Cuando Dan Brown (56) era un niño, en su casa no había televisión. Pasaba varias horas del día leyendo libros y tocando el piano. Aunque su inclinación era la música. Su madre era profesora de dicho instrumento y organista de una iglesia. Al crecer, empezó su admiración por compositores clásicos como Bach, Tchaikovsky y Béla Bartók.

Estudió composición musical en el Amherst College, Massachusetts. Después de graduarse, se preguntó si quería ser novelista o músico. La segunda opción le pareció “mucho más divertida”, según dijo a The New York Times.

Se mudó a Los Ángeles, Estados Unidos, y se unió a la Academia Nacional de Compositores. Cuando comenzaba la década de los 90, logró un contrato para producir un álbum de “material de piano contemporáneo para adultos”, intentando imitar a referentes como Elton John y Billy Joel.

El proyecto lo tituló simplemente Dan Brown.

—Hice un disco que compraron unas tres personas —declaró al medio norteamericano—, justo cuando empezaba la locura del rap. Mi timing fue horrible.

Dan Brown

Un giro narrativo

Tras el fracaso en la música, se detuvo la búsqueda por seguir una carrera cerca de los instrumentos y partituras. Así que se enfocó en la escritura y, en 1998, publicó su primer libro, La fortaleza digital. Inició un camino ascendente como escritor best seller, el cual tuvo su cumbre en la publicación del Código de Da Vinci (2003), historia que tenía como hilo central un supuesto hijo en común entre Jesús y María Magdalena.

Actualmente, con siete libros publicados ha vendido más de 234 millones de copias, lo que le ha traído ingresos millonarios en las dos últimas décadas.

Sus aspiraciones musicales permanecieron congeladas; al menos en lo público, porque ya tenía proyectos guardados.

Pero hace tres años, en 2017, cuando Brown se encontraba en Shanghai, China, promoviendo su novela más reciente, Origen, le preguntaron en la televisión sobre un proyecto viejo, que parecía olvidado. El presentador del programa expuso una copia de un disco para niños que el autor de Ángeles y demonios compuso años atrás.

—Estoy aquí para hablar de Origen —respondía Brown, según recordó con el Times.

Sin embargo, la pregunta sobre su faceta musical se hizo recurrente. Y empezó a tomar forma la chance de crear algo que mezclase música y escritura. Su editores de China y Estados Unidos le preguntaron por el proyecto y se mostraron interesados.

Dan Brown se puso en contacto con el productor Bob Lord, director ejecutivo de la productora PARMA Recordings, a quien conocía hace años. El escritor viajó a Croacia para trabajar con la orquesta Filarmónica de Zagreb, donde se grabaron las composiciones del proyecto; el propio autor participó en afinar la interpretación.

Dan Brown

La confluencia

El pasado 1 de septiembre, el escritor lanzó el libro infantil La sintonía de los animales, el cual mezcla la escritura con la música.

En un video publicado por Editorial Planeta, Brown luce sentado, con una camisa y un chaleco azul, junto a un piano y con un parlante al fondo. Aquí comienza a explicar que este nuevo libro, —ilustrado por Susan Batori— se trata de un ratón director de orquesta, quien también guía la historia.

El maestro roedor organiza un concierto en el que participan todos sus amigos animales, entre ellos una enorme ballena azul, un avestruz ansiosa y desinhibidos jabalíes. Cada especie, además de tocar un instrumento, aporta una lección al joven lector; por ejemplo, las ranas enseñan a “ser uno mismo”.

Aquí entran las composiciones grabadas en Zagreb. Para cada protagonista, el autor compuso una pieza musical que resalta la principal cualidad de cada personaje, completando en total 21 temas. Con una aplicación disponible para teléfonos, cada melodía se reproduce al poner la cámara del dispositivo sobre la respectiva página del libro, volviendo la lectura en una experiencia multisensorial.

“La sinfonía de los animales se convierte en una fiesta inmersiva para los ojos, los oídos y la mente: todo al mismo tiempo”, asegura el autor.

El libro también tiene una serie de pistas y asertivos, siguiendo el sello enigmático y retorcido que el autor ha mostrado en sus siete libros anteriores.

Así, con esta reciente publicación, Brown devela una pasión que durante años estuvo oculta en el ámbito público. De hecho, en una entrevista telemática con el Times, el escritor expuso una especie de habitación secreta que tiene en su casa (New Hampshire), la cual se expone al oprimir la esquina de una pintura en la que aparece una mujer victoriana con un jardín de fondo: el cuadro resulta ser también una puerta de acceso a su estudio de grabación. Como si fuese la trama de un nuevo best seller escrito por el estadounidense.

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