Enola es un nombre poco común, pero no por ello carente de sentido, ya que al revés dice “alone” -sola-. Un dato a partir del cual Nancy Springer tejió toda la premisa de Las aventuras de Enola Holmes, por allá en 2006.
Es una de las tantas adaptaciones a los escritos originales de Sherlock Holmes, salidos de la mente de Sir Arthur Conan Doyle a finales del siglo XIX. Claro que esta vez no es el afamado detective el protagonista, sino su hermana de 16 años.
La serie de seis libros dirigidos a un público juvenil, relata los diversos casos que Enola investiga y posteriormente resuelve, mientras en simultáneo busca a su madre desaparecida y se esfuerza por demostrar a sus hermanos Sherlock y Mycroft -y a un mundo conservador y machista- que ella es capaz de mucho más que solo bordar y reírse con recato.
14 años después, los estudios Warner Bros, decidieron adaptar las novelas de Springer y convertirlas en una película protagonizada por Millie Bobby Brown (Stranger Things) como Enola, Henry Cavill (Superman) como Sherlock y Helena Bonham Carter interpretando a la madre de los Holmes.
Sin embargo, la pandemia de coronavirus llevó a que Warner llegara a un acuerdo con Netflix para que el servicio de streaming estuviera a cargo de la distribución. Parecía el trato perfecto, más considerando que la estrella del filme saltó a la fama con una de las producciones insignes de la gran N.
Disponible desde el 23 de septiembre en la plataforma, Enola Holmes es una película colorida, fresca y divertida que, si bien tiene sus imperfecciones, es una adaptación con una actriz carismática, ritmo ágil, y una temática ad hoc a los tiempos actuales.
La película de una hora y media de duración, presenta como premisa la misma trama del primer libro Las aventuras de Enola Holmes: la joven -que hace más de una década vive sola con su madre en la mansión Ferndell Hall-, despierta y descubre que su progenitora desapareció.
La menor de los Holmes se reencuentra con sus hermanos mayores -Mycroft y Sherlock-, quienes acuden a la casa familiar para resolver el misterio de su madre y tutelar a su hermanita.
Desde un comienzo se plantea la lucha de Enola contra un sociedad marcada por costumbres conservadoras y machistas que consideran que una educación apropiada para una mujer es que sepa bordar, reírse recatadamente, bailar, cantar, tocar un instrumento, y lo básico para ser “un ángel del hogar”, que le permita conseguir marido. Lecciones que distan radicalmente de lo enseñado por su madre Eudoria, quien le impartió Jiu Jitsu, arco y flecha, juegos de palabras, ajedrez y la lectura obligatoria de “todos los libros de la casa”.
Claramente esto desagrada al ultra tradicional y moderado Mycroft, el mayor de los Holmes -que trabaja para el gobierno-, quien se empecina en enviar a su hermana inmediatamente a un internado para señoritas. Si bien Sherlock menciona que Enola “parece ser inteligente”, realmente no interviene en el destino de su hermana y se remite a obedecer las órdenes de Mycroft: encontrar a su madre.
La interpretación de Henry Cavill como Sherlock no es particularmente destacable, no por falencia del actor, sino porque su rol dentro de la historia pasa a un plano más bien accesorio. Lo que está bien considerando que la protagonista es Enola y su viaje de crecimiento, autodescubrimiento y profundización en el vínculo madre hija.
Sobre el gran misterio a resolver, Helena Bonham Carter se luce como la madre de este peculiar trío, pero sin ser la mera progenitora de niños prodigio. Ella es astuta y revolucionaria por sí sola, lo que se muestra en el repaso de antecedentes que realiza Enola, recordando reuniones secretas con otras mujeres, entrenamiento de defensa y explosivos experimentos.
Todo en el marco de una importante decisión en el Palacio del Parlamento: si se debe o no incorporar el voto femenino. Lamentablemente, esta línea argumental es más bien dejada de lado conforme avanza la cinta.
Como la trama no podía ser tan “simple”, al objetivo inicial de Enola se suma otro obstáculo: en el tren que la llevaría a Londres conoce a un joven Marqués, a quien intentan asesinar. Si bien la joven detective intenta desligarse de él, sus caminos se entrelazarán por la contingencia a nivel nacional, así como sus dramas personales.
Enola Holmes, la más reciente producción estrenada por Netflix, destaca por la actuación de Millie Bobby Brown -quien sobresale notablemente en comparación con su rol en Stranger Things-, con una cantidad impresionante de diálogo y el constante recurso de “romper la cuarta pared”.
Es innegable la presencia de guiños a otras adaptaciones contemporáneas. Sherlock de BBC sobre todo, la que incorporó a una hermana perdida de los Holmes en su cuarta temporada -claro que bajo el nombre Eurus-, y la mención a un complot en medio de una importante votación en el parlamento -episodio 1, temporada 3-.
El nivel de producción en cuanto a ambientación y estética dista de la paleta de colores más bien lúgubre que se tiende a dar al Londres de la era victoriana, recordando incluso a las cintas de Wes Anderson. Y sus escenas breves, saltos temporales y diálogos directos, conforman un relato dinámico.
Si bien no es primera vez que las historias de Sherlock Holmes dan fuerza a las mujeres y su lucha -recordemos a la icónica Irene Adler, y el episodio especial de Sherlock, La novia abominable-; Enola es una versión refrescante de las aventuras detectivescas que debutaron en la revista Strand en el lejano 1878.