Daniel Villanueva es un continuista chileno de clase media que sufre las consecuencias de una crisis económica post estallido social durante una pandemia que no parece tener control.
Trabajando freelance, intenta mantener a flote un matrimonio que parece pender de un hilo entre la falta de ingresos y las necesidades especiales de su hija Antonieta, una niña de 3 años con trastorno del espectro autista (TEA).
De un día para otro, recibe una oportunidad que parece caída del cielo: le ofrecen ser parte de la producción chileno-norteamericana The Worst Time Traveller, con la estrella Starlet Johnson filmando en Chile.
Sin embargo, tal como esta oferta laboral parece un milagro surrealista, una serie de sucesos transforman su vida en un sueño, o una suerte de realidad paralela. El Presidente es Guillier, los conflictos con su esposa ya no existen y su hija no tiene necesidades especiales.
¿Qué hace un continuista, cuyo trabajo es evitar los errores de continuidad de una película, cuando su propia vida se llena de incomprensibles errores que no sabe cómo explicar?
Esa es la premisa de Error de continuidad, la tercera novela del periodista y crítico de cine Ernesto Garratt, y su primera obra de ciencia ficción.
Sus primeras publicaciones fueron una selección de entrevistas -Tardes de Cine (2012)- y un conjunto de crónicas del Festival de Cannes -Ces années-là (2017)-, para en 2017 incursionar en la ficción con Allegados y dos años después la novela Casa Propia.
-¿Cuáles fueron tus principales inspiraciones literarias?
-Phillip K. Dick, porque él juega mucho con los estados alterados o la salud mental. Es una suerte de Philip K. Dick pero chilenizado. Me interesan obviamente los viajes en el tiempo y romper estructuras desde un punto de vista como casi surreal ligado a la ciencia ficción. Quería que tuviera una pata fuerte en Chile, de lo nuestro. Y también la narrativa de Osvaldo Soriano, uno de los grandes narradores sudamericanos.
-¿Cuándo surgió la idea de escribir esta historia? ¿Desde un comienzo la pensaste como una publicación?
-Mastiqué esta idea como hace 4 años. Siempre me ha gustado la fantasía y la ciencia ficción. Y ahora mismo fue una conjunción súper virtuosa con Aurea Ediciones que se especializa en ciencia ficción. Me dijeron “Démosle, intentemos llegar a fin de año”, y tuve un primer manuscrito hace unas semanas atrás. Tenía toda esta idea de dignificar el error, porque esta sociedad nos ha hecho sentir equivocados. Que si no somos de clase alta, no importa lo que hagamos, siempre vamos estar mal. Llegas a un techo y no te permiten subir, no es como el hijo de Piñera... En el fondo estaba aburrido de esta idea de que el que es cuico hace trampa y le va bien, y el que es de esfuerzo, clase media, nunca va prosperar. Pese a que estemos haciendo lo correcto, siempre vamos a estar equivocados. Toda esta idea se cristalizó mejor tras el estallido social y con la enorme corrupción de la élite en Chile. Por eso quise hacer una sátira, una novela de humor negro que resumiera esta idea y conjugarlo con ciencia ficción.
-Error de continuidad se siente como una historia muy reciente al ambientarse en el Chile en pandemia...
-La idea de ambientarla en pandemia fue una decisión de última hora, que fue justamente pensada porque hemos estado viviendo así. Y sentía que la voz del narrador no podía eludir lo obvio. Un momento muy desagradable y fuerte. Esa molestia social siempre ha estado, desde que tengo uso de razón. Pero esta crisis sanitaria, lo que ha hecho, es evidenciar aún más la precaria sociedad que tenemos, el precario estado que tenemos. La pandemia surgió solo. Fue un invitado de piedra.
-Dentro de esta constante crítica política y social que hace el protagonista, también desarrollas lo que significa la paternidad de quienes tienen niños con necesidades especiales. ¿De dónde viene este interés por incluirlo en tu historia?
-Fue una de las ideas clave, como uno de los muchos padres con hijos con necesidades educativas especiales. Lo que quería plantear es lo inhumano que resulta este esquema. A este modelo neoliberal solo le interesa que estés endeudado y que después pagues esa deuda y que la salud sea un servicio y no un derecho. Es súper cruel y bien atroz, sobre todo cuando se trata de tus hijos. Es muy triste vivir en un país así de equivocado. Hay una indiferencia y una forma de mostrar el mundo que no es empática.
-Daniel Villanueva, el protagonista, ¿está basado o inspirado en alguien?
-El protagonista está basado en varias personas que no he conocido y que no quiero conocer. Quería mostrar a un protagonista que está súper equivocado, que es súper ambivalente, que es torpe. Una persona que de cierta forma se compró este Chile bacán y se dio cuenta que no es como pensaba. Y también quería reflejar ese resquemor, ese odio en el que se da cuenta que nunca va poder ser más de lo que es ahora, a pesar de que haga mil cosas, a pesar de que mueva montañas. Esto porque existe una élite -que nombra el narrador- y que finalmente estas personas son el problema. El fascista con dinero siempre te va decir que la culpa de que haya pobres es que “los pobres son flojos”, y no es así. Es porque hay una acumulación de la riqueza que es tan obscena y una desigualdad tan brutal, que por más que alguien trabaje y se rompa el lomo trabajando, jamás tendrá un sueldo digno.
“Los errores de continuidad en la película en la que trabaja no son tan terribles como los errores de continuidad en su propia vida”, plantea esta tercera novela del periodista y crítico de cine chileno.
Error de continuidad, de Ernesto Garratt, sale a la venta a partir de hoy a través de Aurea Ediciones.