Es un partido amistoso de fútbol masculino, pero un encuentro entre las potencias Francia y Alemania siempre es un clásico. El Stade de France tiene capacidad para 80 mil personas y está repleto, incluso en una de las gradas está el presidente de Francia, Francois Hollande. Mientras en el campo de juego figuras como Antoine Griezmann, Julian Draxler, Jérôme Boateng y Lass Diarra animan el encuentro.
Son las 21:20 y se escucha un estruendo afuera del estadio, pero la pelota sigue rodando, el partido continúa. Quince minutos después, el balón es de la defensa francesa. El central, Laurent Koscielny, le entrega la pelota al lateral izquierdo, Patrice Evra, y justo retumba otra vez el mismo ruido. El jugador abre los ojos y, por un momento, se queda quieto, se desentiende del partido.
Finalmente, el encuentro terminó en victoria de los franceses por 2-0. Pero, antes del epílogo, el resultado ya es una anécdota.
Lo que escuchó el público y los jugadores fueron dos explosiones justo al lado del estadio, una en el restorán Events y la otra, a una cuadra de distancia, en la vereda. Los primeros testigos encuentran algunas extremidades humanas salpicadas en el suelo. Algunos ya suponen que fueron dos kamikazes.
Lo que vino después
Así empezaron la serie de ataques terroristas del 13 de noviembre del 2015 en el centro de París. Luego vinieron los tiroteos a distintos locales de la noche parisina. Tres hombres entraron al teatro Bataclán en el concierto de la banda norteamericana Eagles of Death Metal, crimen que cobró la vida de 89 personas.
En paralelo, hubo un ataque en el restaurante Le Petit Cambodge en el 10° Distrito de París, que terminó con la vida de cuatro personas. Los mismos terroristas también dispararon en un bar llamado Le Carillon, dejando nueve víctimas.
Además, un hombre atacó a los clientes que estaban en la terraza del bar À la Bonne Biere y a los de la pizzería La Casa Nostra. Ahí murieron cinco personas más.
Más tarde, otro ataque fue perpetrado en el mar La Belle Équipe, donde fueron asesinadas veintiún personas. Y minutos después hubo una última explosión en el bulevar Voltaire que solo dejó una víctima que fue la persona que se inmoló.
Los atentados en el centro de la ciudad significaron un total un total de 130 fallecidos, sumando los cientos de personas que fueron testigos y protagonistas de, posiblemente, la experiencia más aterradora y dolorosa de sus vidas. El hecho ha trascendido y ha sido narrado en distintos formatos. Pero en 2018, Netflix lanzó el documental 13 novembre: Fluctuat Nec Mergitur (13 de noviembre: terror en París), la producción audiovisual reconstruye los distintos ataques que ocurrieron en la ciudad a través de las voces de sobrevivientes, personal de emergencia y autoridades gubernamentales de ese momento. Son tres capítulos que retratan una noche tan conmovedora como aterradora.