La enmienda 25 es una norma constitucional de Estados Unidos relativamente tocada por series como 24 y Homeland y que, a raíz de la violenta invasión de ayer al Capitolio, ha vuelto a sonar en ese país.
¿El motivo? La cuarta sección de la enmienda dice que “cuando el vicepresidente y la mayoría de los principales funcionarios de los departamentos ejecutivos o de cualquier otro cuerpo que el Congreso autorizara por ley transmitir al presidente pro tempore del Senado y al presidente de la Cámara de Representantes, su declaración escrita que el presidente está imposibilitado para ejercer los poderes y obligaciones de su cargo, el vicepresidente inmediatamente asumirá los poderes y obligaciones del cargo como presidente en funciones”, según detalla una nota de El País.
En consecuencia, si Mike Pence, vicepresidente, y la mayoría de los secretarios de Estado —principales integrantes del gabinete de Donald Trump— o cualquier otro organismo autorizado por ley a través del Congreso declararan al presidente como incapaz para ejercer sus obligaciones, el vicepresidente las asumirá.
El disparo que empezó todo
La enmienda 25 fue aprobada por el Congreso en 1963 para asegurar la sucesión en el poder tras el asesinato del presidente John F. Kennedy.
Por entonces, el vicepresidente Lyndon B. Johnson asumió la jefatura de Estado pero no existía un mecanismo legal para ocupar el cargo. Fue el Congreso quien propuso la enmienda, que fue aprobada en 1965 y se convirtió en parte de la Constitución en 1967, tras ser ratificada por 38 estados.
Entre sus disposiciones establece que el vicepresidente se hará cargo del gobierno si el jefe de Estado muere, renuncia o es destituido, y crea el mecanismo mediante el cual el vicepresidente y la mayoría de los miembros del gabinete pueden declarar que el presidente es incapaz de “desempeñar las funciones y obligaciones de su cargo”, lo que puede llevar a que el mandatario sea sustituido por su número dos.
Esta última disposición es la única que nunca ha sido utilizada.
Aunque hoy, el incesante esmero de Trump por anular el resultado de las elecciones que perdió, se ha convertido en la prueba de resistencia más importante de la democracia estadounidense en generaciones.
Homeland 7
En una de sus líneas narrativas, la serie Homeland vuelve realidad la enmienda 25 (comentario libre de spoilers).
En su ciclo final, la llegada a la Casa Blanca de Elizabeth Keane (Elizabeth Marvel, que antes dio vida a la candidata presidencial Heather Dunbar en la tercera temporada de House of Cards) resulta polémica y resistida.
Según la oposición, la mandataria quiere hacer de los Estados Unidos el hazmerreír del mundo. No solo ha llevado a más de un inocente a la cárcel, incluido un personaje entrañable de la serie, buscando limpiar la casa: la enmienda 25 sobrevuela su cabeza.
En medio de una supuesta etapa de recolección de firmas, la Presidenta no está del todo segura sobre en quién confiar. Su vicepresidente asegura que está de su lado, pero se sienta a la mesa con parlamentarios dispuestos a destituirla.
Cuando Keane se entera de aquella reunión, fuera de sí, la mandataria escribe cartas de despido a varios miembros de su equipo que cree que pueden haber firmado contra ella y su gobierno parece tener las horas contadas.
La situación de crispa y solo se resuelve sobre el final de una temporada con muchos guiños a la actual política estadounidense. De hecho, el ciclo de cierre de Homeland se emitió al comienzo del mandato de Trump, aunque Showtime puso a una mujer a la cabeza de la Casa Blanca.
Según su showrunner, Alex Gansa, Elizabeth Keane “es un poco Hillary Clinton, un poco Donald Trump y un poco Bernie Sanders”.