Pese a la parálisis que atraviesa el sector que representa, los últimos días han sido de mucho movimiento para Horacio Salinas. La semana pasada, la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD), la entidad que preside, impulsó una campaña bautizada como “Salvemos la música”, con el fin de visibilizar en las calles la crisis que atraviesa el sector producto de la pandemia. Sólo días después, la autoridad sanitaria anunciaba un nuevo instructivo que prohibía a bares y restoranes del país -en fase 32 y 3 del plan Paso a paso- tocar música en vivo o envasada.

Ante el enérgico rechazo de su institución y de su gremio, el Minsal decidió esta mañana echar pie atrás y transformar la nueva normativa en solo una “recomendación” para este tipo de establecimientos.

“No es que se resuelva nada con esta medida. Se echa pie atrás con una medida inconsulta y absolutamente absurda”, analiza Salinas, quien pese a la última determinación del Ministerio de Salud cree que lo ocurrido en las últimas horas revela lo que considera una “falta de sensibilidad y diálogo” por parte de las autoridades frente a las problemáticas que enfrenta uno de los sectores más afectados por la pandemia.

“Era una medida muy extraña, yo creo que inconsulta, impensada. Pero de esto hemos visto mucho en las actitudes del gobierno, no es algo que sorprenda mucho”, dice el músico.

“Instala algo que hemos venido repitiendo: que no existe verdadera conciencia de lo que sucede en el mundo del arte y de la música en la pandemia. No hay ninguna valoración de la importancia que tienen estas manifestaciones en la vida de los ciudadanos, porque quien dictaminó esta reglamentación debe haber pensado qué función cumple la música en un restorán, en estos momentos azarosos que vivimos. Esto delata cierta insensibilidad respecto a los problemas que vive el mundo de la cultura”, añade.

-Durante la última semana y a raíz de esta polémica, ¿han podido dialogar con el Minsal o con el Ministerio de Economía?

Hemos intentado reunirnos con el Ministerio de Economía. Porque ellos se reúnen con todos los gremios pero nunca han manifestado algún interés por ver en conjunto con el mundo de las artes ver el estado de la situación, que es dramático. No hay sensibilidad respecto de estos problemas. La hay respecto de los taxistas, pesqueros, microbuseros, pero no con nosotros. Nosotros sentimos una orfandad terrible.

-Con el pie atrás que echó el Minsal con la prohibición de la música en restoranes, queda instalada la idea que es la ministra de Cultura, Consuelo Valdés, quien destraba esta situación. ¿Fue ella quien intercedió por el gremio o cree que fue más bien un efecto de la presión ejercida por diversas agrupaciones de músicos?

Nosotros (como SCD) nos movilizamos desde temprano, emitimos una declaración y rápidamente esto prendió en las redes sociales. La ministra se enteró de esto, nos ubicó, pero la verdad es que estas gestiones de la ministra era lo mínimo que nosotros podíamos esperar. Porque nuestros representantes de la cultura deben velar por defender este territorio de actividades tan trascendentales y estratégicas, y en eso nosotros nos hemos visto bastante desamparados en el último tiempo.

-¿Hay algo más de optimismo para lo que viene para su gremio después de esta última decisión de la autoridad sanitaria?

Es un pequeño signo de cordura dentro de una amplia falta de criterio para resolver los problemas más ordenadamente y con mayor consideración hacia las estructuras que sustentan a la música y las actividades artísticas. Nosotros tenemos que sentir que el ministerio de las Culturas defiende el patrimonio de la cultura en Chile frente a los ministerios de Hacienda y Economía, porque no tiene lógica que el ministerio de Economía decida y sobrevuele la existencia del ministerio de Cultura, debemos sentir a la ministra como una defensora de los artistas.

La situación este año va a ser igual o peor que lo que hemos vivido durante 2020, entonces las autoridades tienen que acercarse al mundo de las artes y buscar diálogo, que exista un poco de sensibilidad respecto de este sector que lleva paralizado diez meses. La gente necesita escuchar música, esto no es un capricho de los artistas, es un trabajo de los artistas y una necesidad social. Lo que nos queda por delante ver con las autoridades, que se acerquen y consensuemos una reactivación de las manifestaciones culturales.