En el desenlace de la segunda temporada de The Mandalorian, Din Djarin, el protagonista que encarna Pedro Pascal, se quita el casco y ve expuesta su identidad, en una de las principales escenas dramáticas de la serie de Disney+.

Siete días después, el chileno abandona su armadura para calzarse un traje ancho de los años 80 y aparecer, con look afeitado y blondo, en la piel de Max Lord, una figura televisiva y empresario petrolero carcomido por la ambición que confronta a la misma Mujer Maravilla. Un villano que, pese a la tibia reacción de la crítica en torno a la superproducción, se ha apoderado de los elogios a Mujer Maravilla 1984.

El resultado de ambos papeles es que en el amanecer de 2021 Pascal emerge como la estrella más popular de IMDb, el principal portal de cine y series, y que mide cuáles son las personalidades más buscadas por los usuarios. Una suerte de termómetro de qué nombres dominan la conversación en la industria, que cambia de forma periódica y que recientemente encabezó, por ejemplo, Anya Taylor-Joy, de Gambito de dama, uno de los fenómenos de Netflix.

El desenlace del segundo ciclo de The Mandalorian. Foto: Disney

Es justamente en la principal plataforma de streaming -con la que ya había lanzado Narcos y Triple frontera- donde el actor de 45 años sumó un tercer estreno de Navidad: bajo la dirección de Robert Rodríguez, con quien colaboró en la segunda parte de The Mandalorian, Pascal protagoniza We can be heroes (Superheroicos), una especie de secuela de la cinta familiar de 2005 del realizador, Las aventuras del niño tiburón y la niña de fuego, que también ha estado entre los títulos más vistos durante las últimas semanas.

Si bien desde hace al menos un par de años que Pascal viene hablando de tomarse un descanso, su fama actual parece impedirlo: para este 2021 el actor tiene en agenda proyectos como Tropico, un thriller ambientado en Brasil y dirigido por la cineasta italiana Giada Colagrande, donde el chileno compartirá escenas con Willem Dafoe y Morena Baccarin (Deadpool).

Quizás como un factor más accesorio que cualquier trabajo en la pantalla, en su reciente celebración de Año Nuevo en Estados Unidos se fotografió con su amigo y colega Oscar Isaac. Una captura de un vínculo que se remonta a muchos años antes que ambos fueran parte de la saga Star Wars y que sus carreras se encumbraran en el medio.

Si en el caso del actor guatemalteco el giro vino de la mano de largometrajes junto a Ridley Scott y los hermanos Coen, el chileno ha insistido en cuál fue el personaje que le cambió la vida: Oberyn Martell y los siete capítulos de Game of thrones que le bastaron para obtener aplausos y un nombre la industria, luego de apariciones esporádicas en series como CSI y The good wife.

Su rol de Max Lord le ha reportado elogios. Foto: Warner Bros.

Para llegar a encarnar a Martell envió una prueba de cámara al cocreador de la producción, David Benioff, gracias a que su amiga Sarah Paulson (Ratched) era cercana a la esposa del realizador, la también actriz Amanda Peet. Un gesto que parece haber devuelto recientemente: según contó el español Paco León (La casa de las flores) a El País, fue Pascal quien lo recomendó para The unbearable weight of massive talent, la cinta que ambos filmaron junto a Nicolas Cage en Europa.

“Coincidimos cinco minutos cuando vino a Madrid a un estreno. Pero había visto cosas mías y me recomendó”, contó el actor sobre su fichaje en la película que debutará este año, una comedia de acción en que Cage se interpreta a sí mismo y Pascal se pone en la piel de un fan multimillonario que le tiende una trampa a la estrella.

En su horizonte cercano también está el tercer ciclo de The Mandalorian, ahora parte central de las nuevas historias que Lucasfilm planea en torno a Star Wars. Luego de un despegue en edad madura, Pascal parece recién estar comenzando su era de apogeo en Hollywood.