Al partir su último libro, ¿Quién mató a John Lennon? (2020), la escritora británica Lesley-Ann Jones –también autora de textos en torno a David Bowie y de Bohemian Rhapsody: la biografía definitiva de Freddie Mercury- plantea un par de preguntas tan provocadoras como inesperadas.

Por ejemplo: “¿Quién o qué mató a John Lennon?”. “¿Y cuándo murió el verdadero John Lennon?”. Todo para culminar en una teoría que también da espacio a la intriga: para ella, el asesinato perpetrado por Mark Chapman el 8 de diciembre de 1980 en Nueva York, hace cuatro décadas, significó sólo el último clavo en un largo vía crucis enfrentado por el cantante.

A partir de esos cuestionamientos y observaciones, entrelaza una serie de teorías que recorren toda la vida del ex Beatle, desde su infancia hasta su muerte, en el último gran libro aparecido en torno al músico (la versión en español ya está disponible en Amazon).

Aquí, Jones habla con Culto de sus conclusiones investigando a la voz de “Revolution”.

-¿Cómo definiría el período que atravesó John en los años anteriores a su muerte? El cliché lo asocia a una vida tranquila y como dueño de casa. ¿Fue real esa imagen?

¡Diría que fue cualquier cosa menos una vida tranquila! Ahora sabemos que John estuvo haciendo música durante sus años de amo de casa. Si bien su enfoque principal era definitivamente su pequeño hijo Sean, también estaba haciendo grabaciones en una variedad de grabadoras y escribiendo su diario. En realidad, nunca dejó de escribir canciones, porque esa había sido durante mucho tiempo su principal forma de comunicación.

“Fomentó la impresión de reclusión porque le gustaba la idea de que la gente lo percibiera como una figura tipo Howard Hughes. Pero, en realidad, nunca fue tan drástico. Viajó mucho, a Japón, Gran Caimán, Egipto, Hong Kong y Sudáfrica. Quizás incluso a Inglaterra. Su tía Mimi juró a ciegas que John había vuelto para verla en Dorset y es posible que él se las arreglara para colarse en un barco a Southampton, tomando de la palma de la mano de algún funcionario con plata. ¡Me gusta pensar que eso fue verdad! Compró otra casa, en Long Island, le enseñó a nadar a Sean y redescubrió la navegación. Eso lo que lo llevó a una sed de nuevas aventuras, realizando un viaje hasta Bermudas, durante el cual una fuerte tormenta casi hundió el barco y casi mató a toda la tripulación, incluido John. Fue él quien tomó el timón y les salvó la vida. La experiencia lo regocijó y lo rejuveneció”.

El libro de la autora inglesa.

-En ese 1980, ¿cómo era su relación con Yoko? En su libro insinua que ella tenía un amante (el decorador de interiores Sam Havadtoy) cuando John fue asesinado. Y que él habría escrito la canción “I’m losing you” pensando en su crisis matrimonial.

La retrospectiva es algo maravilloso. Sin duda Sam Havadtoy había existido durante bastante tiempo, haciendo trabajos de diseño de interiores para los Lennon. Podría ser, aunque ni él ni Yoko lo han confirmado nunca, que Yoko quisiera que John se fuera del camino. De ahí el fin de semana perdido con May Pang, para por su lado poder explorar su relación con Sam.

“‘I’m losing you’ parece cargada con el temor de John de que el matrimonio haya llegado a un punto crítico y de que haya perdido el corazón de Yoko. Se dice que Sam se mudó al Dakota la misma noche en que John fue asesinado. El DJ y entrevistador británico Andy Peebles, el último locutor inglés que habló con John, presenció por sí mismo el extraño escenario en el que Yoko estaba vistiendo a Sam con la ropa vieja de John y cortándole el pelo como el ex Beatle lo usaba. Quizás Yoko todavía amaba la ‘idea’ de John, la mitología de él, en lugar del individuo real, débil y de carne y hueso”.

“Sam fue la pareja de Yoko tras la muerte de Lennon, y duró mucho más con él que con John: estuvieron juntos hasta el 2000, es decir, unos 20 años. Sam nunca ha hablado de sus relaciones con John y Yoko, porque le pagaron magníficamente por no hacerlo”.

-¿Cómo definiría el comportamiento de Yoko Ono tras el asesinato de su esposo?

No tuvo más remedio que adoptar el papel de la viuda afligida e intentar rehabilitarse ante la opinión pública. El mundo había perdido uno de sus grandes íconos musicales. Ahora podía aprovechar esto y ganarse la simpatía del público. Lo hizo con mucho éxito, diría yo.

John Lennon y su hijo Sean. Los observa Yoko Ono.

-En el comienzo de su libro realiza varios planteamientos interesantes. Como cuando dice que el fallecimiento de Lennon fue sólo el último clavo de todo. O cuando se pregunta: ¿cuándo murió el “verdadero” John? En su opinión, ¿eso cuándo sucedió?

John había estado matando versiones de sí mismo desde el principio de todo, cuando Brian Epstein convenció a los Beatles de que se pusieran lindos trajes a juego y los hacía inclinarse ante su público al unísono después de cada canción. Ese no era John. Era un rockero rudo y vestido de cuero. Comprometió su integridad y mató a su verdadero yo para poder obtener el éxito. Desde entonces, toda su vida fue una serie de auto-asesinatos. Lo que quería saber era quién era el John Lennon original y cuándo murió el verdadero John Lennon. Eso es lo que me propuse descubrir al escribir este libro.

-¿Cuál fue la razón concreta que llevó a Chapman a dispararle al músico?

Hay libros completos sobre este tema. Los escritores y pensadores han especulado durante 40 años. Hay todo tipo de teorías de conspiración. No creo que ninguna de ellas contenga agua. Chapman era un individuo complicado y disfuncional, que apretó el gatillo sólo para convertirse en ‘alguien’. Simplemente eso. No fue nada personal contra John.

“Tenía una lista de personas que planeaba eliminar en su lugar, si no podía conseguir a Lennon. Tuvo un encuentro con James Taylor en el metro, del que el propio James ha hablado. Chapman también había trazado su ruta hasta el Booth Theatre en Broadway, donde David Bowie aparecía en el escenario como el Hombre Elefante, y dijo que en su lugar le habría disparado”.

La periodista Lesley-Ann Jones

-En ¿Quién mató a John Lennon?, usted hace el punto que ese 8 de diciembre la pareja salió sin guardaespaldas del Dakota, algo atípico, aunque en general se mostraban bastante relajados en su vida pública. ¿Por qué cree que pasó eso?

Escuché que a uno de los dos guardias de seguridad se le dio el resto de la noche libre porque tenía malestar estomacal. Dónde estaba el otro, no lo sé. Nadie nunca ha podido explicarlo. Parece un misterio, cuando John y Yoko estaban tan preocupados por la seguridad. Uno de esos misterios de los que probablemente nunca sepamos la respuesta.

-Usted tuvo la oportunidad hace muy poco de hablar con Gloria Hiroko Chapman, la esposa de Mark Chapman y la única que lo sigue viendo en prisión. ¿Cómo fue esta conversación?

Gloria está comprometida con su fe cristiana y creía que lo correcto ante los ojos de Dios era apoyar a su hombre. Su devoción la ha llevado a permanecer casada con Chapman y tiene visitas conyugales regulares con él. Puede que no estemos de acuerdo con su decisión, pero no nos corresponde a nosotros juzgar.

John Lennon en su último día con vida: Mark Chapman le pasó una copia del disco Double fantasy para que la firmara, seis horas antes de asesinarlo la noche del 8 de diciembre de 1980. La imagen fue captada por un fotógrafo aficionado.

-A Chapman se le ha denegado la libertad once veces. Se argumenta que es un peligro para la sociedad y también un peligro para él mismo estar libre. ¿Cree que en algún momento debería retomar una vida medianamente normal?

No soy juez. Intento, en la vida, no juzgar nunca. No sabría decirte si representa un peligro para la sociedad, ya que no soy psiquiatra clínico ni lo he conocido personalmente. Solo un especialista podría decirte esto. Chapman ha tendido a revisar sus puntos de vista y sus respuestas a lo largo de los años, lo que sugiere que incluso él no está seguro de por qué mató a John. Dijo públicamente este año que lo hizo ‘para hacerse un nombre’, que es la respuesta más simple, y que me inclino a creer que es la correcta.

“Cualquiera que sea la verdad, mi creencia es que en cualquier veredicto judicial, una cadena perpetua debe significar cadena perpetua. No debería significar una oportunidad de libertad después de un número determinado de años. Los tribunales dictan cadenas perpetuas porque consideran a una persona como un peligro para la sociedad. En este caso, el Sr. Chapman no alegó locura. No hubo juicio. Evidentemente ‘lo hizo’. Su motivación es irrelevante para el crimen cometido. Su víctima no había hecho nada para provocarlo. Que el gran John Lennon descanse en paz y se eleve en su gloria”.