Pepe Fuentes, leyenda de la cueca y cercano a Los Tres, muere a los 89 años

Lanzamiento Yein Fonda en Parque Araucano
FOTOS: PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA

El músico y compositor que destacó en géneros como la cueca y el tango, falleció esta madrugada. Fue uno de los cultores de la música popular y mantuvo vínculos con artistas como Los Tres. En 2014, fue reconocido con el Premio Nacional de Música.


Músico, cuequero y tanguero, José Fuentes Pacheco fue uno de los nombres importantes en el desarrollo de la música popular chilena desde la medianía del siglo XX. El músico falleció en la madrugada de este sábado, según se confirmó desde la Casa de la Cueca, el local de Avenida Matta que mantenía junto a su esposa y compañera de labor, la también cantante María Esther Zamora.

“AMIGOS, con mucha pena pero al mismo tiempo tranquilos y resignados les informamos José Pepe Fuentes, acaba de partir. Agradecemos las muestras de apoyo a María Esther, Óscar y a quienes componen la Casa de la Cueca. Adiós Pepe Fuentes, Gran Maestro”.

Oriundo de Nueva Imperial, en la Araucanía, el joven Fuentes conoció los escenarios Nacido en 193 su destino artístico estaba marcado desde el hogar.

La madre dominaba la guitarra y el canto -”era de las mejores de Temuco”-, el padre también era músico con instrucción que le permitía leer partituras, y una abuela tocaba el arpa. “Yo prácticamente nací músico”.

A mediados de los 40 siendo apenas quinceañero, partió al epicentro bohemio y carretero del país, Valparaíso, para iniciar su carrera integrando grupos como Los Reseros, Los Troveros Porteños y los Hermanos Clavero. En 1953 se sumó como pianista a Fiesta Linda, autores del éxito “Ende que te vi”, aunque a esas alturas Pepe ya era multi instrumentista, compositor, arreglador y cantante.

Esa clase de dominio le permitió llevar su carrera artística como músico todo terreno hasta que en 1960 su vida dio un giro. “Vino un grupo boliviano que se les fue un integrante y me dicen a mi si me gustaría ir a Argentina (...). Salí de aquí por 22 días y volví a los 22 años”.

Si bien en Argentina Pepe era alabado por su dominio de la guitarra -”ché, laburás muy bien la viola” era el comentario que solía recibir-, se vio obligado a aprender música con partituras. En tierras trasandinas se unió a Los Wawancó, legendaria selección latinoamericana consagrada a la música tropical, donde Pepe amplió aún más su dominio estilístico que no solo incluía las cuecas sino también una gran pasión por el tango, otro de los géneros que Pepe amó e interpretó como artista toda su vida.

De ahí partió a Europa y avanzó en el mapa hasta llegar a Emiratos Árabes, siempre trabajando como músico y recibiendo elogios, para establecerse finalmente en Barcelona.

“Cuando me fui para Europa, local que me llamaban me decían que dónde había aprendido música y yo decía que en Argentina. ‘Ah, media gracia, si los argentinos son los mejores músicos del mundo’”.

A pesar de la itinerancia, Pepe nunca dejó de tener contacto con el Sindicato de guitarristas de Chile, del cual era uno de sus 31 miembros fundadores desde 1954. “Ahí supe cuando se murió Luis Bahamondes (...) con él había empezado yo de jovencito (y con) Carmencita Ruiz y Ricardo Acevedo, uno de los mejores guitarristas del mundo. (...) de los 31 del sindicato, soy el único que queda vivo”.

Pepe Fuentes regresó a Chile en 1982 y se reinsertó en el circuito a pesar de las restricciones de la dictadura, participando activamente de lo que se denominó La Casa de la cueca, instalada en avenida Matta en Santiago, proyecto junto a María Esther Zamora, hija del acordeonista y cantor Segundo Zamora, autor de la célebre cueca “Adiós, Santiago querido”, con quien se unió en matrimonio en 1989.

Además, fue en esos días que integró el célebre conjunto Los Pulentos de la Cueca, junto a nombres capitales como Jorge Montiel, Pedro Zamora, Rafael Berríos (Rabanito) y Alejandro Espínola, con quienes grabó algunos discos.

Para las generaciones más recientes encarna una leyenda viviente de la cueca tras cruzar su camino con Álvaro Henríquez en la génesis de la Yein Fonda, reclutado como percusionista. “¡Si a mi me buscó para el pandero!”, reveló Pepe en 2015.

El líder de Los Tres había escuchado a Los Pulentos de la Cueca, alucinando con la habilidad de Pepe. Se juntaron a ensayar y el veterano músico advirtió que Los Tres, como cuequeros, eran buenos rockeros.

“Le dije ‘el baterista no sabe tocar cueca’. Y al mismo bajista, que toca bien, le dije ‘mira, así, así’, al Titae. Y el Álvaro me dice ‘vamos ¿me va a decir que usted también toca la guitarra?’. (Le dije) ‘Más o menos’ y me la pasó”. El rockero de Concepción observó a Pepe dominar las cuerdas hasta que sentenció “usted no se va más de acá”. Fue así como Pepe Fuentes junto a la cantante María Esther Zamora, su esposa, se convirtieron en sinónimo de la Yein Fonda por décadas

En ese evento que se volverá un habitual, junto a María Esther, en que interpretaban un repertorio que pasaba por el tango, la balada, la cueca, y el cancionero popular de la antigua bohemia, lo que le permitió granjearse la atención de la nueva audiencia.

Tras años grabaciones y shows, su trabajo fue reconocido en 2014 al recibir el Premio Nacional de Música Presidente de la República en la categoría de música folclórica. Fue en la misma temporada en que dio a conocer su autobiografía en verso, al estilo de los músicos populares titulado, como no, A la pinta mía.

Para el músico Mario Rojas, este bagaje de Pepe Fuentes le dio otra envergadura a la expresión musical criolla. “Trajo una nueva manera de entender el folclor como música propiamente tal, como un aporte musical más allá del estereotipo”.

Este conocimiento que permitía a Pepe escribir música académicamente “era de gran ayuda y servía como referente para los músicos en general que venían sin esa formación”, subraya Rojas, además de destacar que el carrete fuera de Chile permitió a Pepe congeniar fácilmente con músicos y audiencias más jóvenes.

Para Daniel Pezoa de Los Tricolores, la figura de Pepe Fuentes, aparte de destacar por un humor peculiar -”unos chistes entre lo burdo y lo tonto”-, resultó fundamental para las nuevas generaciones de músicos, particularmente gracias a la obra de Los Pulentos de la Cueca.

“Fue un cambio rotundo con la juventud, gozamos cuecas donde escuchamos el realce de la batería, de los arreglos en el bajo, en la forma de cantar. Pepe buscó a los músicos, armó el esquema y las hizo todas. Y de ahí fue la unión con Álvaro Henríquez. Para mi profesionalizó la cueca (instando) a los folcloristas que estudiaran partituras, que aprendieran a desempeñar su trabajo como músicos”.

Álvaro Henríquez define la personalidad artística de Pepe Fuentes como un faro en el mapa musical chileno. “Es un líder que elige las canciones, hace arreglos y voces. Tiene una paleta de colores musicales muy amplia con tangos, boleros, cueca, cumbia, etcétera. El valor de Pepe y su obra es incalculable. Ha hecho centenares de canciones, cuecas y arreglos orquestales siempre ligado al folclor. Es un ejemplo de musicalidad. Su calidad como intérprete también es excepcional. Para mi es una fuerza de la naturaleza y un grande del folclor chileno. La cueca vive en él”.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.