A diez días del alevoso robo cometido en el Museo de Cañete, están operando todos los protocolos para recuperar las piezas y el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (SNPC) le pidió al Consejo de Defensa del Estado que presente una querella.
Pero, además, hay algo que los asaltantes no podrán hacer: ninguna de las 114 piezas de platería, textiles y líticas que sustrajeron podrá ser comercializada en Estados Unidos, gracias a un histórico acuerdo suscrito entre ambos países.
Mañana entra en vigencia el Convenio contra el Tráfico Ilícito de Patrimonio Arqueológico que firmaron Chile y EE.UU., y su efecto es inmediato. “Si no hay una autorización expresa del país de origen, en este caso, de Chile, que permita la salida de una pieza arqueológica, el país receptor está obligado a devolver al país de origen las piezas detectadas en su territorio”, explica Emilio de la Cerda, subsecretario del Patrimonio.
“Estados Unidos es uno de los mercados más grandes de compra de piezas arqueológicas, muchas de ellas obtenidas por la vía del tráfico ilícito”, apunta.
El histórico convenio bilateral permite implementar la Convención de la Unesco contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales de 1970, que Chile ratificó en 2014, pues concilia las legislaciones de ambos países. El memorándum de entendimiento, puntualiza De la Cerda, “se refiere a las piezas arqueológicas, principalmente cerámicas, líticas, metales y textiles, que estén datadas desde el 31 mil a.C. hasta 250 años antes del presente”.
Con una duración inicial de cinco años, el acuerdo se revalidará si hay voluntad de las partes. “Perú, por ejemplo, firmó un convenio equivalente con Estados Unidos en 1997, y lo ha renovado ya cuatro veces. Por la vía de ese memorándum, se contabilizan 2.000 piezas que han retornado a Perú desde 1997 a la fecha”, cuenta el subsecretario del Patrimonio.
“Tomando sólo algunos ejemplos uno puede ver que esta herramienta es efectiva y que las devoluciones desde el mercado norteamericano son significativas. Por ejemplo, en el caso de Egipto, el año pasado se regresó desde Estados Unidos un ataúd de oro de la época de los faraones, restos momificados y piezas de arte; habían salido ‘a la mala’ en la Primavera Árabe de 2011”, relata De la Cerda. El sarcófago estaba en el Met de Nueva York.
Por un acuerdo similar, 350 piezas fueron repatriadas a China el año pasado, y 40 a Colombia en 2018.
“Este convenio bilateral es un paso clave en el esfuerzo por resguardar el patrimonio cultural, que da forma e identidad a nuestro país y sus comunidades”, destaca la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés. “El patrimonio arqueológico es huella y testimonio. Al separarlo de su contexto se pierde para siempre la oportunidad de un conocimiento más profundo”, agrega.
Saqueo de tumbas
La ministra Valdés, junto a Alex Geiger, del Ministerio de Relaciones Exteriores, y Richard Glenn, encargado de Negocios de la Embajada de EE.UU., encabezarán a las 11.00 h de hoy un seminario sobre los alcances del convenio. La sesión se transmitirá en el canal de YouTube del SNPC, y participarán expertos como Lina Nagel, coordinadora del combate contra el Tráfico Ilícito de Bienes Patrimoniales del SNPC, y Allison Davis, directora del Comité Asesor del Centro de Propiedad Cultural del Departamento de Estado de EE.UU.
Davis vino al país el año pasado; se reunió con la Mesa de Tráfico Ilícito y visitó sitios huaqueados en Arica. “Me impresionó la belleza y la diversidad de los objetos elaborados por las antiguas comunidades de Chile”, comenta. “Este acuerdo otorga herramientas para poder repatriar la propiedad arqueológica traficada desde Chile, y crea conciencia dentro de Estados Unidos sobre el daño causado al patrimonio debido a la sustracción de objetos desde sitios arqueológicos. Esperamos ver un aumento en el material devuelto a Chile desde EE.UU.”, agrega.
Aunque no existen estimaciones oficiales del volumen de piezas arqueológicas que salen ilegalmente de Chile, según la Brigada de Delitos contra el Medioambiente y el Patrimonio Cultural (Bidema) de la PDI, se han decomisado 24 mil piezas paleontológicas y arqueológicas entre 2010 y 2017. Aduanas, en tanto, confirma que 1.785 piezas patrimoniales han sido incautadas desde 2013 a 2020.
Emilio de la Cerda indica que el principal origen en Chile de los bienes traficados es “el huaqueo, el saqueo de tumbas del norte, que se ha logrado reducir, pero sigue existiendo”.
El subsecretario del Patrimonio es enfático en dimensionar este comercio prohibido: “Hay estudios que dan cuenta de que este tráfico ilícito viene a la saga de los delitos de drogas y tráfico de armas. Es un problema brutal que muchas veces queda escondido detrás de mitos como la idea del coleccionista como alguien que viene a salvar las piezas y que los Estados no se hacen cargo bien de su patrimonio. El caso (de Raúl) Schüler demuestra que es un mito: la demanda que pone el Consejo de Defensa del Estado es por daño a monumento nacional que estaba en su propiedad. Esto es un ilícito brutal que daña a los pueblos y a las comunidades que le asignan valor al patrimonio. Y eso hay que combatirlo”.