El drama más reciente de Riz Ahmed lo sitúa en un papel protagónico complejo: un baterista de un grupo punk metal que comienza a perder la audición y ve en riesgo su carrera en los escenarios. ¿Su actuación? Se llenó de elogios y la cinta de dos horas, disponible actualmente en Amazon Prime Video, lo llevó a estar nominado como Mejor actor en la próxima edición de los Globos de Oro.
Se trataba de una película arriesgada que estuvo en planes durante 13 años y que requirió varios meses para que Ahmed se preparara en el instrumento de percusión y en el lenguaje de señas que se ocupó.
Ahora, ese esfuerzo de método parece valer la pena. Su nombre afloró en esa nominación y en otras más durante el último tiempo a lo largo de festivales de cine de mayor o menor relevancia para la audiencia. Los críticos de Atlanta y Kansas y los premios Gotham ya se encargaron de coronarlo en su rol protagónico y al final del camino se sitúan los premios Oscar, donde parece ser una carta prometedora pese a una competencia que posiblemente lo enfrentaría a gigantes como Gary Oldman, Anthony Hopkins o Tom Hanks.
Un buen momento para el actor de 38 años que con esta última creación se acercó a la comunidad sorda y siguió escribiendo la ascendente historia de una carrera que se apega a lo independiente pero que también se ha aventurado a probar suerte en taquilleras películas de grandes estudios de cine.
Un largo camino ha pasado desde su debut en 2006. En esos primeros pasos sus roles se adentraron en películas de televisión y series británicas. Tal vez las producciones más conocidas donde participaría fueron el documental “Camino a Guantánamo” (2006), su primer papel importante, y la miniserie “Dead set” (2008) de Charlie Brooker, creador de “Black mirror”.
De ahí en más sus participaciones en Reino Unido se diversificarían e incluso obtendría nominaciones a los British Independent Film Awards gracias a largometrajes como “Shifty”, “Four lions” y “Ill Manors”. Trabajos que en su mayor parte eran reflexiones sobre la identidad musulmana y los prejuicios de un pueblo, los mismos que él ha definido como pequeños, descuidados y muy íntimos. Pero también funcionaron como una especie de presagio europeo al éxito que le esperaba en los años posteriores.
Los fracasos
Claro, su avance hacia ese éxito se dio en mayor medida al acercarse al territorio estadounidense. Un nuevo escenario donde también se topó con situaciones poco gratas: guiones que requerían de ofensivos personajes de estereotipos musulmanes y audiciones previas donde no le fue nada bien, como en el caso de “Slumdog millionaire” de un reconocido Danny Boyle.
Hasta que con “Primicia mortal” (2014) llegó una nueva oportunidad. Se trató de un thriller moderno que protagonizó Jake Gyllenhaal y donde el joven actor interpretó al asistente de aquel deshonesto reportero criminal en las accidentadas noches de Los Angeles.
Así se sumaría en mayor medida a la industria hollywoodense. Aunque en ese caso en particular, y pese a los actores de renombre, también se trataba de una película de corte independiente, con Dan Gilroy en la dirección.
“Existe la suposición de que, como actor, Hollywood es siempre el punto final, pero nunca pensé en ese sentido”, indicaba a The Guardian en octubre de 2014, el mes de estreno de la cinta. También en esa instancia dio más indicios: “Si eres un artista de color, a veces Estados Unidos presenta más oportunidades. Creo que el cine en el Reino Unido tiene que ponerse al día”.
Así, participó de lleno en cintas más comerciales y de taquilla casi asegurada que no requerían de estereotipos de Medio Oriente. Primero, con un rol menor en “Jason Bourne” (2016), también como parte del universo creado por George Lucas en “Rogue one: una historia de Star Wars” (2016), y más tarde como antagonista en “Venom” (2018), largometraje de Sony basado en el personaje de los comics de Marvel. Así surtía a su carrera de productos a los que no estaba acostumbrado del todo.
En su paso por televisión norteamericana obtendría su primer premio Emmy en 2017. “The night of” de HBO, donde interpretó a un sospechoso de asesinato paquistaní-estadounidense, no solo le sirvió para obtener un galardón, también fue la ocasión para abrazar la primera nominación a los Globos de Oro. Aquella fue la vez donde pudo tantear el terreno que lo recibirá nuevamente el próximo 28 de febrero bajo otras condiciones en todos los sentidos.
Una aventura en la pantalla chica donde también se suman producciones como “The OA” de Netflix y “Girls”, también de HBO.
Sin embargo, un momento clave en la carrera de Ahmed se dio en 2018 con “The sisters brothers”. Un western con tintes de comedia protagonizado por Joaquin Phoenix y John C. Reilly que ponía al actor en los zapatos de un químico que debía escapar del dúo. De ahí en más algo cambió.
“Ese fue el punto de inflexión para mí como actor al darme cuenta de que quiero hacer algo un poco diferente. Quiero hacer que el trabajo funcione de manera diferente. Quiero crear desde un lugar diferente”, admitió a Indie Wire este mes, enfatizando en la necesidad de llevar más de él mismo a los personajes que interpretaba en la pantalla.
“Hubo una oportunidad de hacer proyectos más grandes y comerciales, ganar dinero y comprar una casa y todas esas cosas. Pero pensé ‘esta es tu oportunidad’. Mi instinto al respecto era fuerte. Por alguna razón, me sentí realmente hambriento por algo así”, comentó Ahmed a The Hollywood Reporter a principios de año y tras la salida de “Sound of metal”, cinta que se sitúa justo después del western de 2018 y de “Venom”, producción a la que pretende no volver en la secuela, argumentando que todo eso ya está explorado.
Las noticias más actuales sitúan a Ahmed con nuevos roles. Recientemente, y pese a la pandemia, terminó la producción de “Invasion”, un nuevo thriller de ciencia ficción que se agregará a su historial de trabajo con Amazon.
A eso se suma “Exist west”, una de las seis creaciones que tienen entre manos los Obama con Netflix. El destino pone al actor en la adaptación del libro “Bienvenido a occidente” de Mohsin Hamid que cuenta la historia de dos inmigrantes que abandonan su país de origen en busca de nuevas oportunidades.
Por otro lado, su incipiente productora, Left handed films, firmó un contrato con Amazon Studios y prepara la salida masiva de “Mogul Mowgli”, largometraje que Ahmed protagonizó y coescribió y que define como una obra personal. La historia es, curiosamente, protagonizada por un rapero británico-paquistaní que es afectado por una grave enfermedad en su primera gira mundial. Ahmed también ha desarrollado ese lado musical con “Riz MC”, carrera amparada en el rap, con álbumes de estudios y una cantidad importante de sencillos.
“Considero que los grandes actores son excelentes detectives, ya que luchan constantemente para encontrar la verdad de las circunstancias de sus personajes”, aclaró durante esa misma entrevista quien ahora tiene los ojos puestos no solo en las proyecciones de su productora o en las nominaciones y premios, sino que en el sueño de toda una vida: la adaptación moderna de “Hamlet” de William Shakespeare.