Con los teatros cerrados por el Covid-19, los conciertos quedaron en suspenso. Sin embargo, desde el inicio mismo de la pandemia hubo instituciones preocupadas por la continuidad de la creación musical. La Sinfónica de Beijing, por ejemplo, encargó en febrero un poema sinfónico que reflejara el impacto emocional del virus al compositor alemán Enjott Schneider. Se titula Wuhan 2020 y aunque los ensayos partieron en abril, el estreno se concretó hace 10 días, por las oscilaciones sanitarias.
La comisión de obras inspiradas en la crisis ha sido una tendencia internacional; en junio, se estrenaron online diez piezas encargadas por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en el proyecto “Boccaccio”, y Yannick Nezet-Seguin y la célebre Orquesta de Filadelfia estrenaron Seven O’Clock Shout, de Valerie Coleman, alusiva a los puntuales aplausos de los neoyorquinos al personal de la salud.
En julio, el Teatro del Châtelet, en el corazón de París, estrenó una veintena de composiciones en su primer festival digital “Après, demain”, el Festival Bach de Oregon le acaba de encargar a Richard Danielpour una obra de homenaje a las víctimas del Covid-19 que será estrenada online en diciembre, y la Tate Modern está también comisionando a ocho compositores.
Hasta ahora, Chile había estado al margen de la tendencia, pero el Teatro del Lago marca un punto de inflexión con el proyecto “Creaciones bajo contagio”.
“Pensamos en generar un proyecto colaborativo que se pudiera desarrollar a la distancia, de manera que la inspiración tan singular que puede producirse en esta situación tenga como resultado un legado musical que dé cuenta de este momento paradigmático”, explica Cecilia Bravo, directora de Arte & Innovación del Teatro del Lago.
En concreto, convocaron a cinco compositores chilenos a escribir una obra de 10 minutos, y pusieron a su disposición cualquiera de los ensambles que han participado en sus cursos magistrales. Todo el trabajo se realizará online, al igual que el estreno, en diciembre, y además se producirá un disco que estará en plataformas como Spotify.
“Nos encantaría poder tener la experiencia presencial del concierto, estaremos atentos a la viabilidad”, dice Cecilia Bravo, y confirma que el trabajo de los compositores y de los intérpretes, es remunerado: “Buscamos que este proyecto active la situación laboral de los músicos”.
Las comisiones fueron realizadas a Carlos Zamora, Sebastián Errázuriz, Miguel Farías, Fernanda Carrasco y Tamara Miller, quienes decidieron trabajar con conceptos como vulnerabilidad, indiferencia y flexibilidad para construir un relato, cada uno desde su propio lenguaje.
“Soy vecino del Teatro del Lago hace dos años y medio, y me siento muy orgulloso de que estén tomando el tema de las comisiones de obras como algo importante”, comenta Sebastián Errázuriz (44).
El reconocido autor de las óperas Viento Blanco, Gloria y Papelucho asegura que “es una tremenda noticia, y espero que genere un efecto en cadena. Ahora que los teatros están cerrados, se hace evidente que son más parecidos a un museo que a organismos vivos vinculados a la creación contemporánea; están de brazos cruzados, transmitiendo, con nostalgia, videos de cuando funcionaban bien. En cambio, el Teatro del Lago decidió hacerse cargo de qué es lo que se puede hacer en estas circunstancias”.
Errázuriz cuenta que una de sus inspiraciones será Gastón Soublette, pues “ha sido un punto de referencia desde el estallido social y durante la pandemia, tengo mi libreta de apuntes llena de frases suyas hablando de esta crisis”.
También la compositora Fernanda Carrasco (35), cofundadora del colectivo Resonancia Femenina, percibe que la crisis tiene un punto de inflexión en el estallido social. “La pandemia develó lo que mucha gente estaba diciendo en las calles, fue como levantar la alfombra y ver qué había abajo”, apunta desde Valparaíso. Compondrá una pieza para cuarteto de cuerdas a partir de la reflexión sobre “la pregunta de qué es lo que trasciende, qué cambia en uno y en la sociedad con esta situación”.
Desde Dresde, Tamara Miller (27), también canalizará en su partitura una cuestión social y ética que ha gatillado la pandemia. “Viví la cuarentena en Alemania y me quedé con un sentimiento de frustración y de injusticia. El enfoque dramático siempre estuvo en Italia y España, y cuando el virus atacó a Brasil y Estados Unidos de forma muy trágica, pareció que a nadie le importara”, reflexiona la compositora. “Algunas personas se transformaron en monstruos egoístas, con una indiferencia muy individualista. Me gustaría que la gente abra los ojos: no podemos seguir comportándonos así como humanidad”, agrega.
Miller aplaude, además, al Teatro del Lago: “Me alegra mucho que se esté abriendo a la música contemporánea al hacer un proyecto con compositores vivos”.
Zurita y Storni
Dos de los cinco compositores convocados incluirán la voz en su instrumentación y trabajarán con textos poéticos. Carlos Zamora (52), el autor más interpretado en nuestro país, eligió Letanías de la Tierra Muerta de Alfonsina Storni. “Me pareció apropiado, en esta cuestión apocalíptica. Es como una especie de réquiem, con luto y con la vida que sigue adelante”, comenta desde York, en Inglaterra.
Zamora se enfocará en el concepto de vulnerabilidad, revela, “porque me siento vulnerable, en lo personal y en lo profesional, creo que como todo el mundo”.
Textos de La Vida Nueva, de Raúl Zurita, fueron elegidos por el compositor Miguel Farías (36), autor de las óperas Renca, París y Liendres y El Cristo de Elqui y profesor del Instituto de Música UC. “Tomé el concepto de vértigo, por la dimensión exponencial del contagio y por el vértigo de escribir el espacio del cual habla Zurita”, detalla. Trabajará con la soprano Yaritza Véliz y un ensamble de flauta, piano, violonchelo y electrónica.
“Este proyecto está súper bien pensado desde el Teatro del Lago, adaptándose a la tecnología, de manera que se pueda escribir e interpretar a la distancia una obra, y estrenarla online. No están tratando de reemplazar una situación de concierto en vivo, sino haciendo un aporte. Están resolviendo de buena manera una situación compleja”, cierra Miguel Farías.