La premisa de La maldición de Bly Minor es más o menos similar a muchas historias universales de terror. Una joven llega a trabajar a una gran mansión alejada de la ciudad, y poco a poco descubre que aquella maravillosa oferta laboral, esconde más de una trampa.
En 2018, Netflix estrenó La maldición de Hill House, una serie de horror sobrenatural creada por Mike Flanagan a partir de la novela homónima de Shirley Jackson. Un relato de finales de los 50, que se ambienta en el verano de 1992, cuando Hugh y Olivia Crane se mudan a la mansión de Hill House junto a sus cinco hijos para que Olivia la remodele y luego la vendan.
Sin embargo, durante su estadía experimentan diversos eventos paranormales que resultan en una tragedia y la posterior huída de la casa. 26 años después, los hermanos se reúnen a propósito de otra catástrofe y comienzan a repasar cómo afectó sus vidas la estadía en Hill House.
A dos años del debut de aquella serie protagonizada por Carla Gugino como Olivia Crane, el personaje regresa en un relato en el que se desempeña como narradora de un misterio denominado La maldición de Bly Minor.
Tanto Hill House como Bly Minor fueron creadas por Mike Flanagan con la producción y difusión de Netflix, y pertenecen a la misma saga. Pero ojo, que Bly Minor no es una secuela de Hill House, ya que cuentan relatos independientes entre sí, ambientados en otras épocas, otras casas y con nuevos personajes -aunque se repiten varios actores-.
De hecho, mientras La maldición de Hill House se basa en el libro de Shirley Jackson, Bly Minor es una adaptación libre de Otra vuelta de tuerca -novela de Henry James-, con elementos de The romance of certain old clothes y The Jolly Corner, ambas pertenecientes también a James.
Ambientada en Inglaterra en la década de los 80, La maldición de Bly Minor cuenta con nueve episodios -estrenados el 9 de octubre en Netflix-, protagonizados por Victoria Pedretti (Nell Crain en Hill House).
Pedretti interpreta a Danielle Clayton, una joven profesora estadounidense residiendo en Londres, que postula al trabajo de docente-en-casa para un niño de 10 años -Miles- y una niña de 8 años -Flora-. Si bien Danielle pregunta a su empleador “cuál es el truco”, considerando que es una oferta que suena demasiado bien como para que esté disponible tanto tiempo, decide tomarla de todas formas.
Al conocer a Miles y Flora, se da cuenta poco a poco de que la descripción de “niños excepcionales” es bastante subjetiva, pero interpreta el comportamiento peculiar de sus nuevos estudiantes a partir de los traumáticos eventos que vivieron: sus padres murieron dos años atrás, y la pequeña Flora encontró el cadáver de su profesora anterior -la señorita Rebecca Jessell- flotando en el lago-.
No es solo el trauma lo que afecta a Miles y Flora, es también el ambiente turbio y los secretos que oculta la mansión de Bly Minor.
Rankeada con una calificación de 85% por el sitio especializado Rotten Tomatoes, La Maldición de Bly Minor tiene opiniones divididas en la prensa internacional, ya que mientras Rolling Stone le da 3.5 estrellas, The Guardian solo le confiere 2.
La vara es alta para esta nueva entrega de Netflix, más considerando que el mismo Stephen King expresó en su libro Danza Macabra (1981) que La Maldición de Hill House de Shirley Jackson y Otra vuelta de tuerca de Henry James “son las únicas dos grandes novelas sobrenaturales de los últimos 100 años”.
Según Alan Sepinwall, crítico especializado de Rolling Stone, “la serie tiene dos misterios entrelazados: lo que le sucedió a Dani y lo que está sucediendo en Bly Manor. Durante un tiempo, los dos se entrelazan de una manera satisfactoria, lo que hace que la historia se sienta más densa de lo que finalmente es. Una vez que se resuelve uno de ellos, en un punto relativamente temprano, la temporada puede comenzar a sentirse acolchada”.
Si bien Sepinwall considera que el final es “un epílogo al estilo El Señor de los Anillos", alaba la capacidad de Mike Flanagan de hacer un buen ambiente. "La sensación de pavor y confusión en toda la casa es palpable. (...) Esta no es una serie destinada a ser vista mientras se ve Instagram, o se perderá las muchas cosas perturbadoras que aparecen en segundo plano durante medio segundo o dos. Y muchos de los momentos más extraños provienen de los efectos más simples, como la mano de una mujer desconocida deslizándose fríamente en el marco sin explicación mientras Dani está conversando con Flora, para colocar un dedo en la frente de la adorable niña”.
Desde The Guardian, en tanto, la crítica Lucy Mangan no pareció disfrutar mucho de la nueva entrega de la gran N. “Parece que Bly Minor decidió prescindir de la necesidad de conmociones, horror, trama, repartir información a intervalos regulares y tener un guión decente”, comienza su reseña.
“No hay propulsión, no se acumula la sensación de peligro, cualquier temor momentáneo tiene mucho tiempo para disiparse. Es un embrujo muy relajante. No es horror. Lo único aterrador son los acentos y el idioma”, añade Mangan, para luego rematar diciendo: “Si todo lo que te apetece es un poco de atmósfera relativamente sin trama, disfruta de tu tiempo en Bly Manor”.
Desde la revista Time, la crítica da otro giro al asegurar que “el fantasma real es la desigualdad”. ¿Por qué? “La incomodidad mutua que separa a los ricos ausentes de los pobres olvidados (o blancos de negros, o directamente de queer) es donde comienza el problema. Y este aspecto de la serie es cualquier cosa menos una versión del siglo XXI de un texto del siglo XIX. Flanagan no es el primero en ver en la novela de James una metáfora del daño causado por la desigualdad; él simplemente medita sobre ese tema”, postula Judy Berman.
“En 2020, ahí es donde radica la historia más destacada. Bly Manor eventualmente se convierte en una revisión convincente, pero solo cuando comienza a mover a Dani y sus compañeros hacia la salida”, concluyó la crítica.
Si bien Vulture deja en claro que Bly Minor no le llega a los talones a Hill House, asegura que que “es una forma valiosa de perderse en los pliegues del horror” en esta época. “Sus nueve episodios se mueven rápidamente, llevados por un estado de ánimo oscurecido y un manejo seguro del tono. La caracterización es tan aguda como un pinchazo, y la actuación es especialmente fuerte, aunque con algunas salvedades. En momentos, el programa demuestra ser genuinamente desconcertante, usando su inteligencia emocional expansiva para fundamentar su horror. Pero solo en momentos. Desafortunadamente, Bly Manor carece de la precisión y el ingenio de su predecesor”.
Sin embargo, luego sentencia: “Bly Manor es en última instancia una excursión frustrante porque es tan evidente cuando se acerca a la grandeza y luego se queda corta debido a una trama descuidada, una falta de voluntad para llevar el horror más allá de sus confines, un enfoque tibio de las tensiones de clase dentro de la mansión y bromas rancias”, dice especificando los “chistes” respecto a la incapacidad de los estadounidenses de hacer una buena taza de té.
Por su parte, en The Verge hicieron una crítica más benevolente, pero sin estar en desacuerdo con sus colegas. “El seguimiento de Hill House probablemente no es lo que muchos esperan. En lugar de ofrecer más de lo mismo, cuenta un tipo diferente de historia de fantasmas. Aquí, los secretos son más importantes que los sustos”, concluye.
Tanto La maldición de Hill House (2018) como La Maldición de Bly Minor (2020) están disponibles en Netflix.