Artes escénicas online: las buenas cifras y la nueva oferta de la plataforma Escenix
Con más de 115 mil asistentes virtuales en estos primeros diez meses de funcionamiento, se robustece la cartelera de la plataforma, con 25 espectáculos gratuitos y 40 pagados. “Hemos llevado el arte a las regiones y a sectores donde no hay teatros”, destaca su cofundadora, Patricia Rivadeneira.
Más de 115 mil asistentes ha tenido en sus primeros diez meses la plataforma de artes escénicas en streaming Escenix. Fruto de un trabajo que comenzó mucho antes de la pandemia, su habilitación se aceleró con la emergencia sanitaria.
Cuando los alcaldes decidieron cerrar los colegios, el domingo 15 de marzo, y parte de la población se volcó al teletrabajo, el equipo de Escenix reaccionó con igual rapidez. Ese mismo viernes, el 20 de marzo, empezó a operar la plataforma.
Originalmente, Escenix.cl se lanzaría en el segundo semestre de 2020, pero se adelantaron para asumir un rol activo ante el cierre de los teatros y la suspensión de los espectáculos en vivo. Frente a la contracción que iba a sufrir el mundo cultural, se posicionaron como puente entre la creación nacional y el público.
Patricia Rivadeneira, cofundadora de la plataforma con el cineasta Esteban Larraín, aclara a Culto que “Escenix nació antes de la pandemia porque comprendimos que las artes escénicas necesitaban adaptarse a los desafíos de una sociedad siempre más digital, darle oportunidad al sector cultural de ampliar su espacio de acción, transformando la pantalla en un nuevo escenario”.
El proyecto era único en nuestro país: llevaban años grabando obras escénicas en función de producir un nuevo espectáculo audiovisual, con múltiples cámaras y con criterios digitales de edición. Y justamente abrieron con las nueve producciones audiovisuales que habían realizado en alta tecnología, de montajes como Xuárez (2016), de Manuela Infante; la obra de danza de José Vidal Emergenz (2019) y Lucila, luces de Gabriela (2020).
Asimismo, incorporaron nueve registros históricos del Teatro Ictus en el inicio. Desde entonces su oferta gratuita crece todos los meses. Acaban de sumar el ciclo “Italia en Escena”, gracias a una alianza con la Embajada de Italia en Santiago y el Instituto Italiano de Cultura.
Son cuatro espectáculos que se estrenan en Latinoamérica, tres de ellos, producciones de la Fundación de Teatro Emilia Romagna. Nicola Borghesi y su compañía Kepler-452 ofrecen una relectura contemporánea de El jardín de los cerezos, de Anton Chejov; incorporando la historia de una pareja real de la periferia de Bolonia que fue desalojada. En tanto, Por tu propio bien, escrita y dirigida por el napolitano Pier Lorenzo Pisano, explora una pregunta capital: ¿Qué es lo que realmente le hereda una madre a un hijo? Ya fue traducida al inglés y al francés.
Convertida en una compañía de culto por sus vanguardistas versiones de clásicos de Samuel Beckett y Harold Pinter, Theatrino Giullare vuelca toda su ironía en Menelao, un inesperado retrato del rey de la Esparta micénica: es poderoso y rico, y su mujer, Helena, es la más bella, pero es profundamente infeliz.
El ciclo “Italia en Escena” se completa con Troya City, la verdad sobre el caso Alejandro, monólogo escrito e interpretado por Antonio Lo Piccolo, y dirigido por Lino Musella. Reconstruye una de las tragedias de Las Troyanas, de Eurípides; la que el poeta dedicó a Alejandro (conocido también como Paris). Pone el foco en un dilema moral: aunque la profecía advirtió que Troya sería destruida si Alejandro vivía, ese asesinato no se cometió. Entonces, ¿son culpables o inocentes quienes no mataron a Alejandro?
El catálogo gratuito de Escenix cuenta con 25 obras. Se destacan tres clásicos del Teatro UC, que ingresaron en noviembre gracias a un convenio con el Archivo de la Escena Teatral de la Escuela de Teatro UC. Son Theo y Vicente segados por el sol, el inolvidable montaje de 1990 que dirigió Alfredo Castro y que contó con Héctor Noguera como Vincent van Gogh y Ramón Núñez como su hermano; Esperando a Godot, de Samuel Beckett, que dirigió Mauricio Pesutic en 1994, con Arnaldo Berríos y Eduardo Barril, y Sarah Bernhardt, producción de 1984 que estuvo dos años en cartelera, fue dirigida por Eugenio Guzmán y tuvo a Silvia Piñeiro en el rol protagónico.
Con la sorprendente cifra de 38 mil suscriptores, Escenix sigue siendo fiel a su meta original. “Estamos empeñados en hacer crecer la plataforma como un nuevo territorio de trabajo pagado para los artistas, sobre todo porque creemos en la necesidad de aumentar la inclusión digital, disminuir la brecha cultural y avanzar hacia la alfabetización digital como proyecto social para todos. Estamos en un momento histórico en que todos queremos expresarnos y compartir el escenario virtual”, explica Patricia Rivadeneira.
Es por ello que el 14 de enero inauguraron la modalidad VOD Escenix Play, con más de 40 obras, entre montajes teatrales, de danza y performances, y que crece cada mes. La más vista es La iguana de Alessandra, de Ramón Griffero, y también están Pobre Inés sentada ahí, la última obra que reunió en escena a Bélgica Castro y Alejandro Sieveking; Pareidolia, montaje familiar de La Llave Maestra; Lo que parecía un día normal de Circo Virtual y El Dylan de Teatro La Mala Clase, que llega a través de una alianza con la Corporación Cultural de Quilicura, además de tres mediometrajes de La Vieja Cuica.
También hay producciones internacionales, como Pachamamá, Chaplin XXL, Sueño Lorca, Oceanus y El Pack, gracias a un convenio con la plataforma española Scenikus. A mediados de febrero, además, estrenarán conciertos, partiendo con Congreso y Kuervos del Sur. Escenix Play opera con un pase de $ 3.990, que permite ver la obra elegida en el dispositivo preferido y cuantas veces se desee, en un lapso de 48 horas.
La plataforma fue destacada en 2020 por Startup Chile con dos reconocimientos: “The S Factory” y el premio “The Most Innovative Solution”. Pero sin duda, las 115 mil visualizaciones y los 38 mil suscriptores que han logrado en 10 meses son los mejores indicadores de la sintonía que han conseguido con el público, como confirma Patricia Rivadeneira.
Viendo la evolución de Escenix y la respuesta de la ciudadanía, ¿siente que el público valora el trabajo del mundo teatral y que el arte ha sido esencial en esta crisis sanitaria?
El público de Escenix valora y respeta el trabajo escénico, lo demuestran los comentarios en redes sociales y la fidelización de los inscritos. Ha estado atento y se ha volcado a seguir las propuestas. Tenemos algunos indicadores que se mantienen, la calidad de la propuesta es importante, que la obra dé una experiencia, que sea posible ensimismarse, que sea un momento de comunicación transformador. Sin duda hay gratitud porque hemos acompañado a las personas en esta reclusión y llevado el arte a las regiones y a sectores donde no hay teatros. Se ha conquistado un nuevo público. También se constata que el público digital es volátil, hace zapping, y por lo mismo nuestro desafío es sintonizarnos, es un desafío sutil, muy interesante.
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