La condición que puso Donald Trump para prestar el Hotel Plaza en Mi Pobre Angelito 2

HOME ALONE 2: LOST IN NEW YORK, from left: Macaulay Culkin, Donald Trump, 1992. TM & copyright © Twentieth Century Fox Film Corp. All rights reserved. / courtesy Everett Collection

Entre 1988 y 1992, el famoso hotel neoyorquino perteneció a Trump, quien aprovechaba tal poder para exigir ser parte de las cintas que quisieran grabar en sus dependencias. Si bien el equipo de Chris Columbus estaba dispuesto a pagar el arriendo correspondiente, el actual presidente de EEUU no les dio más opción que darle unos segundos en cámara.


Home Alone -o Mi pobre angelito como es conocido en Latinoamérica- es un clásico del cine pop, más aún cuando se acercan las fiestas de fin de año.

No por nada la docuserie The Movies that Made Us la escogió entre las cintas que marcaron a millones de personas.

30 años han transcurrido desde el debut en la pantalla grande de la historia protagonizada por el pequeño Kevin McKallister (Macaulay Culkin), y 28 desde el lanzamiento de su secuela, esa vez, ambientada en Nueva York.

Además de los “ladrones mojados” y la dama de las palomas en Central Park, otra aparición que llamó la atención fue el cameo de Donald Trump, quien por ese entonces era un empresario.

Si bien en el focus group provocó una reacción positiva, el director de la cinta, Chris Columbus, reveló en entrevista con Insider que Trump prácticamente los obligó a incluirlo en la cinta.

La secuencia es conocida: Kevin pasea por el vestíbulo del Hotel Plaza con un gorro de lana y la mirada perdida en el lujoso recinto. De pronto, se acerca a un hombre y le pregunta dónde está el lobby. Tras indicarle dónde está, el hombre sigue su camino, pero se detiene unos segundos para girar y ver al pequeño niño que deambula en solitario.

“Nosotros queríamos grabar en el lobby”, dijo Columbus, explicando que recrear la vida al interior de un hotel eran mucho más complejo que simplemente reservar un recinto como locación.

Si bien le ofrecieron un monto de arriendo a Trump -quien fue propietario del Hotel Plaza entre 1988 y 1992-, este prefirió cobrar su participación en una escena. “La única forma en la que pueden usar el Plaza, es que yo esté en ella”, dijo el actual presidente de Estados Unidos.

Si bien no estaban muy convencidos, decidieron hacerlo de todas formas y -en el peor de los casos- eliminar su escena en la edición final del filme.

Pero el equipo decidió realizar un focus group para conocer la reacción de las personas al ver el cameo. “La gente aplaudió cuando Trump apareció en pantalla. Así que le dije a mi editor ‘Déjalo en la película’. Es un momento para la audiencia”, desclasificó Columbus, quien reiteró que fue una medida abusiva por parte de Trump.

No es primera vez que se hace pública esta historia de origen para el cameo.

Ya en 2017 -en conversación con The Hollywood Reporter- el actor Matt Damon reveló que esto era una práctica habitual del empresario.

En la cinta Perfume de Mujer, por ejemplo, el director Martin Brest tuvo que escribir una intervención para Trump. “Tienes que perder el tiempo una hora del día con un estúpido: Donald Trump camina y Al Pacino le dice: ‘Hola, Señor Trump’ -tienes que llamarlo por su nombre- y luego existe”, dijo Damon a THR.

“Gastas un poco de tiempo para que te dé el permiso, y luego puedes eliminar la escena -tal como ocurrió en Perfume de mujer-. Pero supongo que en Mi pobre angelito 2 decidieron dejarla”, añadió.

Una historia que el actor Chris O’Donnell -Charlie Simms en la cinta- confirmó en conversación con Conan O’Brien en 2017. “¿Qué parte hizo finalmente en la película?”, pregunta Conan. “No lo sé porque la cortaron”, dijo el actor, recibiendo aplausos del público como respuesta.

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