Heredera de una tradición familiar, María Esther Zamora es una de las hijas del folclorista Segundo Zamora, y como cantante popular es una constante animadora de escenarios chilenos ligados al folclor. En dupla con el músico Pepe Fuentes, protagonizó una de las parejas más activas de la escena hasta la muerte del cantor en diciembre pasado.
Hoy, luego que la pandemia forzara al cierre del local, según reveló un reportaje de CHV, donde Marcelo Cicali del Bar Liguria cuenta que el arriendo se pagaba con la pensión del cantor, Zamora no sabe si podrá seguir manteniendo el centro de eventos de Av. Matta. “Yo no sé hacer otra cosa más que cantar y cocinar”, dice entre lágrimas en medio de una crisis agravada por la muerte del folclorista.
Para evitar el cierre, distintos artistas chilenos piden que La casa de la cueca sea declarada patrimonio cultural. “Es un patrimonio de nuestro país. Nosotros con ese afán la hicimos para que los jóvenes vieran cómo es un hogar verdaderamente chileno”, cuenta María Esther Zamora.
“Es una reserva de los valores musicales de Chile”, argumenta Francisco Durán. Para el músico de Lanza Internacional y ex-Los Bunkers, “la música es algo que uno vive en la cotidianidad y eso es lo que se vive en La casa de la cueca”.
“Si es que no han tenido la posibilidad de visitarlo, es uno de los corazones culturales de Chile y ese lugar tiene que salvarse. No hay otra opción”, dice Gepe, autor del disco Folclor imaginario: canciones recopiladas por Margot Loyola Palacios y algunas otras que vienen desde ahí, que grabó con músicos que pululan por la casona de Matta.
“Si no fuera por la música”, reflexiona la folclorista sobre Chile, “sería un país muerto. La música es vida”.