Un metro 88 de carisma, acento escocés impenetrable y versatilidad autodidacta. Sean Connery, hijo de una mujer de la limpieza y de un obrero de una fábrica de caucho, fue en el mapa artístico británico la antípoda de los gloriosos Sir Laurence Olivier y Sir John Gilegud, hijos de la tradición teatral inglesa. Por el contrario, el futuro Bond al servicio de su Majestad, respondió a la suerte del talento innato y a su capacidad para ser encantador y colosal al mismo tiempo. Lo declararon Sir, como Olivier, pero antes que ser un buen vasallo estaba en realidad al servicio del cine.

Doctor No (1962)
Goldfinger (1964)
El hombre que quería ser rey (1975)
El nombre de la Rosa (1986)
Highlander (1986)
Los Intocables (1987)
Indiana Jones y la última cruzada (1989)