Por su hegemonía en rating y masificación, la tradición dicta que el “Big three” de la televisión estadounidense lo componen ABC, CBS y NBC, en ocasiones con Fox sumándose en la cuarta ubicación. Si bien los cambios parecen a la vuelta de la esquina por la arremetida del streaming, el llamado “Big five” de los estudios cinematográficos lo siguen integrando Universal Pictures, Paramount Pictures, Walt Disney Pictures, Warner Bros. Pictures, y Columbia Pictures.
Aunque menos difundido públicamente, las agencias de talentos de Hollywood también tienen su propio selecto grupo de compañías que reúnen a la élite de la industria. Un “Big four” en que se encuentran WME, CAA, UTA y ICM Partners, empresas encargadas de conducir las carreras y buscarles las mejores oportunidades laborales a astros como Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Amy Adams, Christian Bale, y a talentos emergentes como Anya Taylor-Joy y los actores de Stranger things.
A esa selecta primera línea se unió Pedro Pascal cuando en agosto de 2014 firmó con WME (William Morris Endeavor), gigante del entretenimiento mundial que tomó las riendas de su carrera y, tras su elogiado papel en Game of thrones, lo llevó a trabajar consecutivamente junto a Matt Damon (La gran muralla), Colin Firth (Kingsman 2: El círculo dorado), Denzel Washington (El justiciero 2) y Ben Affleck (Triple frontera).
También ha sido parte clave de su desembarco en múltiples proyectos de Netflix, comenzando por su rol del agente Peña en los tres ciclos de Narcos y terminando en The bubble, la comedia que empieza a filmar por estos días en Londres junto al director Judd Apatow (Virgen a los 40)
Por cómo opera Hollywood, un papel como el que tuvo en la cuarta temporada de la serie de fantasía de HBO puede ser la puerta de entrada a una agencia de prestigio, pero tanto o más importante es que esa compañía a cargo de su representación sea una de las top del circuito norteamericano. En otras palabras: durante los años en que interpretó pequeños personajes en series como The good wife o La ley y el orden difícilmente podría haber accedido a cualquiera de las oportunidades estelares que vienen de la mano con ser parte del grupo de nombres bajo el alero de WME.
Creada en 1898, la compañía ostenta el rótulo de ser la más antigua del mundo en su rubro, además de una de las más exclusivas, habiendo trabajado en su historia junto a estrellas como Charles Chaplin, Marilyn Monroe y Elvis Presley (cuando era conocida como WMA). En 2009 se asoció con Endeavor y no sólo cambió su nombre al actual: también profundizó en su dominio en diversos espectros del entretenimiento. De hecho, hoy maneja desde la estrella de la NFL Tom Brady hasta los principales fenómenos de TikTok y artistas como Shakira.
Al igual que ocurre con muchas figuras del medio, el intérprete chileno completa el equipo detrás de su carrera con otras dos firmas: Anonymous Content y Jackoway Austen. La primera, compañía de producción y gestión que también ha participado en películas como Spotlight (por la que ganó el Oscar), define en su web que “representamos directores, escritores, actores y comediantes excepcionales, y trabajamos en estrecha colaboración con ellos para lograr sus objetivos”.
El segundo, en tanto, es la principal cabeza de Jackoway Austen Tyerman Wertheimer Mandelbaum Morris Bernstein Trattner & Klein, uno de los mayores bufetes de abogados del mundo del entretenimiento.
El desembarco de Pascal en The last of us, la serie que prepara HBO basada en el popular videojuego homónimo, luce como la consecuencia natural de una racha imparable de papeles con buena recepción (el estreno casi simultáneo en diciembre de The Mandalorian 2, Mujer Maravilla 1984 y la película de Netflix Superheroicos marcó hasta ahora el peak de su trayectoria), un carisma y talento admirado por la industria, además de contar con las mejores redes en Hollywood gracias a una de las agencias pertenecientes al “Big four” de Norteamérica. La llave ideal para consagrarse como un top 1.