Radiohead y Shynola: los videos que dieron forma al extraño arte de Kid A
En el 2000, la banda británica contrató a un grupo emergente de artistas y animadores para realizar pequeñas piezas audiovisuales, conocidas como blips, para romper con las formas de la industria y promocionar de otra manera sus canciones. “Fue un honor ser parte de eso”, recordaron en el taller.
Fue un 2 de octubre cuando la banda inglesa, Radiohead, lanzó su cuarto disco de estudio, Kid A. En un comienzo el álbum obtuvo opiniones dispares. La revista británica Mojo expresó: “Kid A es simplemente terrible”. Pitchfork, en cambio, la calificó con el histórico puntaje: 10/10. Mientras que la opinión en The New York Times fue más mesurada: “Solo el tiempo dirá, pero ahora mismo Kid A parece ser un largo y sobreanalizado error”.
Y efectivamente el tiempo habló: las opiniones se unificaron y el cuarto disco de Radiohead se consolidó tanto en la crítica como en el público; Rolling Stone lo calificó como el mejor disco de la década.
Cuatro mentes, sus computadores y un cassette
Con Kid A, la banda decidió desligarse del éxito de su trabajo anterior, OK Computer (1997). Los ingleses cambiaron la instrumentación protagonizada por tres guitarras para dar prioridad a mayor variedad de instrumentos, implementaron la utilización de sintetizadores y drum machines, y las letras se volvieron más minimalistas y algo más oscuras.
Pero Radiohead también hizo otra apuesta. En vez de lanzar videoclips promocionales convencionales, en medio de la era MTV, contrataron los servicios del estudio de arte británico, Shynola. Este grupo de artistas digitales realizaron una serie de blips, o breves piezas audiovisuales que reproducen parte de una canción y, como fondo, animaciones interpretativas del tema.
En Shynola, recordaron ese encargo a través de su cuenta de Instagram: “Fue un honor ser parte de eso, un disco tan hermoso del que nunca nos cansamos”.
Hasta hoy les cuesta creer que hayan confiado en su estudio de arte. Eran solo cuatro sujetos —Jason Groves, Richard Kenworthy, Chris Harding y Gideon Baws— que vivían en un piso en el barrio londinense de Muswell Hill. Sus computadores habían sido construidos por ellos mismos, en sus dormitorios, y se conectaban a Internet por un cable que atravesaba el pasillo, metidos entre medio de diversas figuritas de Star Wars. Sus escritorios lucían cubiertos por mantos de papeles desordenados con ideas.
En ese mismo departamento, dentro de un maletín, se les entregó un demo de Kid A en formato cassette. Lo escucharon, asombrados, en el equipo de reproducción de cuatro pistas que tenía Chris Harding.
Junto a ellos, Stanley Donwood, autor del arte tan característico de los discos de Radiohead, se unió al trabajo. Fueron jornadas intensas. Un día los visitó, bebieron alcohol hasta la madrugada y Donwood se quedó dormido en una de las camas.
“Hola, soy Thom Yorke”
Radiohead no les dio ninguna instrucción en particular, sino que total libertad. “Se nos permitió elegir cualquier parte de cualquier canción”, recuerdan en Shynola, y pudieron trabajar con las animaciones que su creatividad les entregara. Al final, hicieron más de veinte blips.
En una entrevista para el programa The New Music (2002), Richard “Kenny” Kenworthy recordó cuando terminaron los blips y los fueron a entregar ellos mismos al estudio. Radiohead era una de sus bandas favoritas, contó el animador con una taza de Kiss en la mano, por lo que estaban nerviosos.
Después, sonó el teléfono en el departamento y “Kenny” contestó:
—¿Puedo hablar con “Kenny”? —dijo una voz.
—Hola, sí —contestó él.
—Hola, soy Thom Yorke.
—¡Hola! —respondió el integrante de Shynola, con voz chillona.
“Kenny”, emocionado, se tapó la cara al recordar el momento.
El resultado de sus blips había dejado satisfecha a la banda.
Una de estas piezas audiovisuales tiene a la canción “Motion Picture Soundtrack” como protagonista: solo suenan las notas de un teclado, despacio, vibrando, a un paso de distorsionarse por completo. Hay una cordillera de montañas puntiagudas, totalmente cubiertas de hielo; al fondo, un cielo apocalíptico, que parece hecho de lava y que trepita con la música. Al final, cientos de cubos rojos empiezan a invadir la escena. Son apenas treinta y cinco segundos de video.
Romper con la tradición
Al año siguiente, la banda británica les encargó el videoclip animado de “Pyramid Song”, primer sencillo de Amnesiac (2001). Con los años Shynola, también ha creado material audiovisual para otros artistas como Beck, Blur y Coldplay; aunque también han incursionado en comerciales para Nike, Honda y Sony.
Cuando ya han pasado dos décadas del lanzamiento de Kid A, en Shynola no olvidan qué pensaron cuando Radiohead les hizo ese famoso primer encargo
—La idea era no hacer lo que todos los demás estaban haciendo.
Había una sinergia entre ambas partes: una sola búsqueda por romper con la tradición.
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