The Rolling Stones son sinónimo de un concepto casi irrefutable: son los mayores íconos del rock del siglo XX, desde el salvajismo y la rebeldía de sus primeros años, hasta su reconversión en figuras corporativas capaces de administrar una marca aún millonaria.
No por nada, los casi 60 años que han pasado desde la formación del grupo parecen menguar bastante poco su presente: a pesar de que casi todos ya bordean las ocho décadas de vida, en sus últimos shows antes de la pandemia estaban bastante lejos de parecer veteranos resignados al inminente retiro artístico.
Y parte de eso se pudo observar el 3 de febrero de 2016, hace cinco años exactos. Esa noche, The Rolling Stones partió en el Estadio Nacional de Santiago su última gira por Latinoamérica y regaló un show redondo al que asistieron más de 60 mil personas. Tabaré Couto, un periodista uruguayo de 53 años y afincado en Chile desde los 90, es un fan histórico del cuarteto, esa noche estuvo en el coliseo capitalino y además tuvo el privilegio de darse un apretón de manos con el mismísimo Mick Jagger.
Cartón completo para cualquier seguidor, sobre todo para él, cuya casa está llena de discos, vinilos, pósters, revistas, poleras y toda clase de memorabilia propia de los hombres de “Angie”. En el país, es uno de los grandes devotos de la agrupación.
Trabajando de cerca con el periodismo de espectáculos, en 2016 Couto fue miembro del área de márketing y negocios de la Radio Futuro, la emisora oficial de los Stones en Chile. Ese mismo hecho lo llevaría, casi de casualidad, a estar cara a cara con sus más grandes ídolos.
“Cuando comencé a trabajar a mis 19 años, era imposible soñar con que uno podía ver a un grupo de estas características”, asegura el periodista, quien hoy día pierde la cuenta de las veces en que los ha escuchado en vivo.
“La primera vez que los vi fue en Estados Unidos en la década de los 90. A partir de ahí los pude ver en Buenos Aires, Montevideo y Santiago”, enumera, en el itinerario básico de los ingleses por la región, desde que aterrizaron por primera vez en el sur del mundo en 1995.
Para el show del 2016, Couto recibió una suerte de bendición: “Tuve la suerte de estar en la prueba de sonido uno o dos días antes, donde salieron a saludar, se notaban muy afiatados y profesionales”.
Por otro lado, uno de sus mayores temores era que, al ser el primer concierto de toda la gira, imaginó que la banda podría sentirse algo intimidada: “Fue todo lo contrario, los vi muy sueltos, potentes y sentí que disfrutaron mucho del concierto. Me pareció un gran show, uno de los mejores que vi. De hecho, comparándolo con otro que vi de esa gira en Montevideo, ahí los noté un poquito más bajos de energía, tal vez porque había mucha humedad y calor, pero en Santiago me pareció un show espectacular, redondo, con muchos matices, con momentos más íntimos. De todos los conciertos que he visto, fue de los mejores”.
Otro punto a favor fue el carisma de Jagger, a quien Couto describe como showman, el gran domador de multitudes en la fiesta Stone. Esto sin importar que esté tocando para 200 u 80 mil personas. También destaca la participación de la gente: “Yo noté mucha calidez, aún cuando el público chileno no es de los más stonianos, evidentemente en Argentina y Uruguay hay una suerte de hinchada masiva por los Rolling Stones, pero recuerdo el show como una velada espectacular”.
Hay otro dato singular de esa visita: el grupo tocó por primera vez, desde 1998, una de sus más bellas composiciones, “She’s a rainbow”, parte de sus años sicodélicos y que apareció en el setlist de Santiago gracias a una suerte de encuesta que se hizo en los días previos entre los asistentes.
Disfruta del concierto
Otra muestra de la suerte que Couto tuvo por esos días fue cuando participó del Meet and Greet: “Fueron los 45 segundos más felices de mi vida”, confiesa. En ese momento, abandonó el papel de periodista e hizo lo típico que hace un fan: “Les agradecí por su música, nos tomamos una foto que, por supuesto conservo acá frente a mi escritorio, y nos dimos un apretón de manos. Estuve cerca de quien yo considero el ícono guitarrista más importante de todos los tiempos (Keith Richards) y con eso me sentí pagado”, recuerda.
En ese fugaz cara a cara, Jagger les dijo a los presentes -también había otros miembros de radio Futuro- que disfrutaran del espectáculo y les agradeció su presencia.
En su época, The Rolling Stones era un grupo que representaba cierta rebeldía, y si bien de eso ya no queda tanto, hasta hoy son capaces de mantener su identidad, cualidad que Tabaré considera el secreto de su vigencia: “Yo creo que finalmente tú vas detrás de las canciones que para tu generación representaron algo, quieres revivir eso y ojalá lo más parecido a cómo la tocaron. Somos bastante conservadores los rockeros, preferimos escuchar ‘Gimme Shelter’ tal cual sonaba en el año 69. No nos gusta que cambie demasiado”, explica.
Según el criterio de Couto, en el 2016 la banda se encontraba en buen estado a pesar de la edad, “Keith Richards y Roonie Wood estaban tocando muy bien, Charlie Watts siempre impecable en la batería y su banda de apoyo también. Jagger canta bien, se mueve bien, controla sus movimientos, como que los dosifica y sigue siendo impresionante”.
Si bien hace años el grupo viene anunciando su última gira, la pandemia arrojó aún más incertidumbre sobre la opción de verlos de vuelta en un escenario. Por último, Tabaré Couto comenta: “Lamentablemente los obituarios están cerca y a este tipo de artistas se les termina el tiempo por temas lógicos de edad. Ojalá los pueda volver a ver y me gustaría que hicieran shows más a la medida, como cuando Paul McCartney tocó en el Movistar Arena para 15 mil personas, ahí disfrutas mucho más. Yo tuve la suerte de ver a los Stones en el Madison Square Garden con 15 mil personas y fue espectacular”.