Era enero de 2011 cuando salió al mercado discográfico un álbum con un título simple: 21. Adele, cantante británica, siguió la misma lógica de su disco debut -19-, quizás una forma de marcar sus logros a tan temprana edad.
Canciones como “Rolling in the deep”, “Set fire the rain” y “Someone like you”, comenzaron a sonar en las radios y se encendieron como pólvora. La londinense de pronto dejó de ser una joven desconocida que trabajaba en una tienda de discos, y su nombre acaparó la atención del medio musical.
21 se convirtió no solo en el álbum más vendido del siglo XXI, en 2012 pasó a ser el álbum más vendido de todos los tiempos. Una obra que contó con el trabajo del productor Rick Rubin, Ryan Tedder -vocalista de One Republic-, y Jim Abbiss, quien colaboró con Adele en 19, y produjo Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, el debut de Arctic Monkeys.
“Lo sentí de una manera que no se suele sentir”
NME relata que el cazatalentos de Artists & Repertoire (A&R), Nick Huggett fue uno de los grandes responsables de la exitosa carrera de Adele. Si bien fue un amigo de la británica quien publicó en My Space un video que la muestra cantando, fue Huggett quien insistió en conocerla y hacerle una propuesta.
“Lo recuerdo muy claramente porque se me erizaron los pelos de la nuca”, recordó Huggett en conversación con NME. “Fue la voz y la emoción lo que me llamó la atención; Lo sentí de una manera que no se suele sentir“.
Huggett intentó hablar con Adele varias veces y no recibió respuesta; al final, le pidió a su colega londinense, Jack Peñate, que los pusiera en contacto, y Adele, acompañada por su guitarrista Ben Thomas, acordó reunirse con XL Recordings.
A pesar de la maravillosa oferta, Adele se enfrentó a una encrucijada: a la artista le habían ofrecido un cupo en el Instituto de Artes Escénicas de Liverpool.
“Me preguntó qué debía hacer”, recordó Huggett. “Le dije: ‘No puedo decirte qué hacer’. Mirando hacia atrás ahora, se podría decir que, por supuesto, debería haber ido por la música, pero en ese momento, habría sido difícil para mí decirle eso a una joven de 18 años. No quieres ser la persona que joda la vida de alguien. Fue una buena lección para mí”.
Finalmente, Adele eligió XL Recordings en vez de la universidad de artes escénicas, y rápidamente se convirtió en una presencia recurrente en las oficinas de Ladbroke Grove del sello. “Ella venía y pasaba el rato en la oficina porque estaba un poco aburrida”, dice Huggett. “Un día entró para rellenar sobres, lo que, mirando hacia atrás, parece tan extraño”.
Con 19 (2008), Adele consiguió su primer disco liderando los ránkings, y se hizo conocida por éxitos como “Chasing Pavements”, “Hometown Glory” y “Make You Feel My Love”, un cover de Bob Dylan. No podía dejar pasar mucho tiempo para lanzar su siguiente trabajo.
La creación de 21 fue más compleja. Adele trabajaba en una tienda de discos en Londres y su tiempo se dividió constantemente entre su empleo y el sello Rough Trade. “Fue buscando una experiencia laboral y preguntó si podía tener un día libre”, dijo Huggett. “Ella realmente no explicó por qué, ¡pero resultó que tuvo un concierto en el Hollywood Bowl con Etta James ! Ella sorteó muchas cosas ... [el personal de Rough Trade] solo se enteró unos meses después”.
En ese entonces, Paul Epworth estaba haciéndose un nombre como productor indie. Epworth trabajó con Bloc Party en el álbum debut Silent Alarm y Lungs the Florence + Machines. Paul y Adele se conocieron cuando el productor trabajaba con Jack Peñate en Everything is New. Peñate invitó a su amiga y colega a cantar los coros de “Every Glance”.
“Se presentó en este pequeño estudio en Eastcote, los talleres de Walter en Kensal Road [en Londres]; era del tamaño de un cobertizo de jardín”, dijo Epworth a NME. “Bueno, en realidad, es un cobertizo con techo de fieltro! Tenía todo tipo de ideas locas, y ella estaba realmente dispuesta a hacerlo: hizo algunos coros vudú salvajes y locos. Nos reímos y ella se fue”.
“Hay algo en la crudeza, con todo su dolor y sentimiento”
“Aproximadamente tres meses después fue mi cumpleaños y creo que estaba muy borracho. [El mánager de Adele] Jonathan [Dickens] estaba allí y le dije: ‘Escucha amigo, Adele es divertida, ¿no es así? Me encantaría hacer algo con ella’. Un par de meses después recibí una llamada telefónica, ella vino al estudio y en una hora creo que habíamos escrito la mayor parte de ‘Rolling in the Deep’”.
“Me senté a tocar un piano durante media hora tratando de hacer acordes y sacar algunas ideas, y ella fue muy educada y se sentó allí el tiempo suficiente antes de decir: ‘No siento nada de esto’. Ella dijo, tengo esta idea, [cantando] ‘Hay un fuego…’, que se convirtió en la línea de apertura inmortal de la canción. Cogí una guitarra acústica y tocamos algunos acordes. Obviamente, había tenido esta idea durante algún tiempo: Adele es responsable de su sonido por completo”.
El mismo día, grabaron el demo vocal de “Rolling in the Deep” y, finalmente, ese mismo demo terminó en el álbum. “Creo que hay algo en la crudeza de esa primera toma vocal con todo su dolor y sentimiento”, dijo Epworth. “Es un cliché, pero es como capturar a una banda haciendo su primera toma. Es espontáneo, crudo y puede ser áspero en los bordes, pero cuanto más intentas pulirlo, más personalidad pierde”.
La misma semana, la dupla escribió “He Won’t Go” y “I’ll Be Waiting”, pero fue “Rolling in the deep” la que significó un antes y un después en su carrera. “Escuchó a Celine Dion y las Spice Girl “, dijo Epworth al hablar de las influencias de la artista, “pero también le encantaron Sam Cooke, Ella Fitzgerald y la música contemporánea de Londres, como Kid Harpoon”.
“Tan pronto como haces música con Adele, sabes lo astuta que es en términos de saber dónde prospera. En realidad, creo que fue Richard Russell de [XL Recordings] quien dijo que ella prospera en la oscuridad. Esa es la dualidad que tiene: hace estas grandes y hermosas canciones que realmente conectan con la gente y se sienten tan llenas de amor, pero sus mejores cosas también vienen del dolor”.
“Hay una falta de esnobismo en la música de Adele”
¿La clave del éxito de Adele? La sencillez. “Antes de ella y Amy Winehouse, muchas estrellas del pop británico eran un poco más cuidadas y menos identificables”, dijo Paul Epworth.
“Adele tomó su liderazgo de Amy Winehouse hasta cierto punto, y superó lo que Amy pudo lograr comercialmente, y eso llevó a toda esta idea de que el desvalido británico se convirtiera en una estrella del pop mundial”, coincidió Nick Huggett.
“Hay una falta de esnobismo en la música de Adele. Hay algo muy atemporal en las canciones de 21. En realidad, podrían ser de cualquier época de la música; es tan clásico que resiste el paso del tiempo”, concluye quien la convenció de grabar su primer disco tras verla en los rincones de My Space.
“¡Felices 10 años, viejo amigo! Es una locura lo poco que recuerdo de cómo era y cómo me sentía hace una década. Pero gracias desde el fondo de mi corazón por dejarnos entrar en sus vidas y dejarme ser la banda sonora de algunas de ellas”, escribió Adele en su cuenta de Instagram para conmemorar el aniversario.