Gillian Anderson en la piel de Thatcher: “Ella venera a la reina siempre y cuando no se entrometa en sus asuntos”
La actriz de 52 años interpreta a Margaret Thatcher -quien fuera Primera Ministra de Reino Unido entre 1979 y 1990- en la cuarta temporada de The Crown. Un ciclo marcado por la llegada de Lady Di a la familia real, y las tensiones que enfrentan a Thatcher con la Reina Elizabeth II. “No logra formarse esa hermosa amistad que la reina esperaba en un principio”, dice Olivia Colman sobre su papel en la serie.
En el primer episodio de The Crown 4, se muestra a Margaret Thatcher previo a las elecciones a Primer Ministro y en cosa de minutos, la vemos al interior del Palacio de Buckingham en la tradicional audiencia ante la reina.
Con un impecable traje azul y su cabello perfectamente peinado, hace una reverencia ante la monarca y, tras agradecer las felicitaciones por su nuevo cargo, evade las preguntas a nivel personal para entrar de lleno en terreno laboral: su gabinete.
El primer encuentro entre la conservadora y la reina transcurre sin mayores tropiezos. No así el segundo, que en la serie consiste en la visita de Thatcher a la residencia real en Escocia. Las costumbres de la realeza incomodaron a la política, llevándola a calificar la experiencia como “purgatorio” en la vida real.
Gillian Anderson toma el papel de Margaret Thatcher, la primera mujer en el cargo de Primera Ministra de Reino Unido, integrándose al elenco de The Crown junto a Emma Corrin como Diana Spencer, y Olivia Colman como la reina Elizabeth II.
Si bien inevitablemente Lady Di acapara la atención, las fuerzas -en permanente tensión- de estas dos mujeres líderes no pasa desapercibidas como los ejes políticos y sociales de la nación.
“La reina y la Corona son el prisma a través del cual uno ve a los primeros ministros durante su cargo y la historia que se va desarrollando. Es un delicado equilibrio el que se tiene que manejar. Vemos la historia en lo que respecta a la Corona, pero no por su propio interés, y vemos que el lugar que ocupa el primer ministro dentro de eso es secundario”, explica Gillian Anderson en una entrevista exclusiva a la que Culto tuvo acceso.
“La serie explora la relación con la reina a través de distintos sucesos significativos, como el cambio de gabinete, la guerra de Malvinas y las sanciones a Sudáfrica”, explica la actriz que, con 52 años, fue transformada completamente para interpretar a la política de 54.
“En teoría, Elizabeth y Margaret deberían llevarse bien. Tienen la misma edad, la misma motivación, la misma devoción hacia sus padres y la misma ética de trabajo. Sin embargo, su relación no funciona. No logra formarse esa hermosa amistad que la reina esperaba en un principio”, relata Olivia Colman en la misma instancia de entrevistas.
Pero su relación en el set de filmación fue completamente diferente. Tras las largas horas de rodaje, al final del día no faltaban las risas.
“Mi principal recuerdo de las escenas del salón de audiencias con Gillian es que fueron semanas con diálogos extremadamente extensos. Cuando estamos en una locación, tenemos que grabar todas las escenas que ahí se desarrollan, una tras otra. Gillian es una compañera de trabajo increíble. A veces, se me llegaba a erizar la piel, porque su interpretación se sentía demasiado real. Pero apenas se terminaba la escena, ella volvía a reírse y bromear”, desclasificó Colman.
Calificando como “extraordinaria” su experiencia como parte del elenco de The Crown, Anderson afirma que esta etapa de la historia está muy marcada por la “madurez” de las protagonistas. Además, considera que el nivel de producción de Netflix es superior al promedio de las series televisivas.
“Se asemeja más a un set de cine que al de una serie. En el set hay un respeto muy profundo por el trabajo, que no es algo que se suele encontrar comúnmente en esta industria. Los integrantes del elenco se llevan muy bien, y se genera una atmósfera muy acogedora. Ya los extraño”, reconoció la actriz.
-¿Sientes más presión al asumir el rol de una personalidad icónica?
-Sin dudas. Y más con Thatcher que con cualquier otra figura icónica que haya interpretado antes. Tenía una manera muy específica de hablar y de moverse, y dividía a las personas de tal manera que mostrar todos esos aspectos de un personaje así se vuelve todavía más esencial y desafiante.
-¿Cómo fue el proceso de investigación y preparación para este rol?
-Creo que vi casi todo el material que había disponible sobre ella. Cada documental, millones de entrevistas. Leí varios libros, incluida una buena parte de las biografías de Charles Moore. The Crown cuenta con un excelente equipo de investigación, y si quieres algo, ellos te lo consiguen. Así que, ya sea mediante la entrega de un dossier inicial de Thatcher o un cuestionario sobre cada pequeño detalle de los miembros del gabinete, sus roles específicos y sus inclinaciones o, incluso, material de archivo de una broma específica que hizo en una campaña, el equipo siempre estaba presente.
-¿Cómo viviste la oscilación entre la esfera pública y privada de Margaret Thatcher?
-Bueno, hay un episodio que muestra a Thatcher como madre, donde logramos introducirnos en sus pensamientos cuando su hijo Mark desaparece por algunos días durante el rally París-Dakar y llegamos a ver cómo sus sentimientos por Mark parecen ser distintos a los que guarda en relación con su hija Carol. También la vemos horneando un pastel para los ministros del gabinete y llegamos a apreciar su hermosa y cercana relación con su esposo Denis. Todos son aspectos de ella que —a menos que hayas visto el último documental de la BBC— no te imaginarías que formaban parte de sus experiencias de vida como mujer en el ojo público.
-¿De qué manera influenció la opinión que tenías sobre ella el hecho de haber interpretado a Margaret Thatcher?
-Bueno, creo que ese documental que te decía definitivamente fue una influencia en la manera en que compuse el personaje. Sabía muy poco sobre Thatcher antes de comenzar mi investigación y tengo una opinión más fundada sobre ella como mujer en lugar de verla solo como la primera ministra que tuvo un efecto monumental en el Reino Unido y más allá, ya sea positivo o negativo.
-¿Qué opina Thatcher de la reina y de la familia real?
-Thatcher es increíblemente respetuosa de la familia real y le guarda cierta admiración. A pesar de las diferencias en la forma en que manejan las situaciones, por sus personalidades, Thatcher continúa venerando la institución y, dentro de ella, a la reina... siempre y cuando la reina no se entrometa en los asuntos de la primera ministra.
-¿Thatcher es parecida a Isabel o son muy distintas?
-Se parecen en algunas cosas: tienen la misma edad, son muy creyentes y son jefas de Estado. Pero si la reina se distancia de algo, Thatcher se involucra; si la reina calla, Thatcher se hace escuchar; si la reina no hace nada, Thatcher arremete.
-¿De qué manera esas similitudes y diferencias se vuelven evidentes?
-En la forma en que la reina puso a Thatcher a responder ante la situación de las Malvinas, en oposición a la manera en que lo hizo ella. La reina, si hubiera podido elegir, habría mantenido el gabinete original de Thatcher, porque se asemejaba precisamente a aquello que le da una sensación de comodidad (Que es el mismo gabinete que Thatcher relevó casi por completo). Y veían con ojos muy distintos la forma de manejar las sanciones contra el apartheid en Sudáfrica, tan distintos que las tensiones entre ellas llegaron a los diarios, lo que fue un hecho sin precedentes.
-¿Cómo crees que The Crown logra encontrar el equilibrio entre mostrarles a los espectadores las vidas privadas de la realeza y los hechos históricos?
-Honestamente, no sé cómo Peter y su equipo lo logran año tras año. Lo que sí sé es que prueban con algunos escenarios antes de elegir el suceso histórico y el miembro de la realeza a través del cual se mostrará. De alguna manera, crean algo impredecible y no telenovelesco.
The Crown tiene sus cuatro temporadas disponibles en Netflix.
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