Benjamín Walker: “Soy una persona que ha tenido privilegios y ahí venía un pudor de no hablar de ciertas cosas”
Uno de los artistas más ascendentes e inquietos de la escena local estuvo en Sesiones íntimas de Culto y habló de Octubre, su reciente tema inspirado en el estallido social. Ve aquí el video completo, donde también interpretó tres canciones.
“Lo pasé mal. Lo pasé muy mal”. Pocos conceptos tan breves -sobre todo expresados dos veces y recalcados en su intensidad- resultan más elocuentes para admitir un estado de ánimo cuesta arriba.
Benjamín Walker (28) los utiliza para describir su 2020, alterado como para todo el mundo debido a la pandemia, pero que en su caso significó un freno de mano a una trayectoria acostumbrada en el último lustro a los viajes, una activa agenda de shows, las colaboraciones y el paso por instancias subrayadas como hito (nominado a los Grammy Latinos en 2018, segundo lugar en la Competencia folclórica de Viña un año después).
“Yo soy súper ansioso y tenía todo el año armado. Literal”, define el artista, responsable de adherir un lenguaje más pop y melódico a la cantautoría local, ayer en diálogo con el programa Sesiones íntimas de Culto, de La Tercera.
Luego sigue: “Sabía lo que iba a hacer cada mes; por ejemplo, venía España, quería apretar mi relación con México, iba como caballito de carrera, muy concentrado en que eso pasara. Y aquí vino la lección: me frustré tanto, y era tal mi nivel de ansiedad y de no saber cómo lidiar con algo que se me iba de las manos, que me di cuenta que tenía pocas herramientas para disfrutar el presente. Son conclusiones a las que me vi obligado a llegar: era eso o era pasarlo mucho peor de lo que lo estaba pasando. Pero sin ir más lejos, esa ansiedad la terminé convirtiendo en otra cosa”.
En efecto, Walker es uno de los músicos nacionales que pese al paréntesis ha arrojado mayores novedades creativas. En mayo lanzó “Brotes (florecen)”, álbum de canciones acústicas, grabado el año pasado con distintos representantes de la canción hispanoamericana más joven (Natisú, David Aguilar, Loli Molina); luego vino “Mal”, el proyecto que lo unió al dúo Yorka y Natisú, compañeras de casa durante el confinamiento; y hace poco “Octubre”, su propia mirada al estallido social un año después, composición interpretada con las argentinas Perotá Chingó.
“Brotes (florecen) fue un adelanto a este modus operandi de la pandemia: muy casero. La cuarentena ha hecho un filtro de crudeza”, califica.
Si el álbum “Brotes” tuvo como esencia la austeridad, “Octubre” posee un ardor político más directo que, según él, nunca antes había estado presente en una carrera inaugurada en 2014. “Con esa canción he logrado superar un umbral que me costaba pasar, que era hablar más de la guata, decir más descarnadamente todo”.
“La compuse después del estallido y me ayudó a romper una barrera. Siempre me ha costado acercarme a la canción política, siendo que igual tengo conciencia de que soy un agente político por ser ciudadano. Le tengo mucho respeto a la canción política, por el afán de no caer en lugares comunes, porque sentí que a mi no me salía. Nunca trataba de hablar de contingencia. El estallido me ayudó a perderle el pudor a eso y a no vender ninguna pomada, a ser sincero en mi forma de comunicarme”.
“Fue un proceso muy peludo. Soy una persona que en un contexto chileno ha tenido muchos privilegios, desde mi educación, mi contexto familiar, y por ahí venía un pudor de no hablar de ciertas cosas. Nómbrale culpa, nómbrale pudor, pero había una lectura de los privilegios que me hacían más difícil aún poder referirme con libertad a ciertas cosas”, dice ahora al aludir a su vida más personal: el cantante es hijo de la intérprete Cecilia Echenique y de la histórica figura DC Ignacio Walker.
Luego culmina: "Es legítimo que tenga algo que decir y no había que darle más vueltas a hablar como uno habla
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