La noche que Jean-Claude Van Damme remeció Viva El Lunes
Era 1997 y el programa de Canal 13 tuvo como invitado al actor belga, quien acaparó la atención del público y los animadores. Habló de los inicios actorales y de cómo grababa películas de acción sin usar dobles. “Los Ángeles es como una enorme jungle: no tiene corazón”, declaró sobre sus días en California.
Entró al escenario lanzando besos al público, con lentes oscuros y una chaqueta de cuero. Jean-Claude Van Damme era uno de los actores de acción más famosos del momento, quien protagonizó Bloodsport (1988) y Street Fighter: La última batalla (1994).
En esos años, Viva el lunes, programa de Canal 13 que se emitió entre 1995 y 2001, era un espacio al que asistían todo tipo de invitados connotados, desde las cantantes Xuxa y Celia Cruz, pasando por el exfutbolista Diego Armando Maradona, las actrices Salma Hayek y Sophia Loren (ganadora de dos premios Oscar), y las supermodelos Cindy Crawford y Claudia Schiffer.
Era verano, la gente gritaba y, apenas Van Damme se sento frente a los animadores —Cecilia Bolocco, Kike Morandé y Álvaro Salas—, se giró hacia las graderías.
—¡¿Cómo está?! —preguntó al público en un tarzanesco español, mientras se quitaba las gafas.
El belga intentaba expresarse con una mezcla de castellano, inglés, francés e italiano; palabras que acompañaba con ilustrativos gestos de sus manos. La producción puso subtítulos para que los espectadores entendieran lo que decía Van Damme.
Cuando le pidieron que describiera qué le pareció lo que conoció de Santiago, Van Damme respondió que “había mucha vegetación” y que tenía “una hermosa arquitectura”; la comparó con las construcciones de su país natal, Bélgica, “fuertes y sólidas”, dijo.
Masajista en un taxi
“When me bambino”, empezó a relatar el protagonista de Kickboxer (1989) sobre su infancia: era un niño tímido, delgado, con grandes anteojos y que hablaba con dificultad. Por eso empezó a practicar karate a los once años: para ser más fuerte física y mentalmente. Luego mencionó que a los dieciséis partió con clases de ballet, para aumentar su flexibilidad. “Eso me dio más plasticidad en las películas”, explicó.
Mientras hablaba, era atentamente escuchado por los demás invitados como la animadora Karla Constant, el actor Guido Vecchiola y el fallecido piloto de rally Carlo De Gavardo.
Antes de viajar a Estados Unidos, el belga fue a Hong Kong, donde probó —sin suerte— entrar en la industria cinematográfica. Luego, a los veinte, volvió a reunir dinero para migrar a Los Ángeles, California, y ahí estuvo seis años intentando hacer una película.
—Oiga, colega —dijo el humorista Álvaro Salas—, ¿cómo fueron tus primeros años en Estados Unidos?
—Muy dificultosos —respondió, mientras con sus brazos gesticulaba como si remara en un bote, con mucho esfuerzo—, Los Ángeles es como una enorme jungle. No tiene corazón.
Contó que durante cinco años sobrevivió de manera ilegal, sin visa de trabajo, como taxista, masajista y entrenador deportivo.
—¿Pero cómo hacía masajes en el taxi? —fue el chiste que hizo Salas, y que Van Damme no pareció comprender del todo.
“Blancanieves”
Más adelante en el programa, mostraron algunas escenas de acción de la película Hard Target (1993). El protagonista de la cinta, encarnado por Van Damme, va en una moto y apoya sus pies sobre el asiento para quedar con sus manos libres y disparar a sus enemigos. Luego proyectaron el momento en que el personaje salta desde un puente al vagón de un tren.
Después, el belga comentó al panel que él evitaba usar dobles en los rodajes; de hecho, por eso le gustaba que sus películas usaran cámara lenta, para dejar en evidencia que era realmente él quien estaba en la pantalla.
Álvaro Salas le preguntó si había actores que hicieran ellos mismos las escenas peligrosas, sin dobles:
—Yes, I know una persona —respondió Van Damme—... Blancanieves.
Luego, tras mostrar una escena de Double Team (1997) —película que protagoniza con Mickey Rourke y el exbasquetbolista Denis Rodman—, el actor se puso de pie junto a otro invitado del programa, el espigado animador Arturo “Kiwi” Walden, y Van Damme intercambió algunos golpes (falsos) con el chileno.
Luego ambos hicieron una reverencia de artes marciales.
Van Damme estuvo dos días en Chile y su aparición en Viva el lunes duró casi treinta minutos. Antes de irse del programa dijo (en inglés):
—Quiero decir algo —Miró al público del programa—: por esta gente, porque ellos son así, yo soy famoso. Sin ellos no sería nada. Muchas gracias.
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