Este lunes, a través de la plataforma Zoom y con transmisión simultánea a través de Facebook, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio dio a conocer al vigésimo octava ganadora del máximo reconocimiento que otorga el Estado a un músico, en virtud de la “excelencia y creatividad” de su obra y “su aporte trascendente a la cultura nacional y al desarrollo del saber y de las artes”.
Es la séptima vez en 75 años de historia, que el premio recae en un intérprete y no un compositor. Miryam Singer recibirá cerca de $ 22 millones y una pensión vitalicia de 20 UTM.
Miryam Singer es académica del Instituto de Música de la Universidad Católica. Desde 2010 es la directora de Artes y Cultura de la Vicerrectoría de Investigación. Como parte de su proyecto de fomento y desarrollo de las artes en la Universidad Católica, ha diseñado y producido el festival de arte Artifica la UC, que lleva óperas, conciertos y teatro al aire libre. Además, dicta el Taller de Ópera en el Instituto de Música UC.
Este año, por primera vez hubo mayoría de músicos en el jurado, pues finalmente se implementó la reforma legal de 2018 que sumó a un especialista elegido a través de una convocatoria pública del Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Así, el jurado lo integraron los compositores Juan Allende Blin, el último galardonado, y Andrés Maupoint, por la Academia Chilena de Bellas Artes, la ministra de las Culturas Consuelo Valdés y los rectores Ennio Vivaldi, de la U. de Chile y Alirio Bórquez, de la U. Católica de Temuco, además de uno de los dos especialistas elegidos en forma participativa: Carmen Luisa Letelier, Premio Nacional de Música 2010. Se excusó, por enfermedad, Rodomiro Huanca, cantor y lakita de Socoroma.
El nombre de Miryam Singer se impuso a una decena de candidatos, entre ellos Alejandro Guarello, Luis Orlandini, Guillermo Riffo, Isabel Parra, Horacio Salinas, Roberto Bravo, Patricio Manns y Cecilia Pantoja.
Soprano, arquitecto y regisseur, Miryam Singer estudió canto en la Universidad de Chile con Clara Oyuela y se perfeccionó en el extranjero. Debutó en Chile en 1984 con el maestro Juan Pablo Izquierdo, y cantó con numerosos directores relevantes, tanto a nivel local como internacional.
En sus 25 años de carrera, interpretó numerosos roles en la ópera, entre ellos Despina y Fiordiligi en Cosí fan tutte de Mozart; Violetta en La Traviata de Verdi; Adina en L’elisir d’amore de Donizetti; Rosalinda en Die Fledermaus de Johann Strauss hijo, Alice en Falstaff de Verdi, Woglinde, en la Tetralogía El Anillo del Nibelungo de Wagner y Musetta en La Bohéme de Puccini.
También tiene una extensa trayectoria como solista en obras sinfónicas y obras sinfónico corales, como las Misa de Réquiem de Mozart, de Brahms, de Verdi y de Britten; los oratorios El Mesías, Salomon y Baltazar, de G.F. Haendel y Las Campanas de Sergei Rachmaninov. Cantó Misas de Mozart, Haydn y otros compositores del siglo XIX. Además de obras de los Premios Nacionales Alfonso Letelier, Juan Orrego Salas y Carlos Riesco.
En paralelo, desde 1995 inició una carrera como directora, diseñadora de escenografía y vestuario de ópera, con un repertorio muy variado, desde Cosi fan tutte, Las bodas de Figaro, La flauta mágica, de Mozart, y Le Convenienze ed inconvenienze teatrali, de Gaetano Donizetti; La viuda alegre de Franz Léhar; La jolie parfumeuse, de Jacques Offenbach; Pierrot Lunaire de Arnold Schoenberg, La Historia del Soldado de Igor Stravinsky, y el debut en Chile del Orfeo de Claudio Monteverdi, a 400 años de su composición.
Ha desarrollado numerosos proyectos para masificar la ópera, con montajes al aire libre. Y también conciertos masivos en lugares como el Atrio de Santiago, en la Plaza de Armas de Santiago, así como producciones itinerantes. Ha realizado óperas para el Teatro Municipal de Santiago, el Teatro de la Universidad de Chile, el Teatro Municipal de Las Condes, el Teatro SODRE de Montevideo, la Sala de la Jerusalem Academy of Music and Dance, y varios teatros de Chile, desde Iquique a Punta Arenas.
Su trabajo ha permitido que más de 50 mil personas hayan visto una ópera en forma totalmente gratuita, a lo largo de todo Chile.