Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

El anterior es uno de los microcuentos más célebres de la literatura latinoamericana, escrito por Augusto Monterroso. Este y otros textos surgen en la conversación entre Margo Glantz (1930) con Alejandro Zambra (1975), que inaugura la vigésima versión de “Santiago en 100 palabras”.

Fue en 2001 cuando se lanzó por primera vez el certamen, con el objetivo de premiar los mejores cuentos cortos que describiesen la experiencia de la vida en la capital. Esa vez compitieron 2691 textos, cantidad que ascendió a los 9710 al año siguiente.

Ahora el concurso vuelve bajo el lema “¡20 años imaginando la ciudad!”, período en que se han recibido casi 750 mil relatos. La regla principal sigue siendo la misma: la historia debe tener un máximo de 100 palabras y debe ser una obra original e inédita.

Santiago en 100 palabras en su última versión. FOTO: Fundación Plagio

Para esta edición, el jurado está integrado por Alejandro Zambra, poeta y narrador chileno creador de novelas como Bonsái y La vida privada de los árboles; Juanita Parra, notable baterista que ha brillado en Los Jaivas; Margo Glantz, escritora, ensayista y profesora mexicana premiada en dicho país con el Premio Nacional de Ciencias y Artes y Carmen García, directora ejecutiva de la Fundación Plagio, que junto a BHP Escondida, organizan el certamen.

Hoy se empiezan a recibir los cuentos que competirán, convocatoria que estará abierta hasta el 30 de abril. Para celebrar el aniversario número 20 del evento, a las 19 h. se transmitirá un diálogo entre Margo Glantz y Alejandro Zambra, a través de los sitios Facebook y Youtube de “Santiago en 100 Palabras”.

En el encuentro, los escritores reflexionan sobre el alcance de la narración corta, la cual es un rasgo esencial en la creación de los cuentos. La autora de El rastro tiene ciertamente un interés por lo fragmentario. “No es que yo trabaje mucho la brevedad, sino que la brevedad se impone mucho en mi manera de escribir”, comenta en el conversatorio. Glantz y Zambra, a través de la charla, van dejando los nombres de diversos autores que han explorado el mundo de la microficción y que le pueden servir como inspiración al espectador: figuras como Nicanor Parra, Augusto Monterroso, Georges Perec, Martín Kohan, entre muchos otros.

El conversatorio toca temas como la existencia de la historia concisa en redes sociales, particularmente en Twitter e incluso, la escritora explica cómo la ironía y el humor pueden ganarse un lugar en este espacio donde no hay una jerarquía de la información.

En el diálogo, se leen algunos fragmentos hechos por distintos autores, en casos donde destaca el empleo de la anáfora “yo me acuerdo”, es decir, textos que repiten constantemente al comienzo de sus oraciones la expresión “yo me acuerdo”.

Al respecto, el poeta y narrador Alejandro Zambra comenta: “Todo ser humano podría hacer un ‘yo me acuerdo’”. Y ahí hay algo que me gustaría vincular con el concurso, porque en este concurso no necesariamente participa gente que quiere ser escritor. Sino que simplemente tiene una historia breve que contar en 100 palabras. Entonces creo que sí tiene sentido hablar del ‘me acuerdo’ en esa dirección, esa liberación del lugar distante que tiene el escritor. Digo, más allá de toda demagogia, uno toma el ejercicio del ‘me acuerdo’ y emprenderlo. Y algo se comunica”.

Para los interesados en participar, Glantz dice: “El único consejo es leer, leer, leer y leer y luego ponerse a escribir”. Quienes deseen postular su relato, podrán hacerlo ingresando a la página web oficial, hasta el 30 de abril.