Ben Wheatley (48) cuenta que ha visto algunas veces Rebecca (1940), de Alfred Hitchcock, y que lo volvió a hacer en el último par de años, pero con fines muy específicos y alejados de una admiración que a muchos les podría nublar la creatividad propia ante el desafío de hacer su propia adaptación. “Para asegurarnos de que en nuestra película no hubiese nada que fuera del filme de Hitchcock que no estuviera en el libro”, explica por videollamada a Culto.
Luego, al momento de hablar de su acercamiento a la novela gótica de la inglesa Daphne du Maurier –publicada dos años antes de la cinta del maestro británico que marcó su debut en EE.UU. y que ganó el Oscar a Mejor película–, el realizador se detiene en un punto a su favor. “La mayor parte del público de esta (cinta) probablemente no la ha visto”, dice en relación al clásico de hace ocho décadas, y cómo se recibirá desde hoy en Netflix su nuevo largometraje.
Con Lily James (Cenicienta) y Armie Hammer (Llámame por tu nombre) en los roles principales, Wheatley aborda desde su óptica el romance en Mónaco entre una chica de origen modesto y un adinerado viudo británico que carga con la tragedia. Este, Maxim de Winter, se convierte en su esposo y la arrastra físicamente a Manderley, una enorme e intimidante mansión en la costa inglesa, y psicológicamente hasta Rebecca, su antigua mujer, omnipresente pese a su muerte.
“El libro en sí es el recuerdo de un sueño”, señala el director, que declara su fascinación por “ese tipo de idea con la que luchamos hoy, qué es verdad y qué es real, y cómo procesas esas cosas y entonces tienes que pensar de dónde y cuándo vinieron. ¿Crees en Maxim de Winter? ¿Crees lo que afirma sobre la muerte de Rebecca? ¿Crees en lo que sea que diga Mrs. de Winter?”.
Quizás una de las decisiones más fundamentales de la versión 2020 de Rebecca está en quiénes se ponen en la piel de los personajes que encarnaron dos leyendas como Laurence Olivier y Joan Fontaine.
El mismo cineasta profundiza en lo crucial que era acertar en el casting de los protagonistas. “Quería asegurarme de que la historia de amor y la idea de que se sintieran enamorados fuera realmente fuerte al principio”, indica. “Si no lo crees al comienzo, si de alguna manera no piensas que ellos coinciden, entonces realmente no te involucrarás en el resto de la película”.
“Armie parece el tipo de ídolo de matinée de los 1940, pero luego, de acuerdo a su arco, ves que se desmorona y se cae en pedazos, y de la misma manera, el de Lily James se levanta. Entonces, para ella, necesitabas este tipo de sentimiento de simpatía”, detalla el director.
Ecléctico entre los géneros que se mueve frente a cada nuevo trabajo, del drama criminal (Down Terrace) a la acción con comedia negra (Free fire) y la distopía (High-rise, con Tom Hiddleston, que está en Netflix), Wheatley se aproxima a su interpretación de Rebecca en múltiples registros, tal vez con menos carga de suspenso que Hitchcock –punto que ha marcado las críticas mixtas que ha recibido hasta ahora–, pero abarcando una parte más amplia del material original.
“La primera adaptación deja afuera gran parte del libro. Debido a las restricciones de cómo podían retratar el crimen, no pudieron mostrar el hecho de que Maxim de Winter mató a su esposa y se salió con la suya, lo que cambia por completo la historia y realmente la rompe, para ser honesto. La oportunidad de lograr hacer una película que fuera una especie de versión más directa del libro fue lo que me interesó”, resume Wheatley.
De Rebecca y desafiar al mismo Alfred Hitchcock, el cineasta británico saltará a dirigir su primera superproducción, en una secuela de Tomb Raider, con la sueca Alicia Vikander repitiendo en el rol principal, pero antes filmó en tiempo récord una cinta de terror inspirada por la crisis del Covid, sobre la que por ahora prefiere mantener el misterio.
El largometraje, dice, es su manera de responder a “cómo lidiar con la pandemia sin hacer películas directamente sobre ella”. “Habrá un momento, que será post pandemia para todos, con suerte, en el que todos seremos diferentes. Somos diferentes ahora, lo seremos más en un año”, asegura.