Denisse Malebrán conoce de cerca la furia de la turba digital y las consecuencias de dar una opinión que puede ser impopular en redes sociales. En el último tiempo, y sólo por enumerar los casos más vistosos, la vocalista de Saiko ha sido criticada, vilipendiada o derechamente “cancelada” por diversas ideas u opiniones personales que ha planteado, como que la gente no pida el reembolso de entradas en los shows chilenos suspendidos por la pandemia para ayudar al gremio (marzo de 2020); también por cuestionar los destrozos en las manifestaciones sociales (“Rompiendo semáforos no instalas ningún discurso...”, dijo en septiembre pasado) e incluso por compartir un meme con burlas al reggaetón (septiembre 2019).
Una serie de episodios que, según cuenta, todavía se los sacan en cara de vez en cuando. De hecho, hace sólo unos días, debió bloquear a un usuario de Twitter que la estaba acosando diariamente y criticando “por el lugar donde iba a veranear”.
De alguna forma, Malebrán ha padecido también lo que este fin de semana han vivido dos de sus colegas más conocidas de la escena nacional, Camila Gallardo y Camila Moreno, ambas intensamente criticadas en las redes sociales en las últimas horas. La primera, tras su detención la noche del sábado por una reunión social en su departamento en el Hotel W de Las Condes que superó el aforo permitido -habían siete personas-, y la segunda, por reaccionar a este hecho con una publicación en Instagram donde reprochó a los que “juzgan con tanta moralina a la gente que hace ‘fiestas clandestinas’ pero siguen como borregos a un gobierno que tiene los malls abiertos y toma medidas insensatas”. Incluso, la cantautora planteó que todo lo anterior responde a “un nuevo orden mundial”.
“Uno puede enojarse o no coincidir con lo que alguien piensa, pero de ahí a llamar a ‘cancelar’ a las personas, me parece bastante fascista. Independiente de lo que hayan dicho o lo que piensen”, dice Malebrán. “Creo que hay separar, eso sí, porque cuando las opiniones de los demás ponen en riesgo a las personas, ahí entiendo que uno se asuste y termine poniéndole una cruz”, comenta, citando el ejemplo de una modelo que incitó a sus seguidores a seguir un régimen de 21 días de ayuno.
Si bien considera que Gallardo cometió un error y no está de acuerdo con los dichos de Moreno al respecto (“no comparto nada de lo que está diciendo pero no se me ocurriría castigarla por eso”, reconoce), la voz de Saiko cree que se han mezclado muchos temas que no debían mezclarse y que hay elementos que han interferido o distorsionado el juicio de valor de la gente. “Yo me he equivocado muchas veces en las redes sociales, provocando daño, daño en mi entorno, en un medio donde nunca he caído muy bien porque opino y meto las patas, pero hay que saber separar los temas”, plantea.
De hecho, resalta el caso del cantante nacional Pablo Chill-E, quien también hizo noticia este fin de semana por grabar un videoclip en Puente Alto rodeado de jóvenes y sin distancia social. “Lo que me parece importante decir, porque creo que ha pasado bastante colado, es que Pablo Chill-E hizo una presentación en la calle y no le dieron la misma cobertura en los medios de comunicación. No abrió el noticiario Pablo Chill-E cantando en la calle con muchas personas sin mascarillas y sí le dieron a la Cami”, comenta Malebrán.
“Yo además entiendo al Pablo Chill-E. No estamos hablando de alguien de mi edad, sino que de un cabro, que además siente que es un acto de justicia llevarle su trabajo a la pobla. Me parece súper admirable pero irresponsable. Entonces es súper jodido (...) Hubo muchos actos irresponsables este fin de semana por parte de colegas míos, pero lo que sí quiero decir, en términos de defenderlos a los tres, es que son cosas distintas, que tienen distintas dimensiones en cuanto a posible daño o probable irresponsabilidad. Y también hay que entender que son músicos, artistas, no son doctores. Se le ha dado durante muchos años demasiada importancia a la figura, la gente admira y le cree más a un futbolista que a un científico y eso está profundamente mal”, plantea.
“La gente no tiene que hacerme caso a mí, no tiene que imitar a Cami ni a Pablo Chill-E. Y creo que ahí los medios también tienen responsabilidad, porque el espacio que hay que darle a los artistas es haciendo su arte, es hablando del disco que sacó, pero no en términos personales porque la sobrevaloración de las figuras trae problemas”, agrega la artista. “Porque Cami (Gallardo) abrió el noticiero cuando hizo algo que por supuesto no corresponde, pero no abrió el noticiero cuando la nominaron al Grammy. Eso a mí me da rabia (...) Si vamos en bajada (en Chile), no hagamos farándula de la pandemia”.
“Uno sabe que cuando eres persona pública lo que uno haga va a tener una repercusión distinta, pero se están mezclando demasiadas cosas. Hoy los reportajes hablan de cuánto vale un departamento en el W, o sea, todo se desvirtúa y como somos un país muy dañado en las desigualdades, obviamente esto lleva a una discusión clasista. Lo mismo con la Cami Moreno. Insisto: es muy distinto ir a tu población y que salgan decenas de personas a escucharte, con todo el riesgo que eso tiene, a la Cami Moreno opinando desde su casa diciendo ‘déjennos vivir’. El caso que más me ha afectado es el del Flor Motuda, y no he visto ni de cerca la reacción que han tenido estos casos. Yo no estoy diciendo que esté bien, creo que está muy mal, pero también entiendo que la Cami (Gallardo) tiene 23 años, mi hija tiene esa edad y también hace estupideces”, plantea.
Finalmente, la líder de Saiko expone otro punto que cree ha sido determinante en lo ocurrido este fin de semana. “Como mujeres músicas siempre vamos a estar enfrentadas a un juicio distinto”, asegura.
“Tengo siempre el ejemplo vivo de que Mon Laferte fue citada a declarar por decir que hay muchos montajes en Carabineros, que es algo que muchos pensamos. Pero hay un trapero súper popular que tiene una canción en Youtube con millones de escuchas que dice ‘el que no salta es paco’ (El Futuro fuera de Orbita feat Kidd Tetoon) y jamás he escuchado a Carabineros quejarse de él. Ni con ninguno. Es con las mujeres”, añade.
Sobre lo que viene ahora para sus colegas, Malebrán concluye: “Las cabras van a pagar un precio igual, efectivamente tú público va a tambalear frente a lo que dicta la masa. Es tal la presión que ejerce el resto que terminan diciendo ‘sí, en realidad hay que cancelarla’. ¡Porque aquí cancelan hasta a personajes de series!. Es una generación difícil de entender y de definir, va cambiando demasiado rápido todo”.