólo Power. Estamos viendo, ciertamente en Estados Unidos, pero en todo el mundo, a la gente poniendo en cuestión las estructuras de poder, sean políticas, sociales o económicas, porque existe una sensación real de que no están aquí para ayudar a las personas, se quedan aquí para ayudar al sistema en sí. Siempre he sido fanático de las películas de lucha contra el sistema; Matrix creo que es mi favorita de todos los tiempos. Así que hallé el camino hacia eso con superpoderes y esta idea de que puedes conseguir esta píldora y te puede hacer poderoso. ¿Pero eso realmente te da tu poder o estás encajando en otro sistema? Esos son temas que se sintieron muy ricos y espero que cuando la gente la vea, las reciba como las preguntas más importantes.

-¿Cree que Proyecto Power pueda convertirse en una franquicia?

-Eso espero. Creo que ciertamente hay más por ver de los personajes que conocimos en esta primera película. Al mismo tiempo, creo que la idea de tomar esta píldora que te da superpoderes no es inherente a un género. Es decir, no solo tiene que ser una película de acción. Podrías hacerla como una película de terror, como una historia de amor. Quién sabe qué decidirá Netflix en última instancia, pero espero que realmente podamos hacer algo para construir un universo como un cubo de Rubik de géneros, que es un poco diferente de lo que hacen Marvel y DC.

-La trilogía de Batman de Christopher Nolan tiene bastante de las películas de Michael Mann. ¿A qué se parecerá The Batman?

-Ya veremos. Es difícil hablar de eso en esta etapa porque quieres que la película hable por sí misma. Creo que lo que puedo decir al respecto es que el personaje tiene 81 años, ha existido por mucho tiempo, y si miras esos 81 años de historia ha pasado por generaciones muy oscuras y serias, ha pasado por épocas de ser muy cómico y ligero, y creo que es un testimonio del poder del personaje que pueda ser interpretado de tantas maneras diferentes, por lo que toda la trama consistió en hacerlo de nuevo de una manera que no habíamos visto antes.

-¿Cuán distinto fue desarrollar particularmente un solo villano en Proyecto Power, el que interpreta Rodrigo Santoro, frente a tantos en The Batman?

-Rodrigo, el personaje de Amy Landecker y la organización en sí, la policía y los otros personajes (de Proyecto Power), cualquiera de estas situaciones, ya sea Proyecto Power o Batman, se tratan de obstáculos para estos personajes. Intentas crear un laberinto para ellos con esos obstáculos que parecen imposibles de superar y luego con suerte lo harán, y si no lo logran, si no pueden superar estos obstáculos, entonces estás viendo una tragedia, que es interesante de ver en sí misma. Entonces, cada película es un poco distinta, pero creo que el objetivo es siempre el mismo, simplemente contar una gran historia.

Robert Pattinson en The Batman. Foto: Warner Bros.

-¿Qué tan diferente fue su trabajo con Henry Joost y Ariel Schulman, en comparación al que tuvo junto a Matt Reeves?

-Oh, hombre, son personas muy, muy diferentes. Matt es alguien que está muy concentrado en una especie de objetivo. Pienso en trabajar con él y es tratar de encontrar este punto, que no podemos articular del todo, pero vamos hacia él. Y Henry y Ariel son máquinas de ideas que intentarían todo, son como un cubo de Rubik, esta idea funciona o esa otra idea funciona. Son muy rápidos en incorporar nuevos elementos y se emocionan mucho con lo que tienen delante. Entonces, son solo diferentes mecanismos de cómo funcionan, ninguno es correcto o incorrecto, sin embargo, son experiencias extremadamente diferentes.