Si fuera posible entrar en la cabeza del director Francis Ford Coppola cuando estrena una película, él posiblemente no estaría pensando en la cinta que todos están viendo, ni en lo lograda que está, sino en una versión aún inexistente, una “mejor” en comparación al resultado del momento. “¿Cómo puedo mejorar esto?”, se preguntaría quizá. “Podría quitar esta toma y agregar estas otras”.
Esa inquietud recurrente se ha materializado, por ejemplo, en su filme más ambicioso y demencial, Apocalypse Now (1979), del cual ya ha lanzado dos versiones más extensas en el 2001 y 2020. Pero la cinta que retrata el sinsentido de la Guerra de Vietnam no ha sido el único proyecto que se ha enfrentado a las insistentes inquietudes creativas del director.
El padrino
No fue un proyecto que partió con una obsesión personal, como sí ocurrió con la adaptación cinematográfica de la novela El corazón de las tinieblas (1899), que se materializaría en Apocalypse Now. Sin embargo, Coppola aceptó la oferta de Paramount Studios de hacer una versión del libro homónimo y best-seller escrito por Mario Puzo, iniciando el trayecto de —posiblemente— la obra más perfecta del Coppola.
“Una de las crónicas más brutales y conmovedoras de la vida americana que se haya diseñado nunca dentro de los límites del entretenimiento popular”, escribió Vincent Canby, crítico cinematográfico de The New York Times. El padrino (1972), la historia que retrata a una familia de mafiosos —los Corleone— tuvo un éxito de taquilla arrollador y se adentró con profundidad y fluidez en la intimidad de un círculo sanguíneo vinculado al crimen.
En los Premios Oscar de 1973, la cinta obtuvo los galardones por Mejor Película, Mejor Guión Adaptado y Mejor Actor (Marlon Brando). En la actualidad, distintos rankings la ubican entre las películas más brillantes de la historias, de hecho, el American Film Institute la calificó en el segundo lugar tras Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)
Y vino la segunda
Era una empresa arriesgada hacer una secuela de El padrino. Frente a unas altas expectativas el escenario más probable era que dejara una sensación de insatisfacción. Pero no. “‘El padrino son palabras mayores”, dijo el crítico de cine de El Mundo, el español Carlos Boyero. “Las dos primeras partes están entre las diez mejores películas de la historia del cine”. El filme obtuvo una aprobación transversal, e incluso se la ha puesto por encima de su antecesora.
En esta versión, se le agrega un mayor complejidad en su estructura y alterna el presente con el pasado de la familia de gánsters, adentrándose en la juventud del líder mafioso, Vito Corleone, interpretado por Robert De Niro, quien experimentará un salto en su carrera actoral tras esta producción.
Si el éxito de su antecesora ya había sido grande en los Oscar, el de El padrino II (1974) fue aún mayor, recibiendo seis galardones: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto (De Niro), Mejor Guion Adaptado, Mejor Música y Mejor Dirección de Arte.
I y II: una mezcla
Las dos primeras películas de El padrino ya se habían enraizado en la cultura popular y Coppola necesitaba dinero para financiar Apocalypse Now. En noviembre de 1977, la cadena NBC transmitió por primera vez una versión televisiva que mezclaba y extendía las dos primeras entregas cinematográficas de la familia Corleone: el resultado superaraba las siete horas de duración y se entregó en cuatro jornadas distintas.
Bautizado como El padrino épico, esta versión baja los niveles de violencia de las ediciones anteriores y le agrega otros matices con escenas que, antes, no habían sido consideradas en los montajes. “El reajuste cronológico funciona extremadamente bien”, escribió el crítico, John J. Connor, el año de su estreno. “De alguna manera, constituye una mejora pronunciada”.
Aun así, los índices de audiencia no fueron los esperados, quizás porque las expectativas ya eran en extremo altas.
El padrino III
Estrenada en 1990, una década después del clímax creativo que había significado Apocalypse Now en la carrera de Coppola, la tercera entrega de El padrino no tuvo el éxito apabullante de sus antecesoras: la reacción en la crítica fue mixta y las salas de cines no llenaron como había sucedido años atrás.
La historia no pierde el atractivo de la I y la II: Michael Corleone (Al Pacino) necesita reconciliarse con los suyos y, en paralelo, recuperar la reputación ante su sociedad. Sin embargo, la disminución de presupuesto en comparación a las producciones anteriores, escenas de acción algo efectistas y la criticada actuación de Sofia Coppola (asumió el papel tras un colapso nervioso de la actriz original), hija del director, fueron algunos de los elementos que conspiraron contra el prestigio del montaje final.
Aun así, el filme se las arregló para conseguir siete nominaciones a los Premios Oscar (sin ganar en ninguna de las estatuillas).
El padrino: la restauración
Fue en el 2008 cuando apareció un DVD que, en la caja, traía la firma de su director escrita con tinta dorada. La cinta fue bautizada como El padrino: la restauración de Coppola.
Tras años de éxito y reiteradas reproducciones, los negativos originales de los filmes se habían desgastado. El especialista Robert A. Harris fue contratado para supervisar la restauración de El Padrino y sus dos secuelas, con el director de fotografía, Gordon Willis, participando activamente en el proceso que tuvo una duración de dos años. Dicho trabajo permitió sacar versiones de los filmes en formato 4K, y además agregar algunas escenas adicionales, fiel a las convicciones de Coppola.
La restauración resaltó aún más el aclamado trabajo fotográfico realizado por Willis; un ejemplo de ello es el contraste entre la oscuridad del despacho de Vito Corleone con la luminosidad de los pasajes de Sicilia, el cual alcanzó su máxima expresión visual.
Una “reparación” de la III
Han pasado ya tres décadas desde que se estrenó El padrino III y, a la sombra de sus dos precuelas, Coppola estrenó una versión de esta película que realiza giros en el inicio y el final de la historia.
Con 81 años, el director continúa haciendo gestos para mostrar su vigencia como director: ya no es el realizador avasallador de años atrás, ahora ve su labor desde otra lugar, como un artesano que, sin apuro, talla el futuro. “Realmente era nuestra intención hacer un resumen y una interpretación de las dos primeras películas, en lugar de una tercera”, declaró en una entrevista a The New York Times.
El título de esta versión “definitiva” no escatima en spoilers (quizás engañosos) ni en grandilocuencia: El padrino III. Epílogo: La muerte de Michael Corleone. Hace algunos días el crítico de cine Peter Bradshaw declaró en The Guardian: “No estoy seguro de lo que aporta este nuevo montaje a la película, pero merece la pena verlo”. En general, distintos especialistas coinciden en que la cinta ha salido favorecida en comparación a su primera versión, aunque sin alcanzar a sus predecesoras de 1972 y 1974.