“Era conocida simplemente como Selena y, con sus corpiños, botas altas y voz lujuriosa, a menudo se la describía como la Madonna mexicano-americana”, escribieron en The Washington Post al reportar la noticia.

Selena Quintanilla Pérez, la cantante tejana de ascendencia mexicana, conocida en la década de los 80 y principios de los 90 por sus canciones que combinaban ambas culturas, falleció a los 23 años tras recibir un disparo por parte de Yolanda Saldívar, la presidenta de su Club de Fans.

“El asesinato de la estrella, que había ganado un premio Grammy el año pasado, y cuya grabación ‘Amor Prohibido’ vendió 400.000 copias en Estados Unidos y muchas más en México; sorprendió a sus fans y provocó una cobertura non-stop en estaciones de radio y televisión en español e inglés, en las principales ciudades de Texas y lo largo de la frontera mexicana. Muchas de las estaciones recibieron llamadas de oyentes angustiados y tocaron las canciones de Selena durante todo el día”, informó The New York Times, periódico que tuvo en portada a la artista durante dos días: primero por su muerte y posteriormente por su funeral.

Selena.

Nacida en 1971 en Jackson Lake, Texas, desde su tierna infancia desplegó alas artísticas. Primero, con su banda familiar -Selena y los Dinos- con quienes lanzó siete discos, y posteriormente como solista, periodo en el que grabó siete álbumes con otro en proceso, el que fue publicado póstumamente: Dreaming of you.

Con hits como “Amor prohibido”, “Como la flor”, “Dame un beso” y “Bidi bidi bom bom”, Selena estaba en lo alto de su carrera cuando su futuro prometedor fue destruido por quien se hacía llamar su mayor admiradora.

Una asesina en casa

Es inevitable no recordar a John Lennon, asesinado a manos de Mark Chapman, su supuesto fan. Sin embargo, la diferencia está en que la homicida de Selena era una mujer en la que la artista y su familia depositaron toda su confianza, y no un completo extraño como el fue caso del ex Beatles.

Fue en 1991, luego que Selena lanzara su segundo disco de estudio -Ven Conmigo- que Yolanda Saldívar (1960) se acercó a la familia Quintanilla. La mujer de 30 años se presentó como una admiradora de la joven artista y pidió autorización al padre y mánager de Selena -Abraham Quintanilla- para fundar el Club de Fans.

Yolanda Saldívar y Selena.

Don Abraham aprobó la solicitud de Saldívar, considerando que era una buena estrategia de marketing, y poco a poco, Yolanda ganó la confianza tanto de Selena como de su familia.

“Al principio Yolanda se convirtió en la presidenta del club de fans de Selena. Ella se encargaba de todos los asuntos relacionados con ese tema”, dijo Chris Pérez, viudo y excompañero de banda de la cantante, al programa Witness de BBC.

“Hacía cualquier cosa que se necesitara hacer por Selena”, agregó Pérez, lo que le significó a Saldívar convertirse en la asistente personal de la cantante y, posteriormente, la principal administradora de su línea de ropa oficial: Selena Etc.

Yolanda y Selena trabajaron juntas aproximadamente tres años, una relación que se fue deteriorando a partir de las observaciones de los empleados de las tiendas de Selena y otros colaboradores.

De acuerdo al relato de Joe Nick Patoski, el biógrafo que escribió el libro Selena: como la flor, Saldívar usó la tarjeta de crédito corporativa que le dio Selena para arrendar automóviles, invitar a sus socios a restaurantes de lujo y comprar dos teléfonos móviles para uso personal.

Según detalla Esquire, los trabajadores de las boutiques decían que Saldívar era “amable” solo cuando Selena estaba presente, pero tenía un trato “cruel” en su ausencia. Martín Gómez, un diseñador contratado para producir la línea de moda de Selena, dijo: “Le dije a Selena que le tenía miedo a Yolanda. Ella no me dejaba hablar más con Selena. Era muy posesiva”.

Con el creciente descontento entre los empleados, decidieron hablar con Selena, quien siguió confiando ciegamente en Yolanda. Fue tras quejarse con Abraham que la familia decidió tomar cartas en el asunto.

“Al principio no había nada sospechoso en Yolanda. Pero poco a poco Selena comenzó a escuchar de los empleados de la tienda que su manejo era irresponsable”, dijo Pérez a BBC.

Selena y su esposo Chris Pérez.

Con pruebas contundentes de malversación de fondos -tanto de las boutiques como del Club de fans- se demostró que Saldívar había robado aproximadamente 60 mil dólares. Si bien negó tales acusaciones, argumentando que tenía documentos que probaban lo contrario, nunca presentó la evidencia, por lo que los Quintanilla decidieron despedirla.

“Cuando los problemas financieros comenzaron a salir a flote, fue que nos dimos cuenta que había que bloquearla y no permitirle más el acceso. No esperábamos ese comportamiento”, recordó la expareja de la Reina Tex-Mex.

El 25 de marzo de 1995, Selena le dijo a su hermana mayor, Suzette, que “pronto” despediría a Yolanda. A fines de ese mes, Saldívar fue destituida como presidenta del club de fans y la artista le exigió que devolviera todos los documentos, tanto del club como de las tiendas de ropa.

En ese momento, Selena estaba en la ciudad tejana de Corpus Christi para grabar su primer disco en inglés, por lo que coordinaron que Yolanda Saldívar haría entrega de los archivos correspondientes en dicha ciudad.

La exasistente viajó desde Monterrey, México, y se alojó en la habitación 158 del Hotel Days Inn. Si bien le solicitó a Selena que fuera en solitario a su encuentro, quien fuera la voz de Los Dinos fue en compañía de su esposo, Chris Pérez, el jueves 30 de marzo cerca de la medianoche.

Luego de revisar los documentos, Selena se dio cuenta que la mujer no le entregó todo lo prometido, por lo que la llamó para completar el intercambio. Luego que Saldívar se excusara diciendo que había sido víctimade agresión sexual en Monterrey, acordaron reunirse a la mañana siguiente para ir a un hospital a constatar lesiones.

Un trágico viernes

“Ese día, Selena se levantó temprano. No hubo nada que me advirtiera que ella estaba en peligro porque se fuera a encontrar con Yolanda”, dijo Chris Pérez.

La cantante se levantó a las 7.30 horas con el objetivo de llevar a Yolanda al hospital, recibir los documentos faltantes y llegar a las 10 horas al estudio de grabación.

Tal como acordaron, se reunieron en el hotel Days Inn y a las 9 horas ya estaban en el hospital local, donde los médicos declararon que no encontraron lesiones que indicaran agresión sexual.

En medio de la molestia de Selena por sentirse engañada por Yolanda, recibió su última llamada telefónica: era su marido, Chris, quien preocupado por su inasistencia a la grabación del disco, decidió llamarla. “Voy ya mismo, estoy resolviendo un último asunto”, recordó haber recibido como respuesta.

Ambas volvieron al hotel. Entre las exigencias de Selena de recibir los documentos y sentenciar que era necesario dejar de verse un tiempo, comenzó una fuerte discusión cerca de las 11 horas, según atestiguaron otros huéspedes del hotel.

Habitación 158 del Hotel Days Inn.

Finalmente, Saldívar tomó todo lo que tenía vinculado a los negocios Quintanilla y se lo entregó a Selena. Sin embargo, cuando la mujer de “Amor prohibido” se dirigía a la puerta de la habitación -a las 11.48 de la mañana-, Yolanda Saldívar accionó su revólver Taurus calibre 38 y le disparó por la espalda en el hombro derecho.

Sangrante, Selena huyó de la habitación clamando por ayuda mientras se dirigía a la recepción del hotel. Yolanda, en tanto, corrió a su camioneta y se encerró amenazando con suicidarse durante aproximadamente 10 horas antes de ser detenida.

El interior del automóvil de Yolanda Saldívar.

La cantante caminó aproximadamente 100 metros antes de caer inconsciente en el vestíbulo, no sin antes decir el nombre de su agresora: Yolanda.

El servicio de emergencias registró a las 11:49 horas la llamada al 911 de Barbara Schultz, gerente general del Days Inn, quien pidió ayuda para atender una herida de bala.

De acuerdo a la información de BBC, Richard Fredrickson fue el primer paramédico en atenderla, quien descubrió “un agujero de bala en la parte superior del tórax derecho”. En busca de signos vitales, notó “espasmos” musculares, pero no halló ni pulso ni respiración.

Paul Rivera, detective de la Policía de Corpus Christi a cargo del caso, declaró que cuando llegó al motel -aproximadamente a las 12 horas-, había manchas de sangre en la puerta de la habitación 158 y en el suelo, marcando la ruta de escape de la cantante.

Sendero en el Hotel Days Inn entre la habitación 158 y el vestíbulo.

Según detalla un reportaje de Univisión, empleados del hotel -como Trinidad Espinoza, Carlos Morales y Shawna Vela, entre otros-, coincidieron en que la cantante temía que Saldívar volviera a disparar.

Selena fue trasladada inmediatamente al Hospital Corpus Christi Memorial en una ambulancia que demoró dos minutos en llegar. Fue atendida por el médico Louis Elkins, pero la situación era irreversible. Sin actividad cerebral, ni respiración por sus propios medios, la artista tejana había perdido la vida.

“Examiné las funciones del cerebro, pero no había actividad. Sus pupilas estaban dilatadas, no respondían a ningún estímulo. No respiraba por sí misma; no tenía signos vitales. La mayor parte de la sangre que tenía en su cuerpo la había perdido”, dijo Elkins ante las preguntas del fiscal Carlos Valdez y el abogado de defensa, Douglas Tinker.

Al intentar suministrar medicamentos a su corazón, el médico detalló que “el órgano estaba azul y sin sangre. Un corazón normal luce como un puño, de un rosado brillante o rojo. Estaba vacío porque se desangró”.

La bala detonada por Saldívar destrozó el hombro derecho de Selena, lacerando ese pulmón, las venas y una arteria mayor, lo que provocó pérdida masiva de sangre.

Tras 50 minutos de maniobras de reanimación, a las 13.05 horas del viernes 31 de marzo de 1995, Selena Quintanilla fue declarada muerta.

Fotografía de Selena hallada entre las pertenencias de Yolanda Saldívar.

El juicio contra Yolanda

Yolanda Saldívar no accedió a entregarse a las autoridades sino hasta las 21.30 horas de aquel 31 de marzo. Mientras la familia Quintanilla Pérez y los miles de fans de Selena lloraban su muerte, la expresidenta del Club de Fans era detenida a la espera de un juicio.

Siete meses después, el 23 de octubre de 1995, se llevó a cabo el juicio que acusaba a Saldívar de asesinar a Selena Quintanilla.

En un comienzo, la imputada dijo: “Apreté el martillo y apreté el gatillo y le disparé [a Selena] mientras caminaba”, de lo cual se desdijo posteriormente.

“Saqué el arma de mi bolso y Selena comenzó a caminar hacia la puerta. Le dije que cerrara la puerta. Ella salió corriendo y no sé a dónde fue. La busqué pero no pude encontrarla”, dijo a modo de corrección de su primer relato.

Entre las posesiones de Saldívar había balas para el revólver 38mm y algunos objetos personales. Además, se demostró que compró el arma en una tienda de San Antonio, Texas, el 15 de marzo, dos semanas antes del asesinato de la cantante.

Si bien la mujer de 34 años se declaró inocente, argumentando que fue un “accidente”, el tribunal la sentenció con los cargos de asesinato en primer grado.

Yolanda Saldívar.

Condenada a cumplir cadena perpetua, con la posibilidad de solicitar libertad condicional en marzo de 2025; según informa BBC Saldívar pasa 23 horas al día aislada en su celda en la Unidad de Mountain View en Gatesville, Texas. Debido a las amenazas de muerte por parte de fans de Selena que están encarcelados, debieron aplicar protección especial al interior del recinto.

Ya cumpliendo condena, dio una entrevista a la periodista María Celeste Arrarás, a quien dijo que, tras discutir con Selena, tomó el arma y la apuntó contra su propia sien amenazando suicidio.

“Le dije ‘quiero que te vayas hija mía, vete’ y no se quería ir, no se quería ir. Entonces yo hice la cosa para atrás [el gatillo] y le dije ‘quiero que te vayas’. La puerta estaba abierta. Iba a cerrar la puerta. Le dije ‘no-cierres-la-puerta’. Cuando le dije, se me fue el tiro. Me quedé en shock. Fue un accidente. Yo no soy una asesina a sangre fría”, afirmó Saldívar en conversación con Arrarás, periodista que posteriormente fue productora y guionista de la serie no autorizada El Secreto de Selena.

A 25 años de su deceso, su familia siguió adelante con su vida, algunos continuando con la protección de su legado, y otros con proyectos independientes.

Mientras Abraham y Suzette Quintanilla -el padre y la hermana de Selena- figuran como productores de la serie de Netflix que retrata a la cantante, además de gestionar una fundación a su nombre; Chris Pérez se volvió a casar, se divorció, y siguió con su carrera musical.

“El último recuerdo que tengo es su rostro con esa enorme sonrisa que tenía. Por eso, cada vez que escucho uno de sus discos en la radio, puedo verla como si estuviera sonriendo de nuevo”, dijo el viudo de la Reina del Tex-Mex.

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