La apuesta subterránea de Gonzalo Mardones para el MAC
El arquitecto afirma que su proyecto de 30 millones de dólares despertó interés en el Presidente Piñera. Además de solucionar el déficit de espacio del MAC y del Bellas Artes, duplicaría el tamaño del Parque Forestal.
Un espacio amplio, luminoso y sumergido. A la extensa lista de ideas e iniciativas que se han presentado a lo largo de los años para que tanto el Museo Nacional de Bellas Artes como el Museo de Arte Contemporáneo dispongan de un sitio acorde con sus actividades y acervos, en lugar de compartir el Palacio de Bellas Artes, se suma este nuevo proyecto.
Se trata de una propuesta liderada por el arquitecto Gonzalo Mardones y que consiste en una construcción subterránea en el Parque Forestal. La idea parece haber tomado fuerza en los últimos días y se la presentaron incluso a Sebastián Piñera.
“El Presidente vio el proyecto la semana pasada, y se interesó”, cuenta a La Tercera Gonzalo Mardones. “Pero llevamos un año trabajando en esto, desde el estallido social, en octubre”, agrega.
El proyecto lo apoyan, entre otros, el coleccionista y paisajista Álvaro Covacevich, la museóloga Soledad del Río, el coleccionista Carlos Cruz, y los empresarios Roberto Durán, Jorge Errázuriz y Pedro Buttazzoni.
La propuesta es un edificio soterrado de 5 pisos y 7 mil metros cuadrados, frente al Museo Nacional de Bellas Artes. “En el proyecto, el MAC está donde debe estar, sin ocupar nada de parque. Es 100% soterrado, y es un cubo de luz, con patios de luz por todos los lados”, detalla Mardones.
Las imágenes del proyecto, que han circulado en los últimos días, han generado también críticas, que Mardones no duda en responder. “La gente en Twitter que, ácida, reclama que se está usando el parque, no ha visto lo que es el proyecto. ¡El proyecto es multiplicar por dos el parque!”, dice.
Porque la iniciativa, además de un museo subterráneo, incluye la ampliación del parque hasta el río Mapocho, tal como era originalmente, y hacia el poniente hasta la Estación Mapocho, en una primera etapa. “Se elimina la Costanera, y se crean 1,2 kilómetros de parque para los niños, la gente, las bicicletas y la cultura, y se duplica la cantidad de árboles”.
La segunda etapa, en tanto, sería extenderlo hacia el oriente, reuniéndolo con los parques Japonés y Providencia. “Se elimina también la Costanera, porque hay que recuperar la ciudad para el peatón. El auto fue el protagonista del siglo XX. Las personas y los árboles son los protagonistas de la ciudad en el siglo XXI”, dice.
“Estos parques de Santiago dan el largo, pero ahora hay que dar el ancho. Tenemos que dar el ancho alguna vez”, remarca.
El análisis en rectoría
Hace unos días, el arquitecto y su equipo les presentaron la iniciativa al prorector de la Universidad de Chile, Alejandro Jofré; al decano de la Facultad de Artes, Fernando Carrasco, y al director del MAC, Francisco Brugnoli, en una reunión virtual donde también estuvo el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno.
Francisco Brugnoli revela que “el ministro Moreno mostró un entusiasmo inmediato”. El director del MAC asegura que “el proyecto gusta bastante en la universidad. A mí me gusta como arquitectura y creo que ganan todos: el Museo de Bellas Artes con una buena vista y nosotros con un proyecto atractivo instalado en un lugar público muy bonito. Espero que salgamos adelante”. Destaca, además, que la idea incluye una propuesta de financiamiento y gestión futura.
Con un costo cercano a los US$ 30 millones, la inversión sería tripartirta: la Universidad de Chile, el Estado y concesiones de estacionamientos y servicios como cafeterías, restaurantes y un teatro para 450 personas.
Gonzalo Mardones confirma que la próxima semana ingresarán el proyecto al MOP esperando que sea declarado de interés público. Explica que, al ser una iniciativa privada, si logra esa declaratoria “se pueden financiar los proyectos y las 14 especialidades” requeridas.
Si la universidad aprueba el proyecto, indica, “el Estado le estaría comprando el MAC actual para que aporte esas platas y pase a estar enterrado en la zona poniente. Entonces gana el Bellas Artes, que aumenta su capacidad, y gana el MAC, que no tiene salas apropiadas, ni altura, talleres ni depósitos. Esto tiene talleres, restoranes, café, o sea, hay todo un mundo urbano debajo de la calle José Miguel de la Barra”.
No obstante, aún quedan negociaciones pendientes. Desde la Universidad de Chile aclaran que la casa de estudios “nunca ha puesto sobre la mesa la venta del MAC y tampoco ningún bien patrimonial”. Igualmente, que no han pensado en trasladarse por completo del Palacio de Bellas Artes: “En todas las conversaciones se ha manifestado una cohabitación MAC - Bellas Artes”.
Desde Casa Central, además, especifican que “este proyecto no ha sido encargado por la Universidad de Chile. Es una de varias interesantes propuestas que nos han llegado, motivadas por potenciar al MAC y su quehacer”, y que en rectoría y Facultad de Artes analizan “las distintas opciones y su respectiva viabilidad”.
En la práctica, aún sigue en estudio otro proyecto desarrollado por la Facultad de Arquitectura de la U. de Chile y que también es una construcción soterrada entre el GAM y la Torre de la Unctad.
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