La noche del 25 de febrero de 1964 quedó marcada para siempre en la historia del boxeo y del deporte mundial. Un joven Cassius Clay, posteriormente conocido como Muhammad Ali, se coronaba campeón mundial de peso pesado en Miami, tras vencer sorpresivamente al favorito Sonny Liston luego que éste tirara la toalla en el inicio del séptimo round. Sólo horas después, durante esa misma jornada, tendría lugar otro hito en la vida de Clay, de la cultura afroamericana y también la historia estadounidense del siglo XX. Claro que los detalles de ese episodio sólo los conocieron sus propios protagonistas.
En un encuentro a puertas cerradas en el Hampton House Motel de dicha ciudad, Clay se reunió con otros tres íconos afroamericanos de la agitada época que se vivía en el país: el activista por los Derechos Humanos Malcolm X, el entonces exfutbolista de la NFL Jim Brown y el cantante e ídolo del soul Sam Cooke. Cuatro leyendas y cuatro almas luchadoras por los derechos civiles en Estados Unidos, reunidas en la oscuridad de un momento de la historia norteamericana donde la segregación racial se hacía presente con las leyes de Jim Crown. Las mismas que impidieron que Ali se quedara en Miami tras vencer a Liston y tuviera que desplazarse hasta el barrio afroamericano de Overtown, a más de trece kilómetros de distancia.
Más de medio siglo después el encuentro entre los cuatro personajes es recreado en la pantalla en “Una noche en Miami”, película que desde hoy está disponible en Chile a través de la plataforma digital de Amazon Prime, tras su paso por festivales de cine en 2020 y un estreno limitado en su país de origen debido a la contingencia sanitaria.
Una radiografía de un momento que ficciona y especula sobre aquellas horas nocturnas de discusión entre los cuatro íconos, en torno a qué rumbo debía tomar la vida de cada uno en un momento decisivo y a algo aún más importante: el papel que tenían que cumplir en su rol de personajes reconocidos en una sociedad estadounidense cerrada a afroamericanos y a minorías en general.
Los hechos reales en los que se inspira el largometraje fueron los mismos que sirvieron de base para una primera adaptación como una obra de teatro homónima en 2013, escrita por Kemp Powers, quien aportó con el guión de esta cinta de 114 minutos. Ahora el turno de interpretar al grupo corrió por cuenta de Kingley Ben-Adir (Malcolm X), Leslie Odom Jr. (Sam Cooke), Eli Goree (Muhammad Ali) y Aldis Hodge (Jim Brown).
De los cuatro integrantes reales del grupo reunido en aquella habitación en Florida, solo queda vivo el último, Brown, hoy de 84 años. Eso sí, el ex NFL y actor de una decena de películas no fue consultado para guiar la realización de la ficción, que llega al público tras una investigación de larga data por parte de Powers, quien imaginó informadamente qué se dijo cada uno de los protagonistas, basándose también en las decisiones que los personajes públicos tomaron tras aquella noche. Cassius Clay incluso cambió su nombre por el ya conocido, luego de convertirse al Islam. Cooke y Malcolm X, en tanto, morirían meses después, ambos asesinados de un balazo aunque en muy distintas circunstancias.
Las “mallas” de heroína presentes en su interpretación en el particular mundo de la serie “Watchmen” (HBO) no parecieron ser suficientes para la actriz Regina King, quien tras dirigir diversos episodios de series debuta como cineasta con “Una noche en Miami”, sumando una medalla más a una temporada de ensueño para su carrera.
Incluso marcó un hito tras su realización, al ser la primera película de una directora negra seleccionada por el Festival de Cine de Venecia. A lo que se suma una promesa que va de la mano con la trama: 74 de las 129 personas contratadas en la producción fueron mujeres o personas de color, según aseguró la ganadora del Oscar.
Hasta ahora, la recepción por parte de la crítica especializada ha sido especialmente favorable para el drama de King, el cual se encarga de acotar la trama a tan solo una noche y deja fuera el trágico final de dos de los personajes principales, quienes murieron a menos de un año del encuentro. En su lugar zigzaguea entre la discusión política en una de las habitaciones del motel -que sirvió como refugio para afroamericanos de la década- y ciertos episodios de la vida de sus personajes, como la pelea de Clay durante esa noche o el lado más doméstico del ministro interpretado por Ben-Adir.
“Es un drama vibrante y estimulante cuyas circunstancias surrealistas pronto desaparecen para revelar una historia extraordinariamente humana”, señaló Leah Greenblatt al reseñar la cinta en Entertainment Weekly tras su proyección en festivales. “Puede no ser estrictamente fiel a la historia vivida, pero posiblemente incluso más rica”, añadió.
“Un debate fascinante sobre el poder por parte de aquellos que lo han ganado pero aún están averiguando qué hacer con él”, dijo Variety sobre la cinta, que acumula un 98% de aprobación en el sitio Rotten Tomatoes.
El relato de casi dos horas de duración sobre la icónica noche de estos cuatro activistas sociales se proyecta como seria candidata a la temporada de premios y a la edición 2021 de los premios Oscar, según han anticipado diversos expertos de la industria.