“A mi ciudad”: revive la otra voz de los ochenta
A 40 años de su lanzamiento y como parte de la música para la película "La mirada incendiada", basada en la vida del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, la canción de Santiago del Nuevo Extremo es reversionada por distintas figuras de la música nacional, incluyendo sus autores. Aquí, una crónica de cómo se registró uno de los himnos más conmovedores escritos durante el período del régimen militar.
¿Cuál es la excusa perfecta para traer de vuelta un clásico musical? Seguramente existe más de alguna respuesta, claro que la que hizo resonar nuevamente los versos de “A mi ciudad” de Santiago del Nuevo Extremo, a cuatro décadas de su salida, fue “La mirada incendiada”, película chilena que llega al streaming el próximo 9 de abril, basada en hechos reales y relatando los últimos pasajes de la vida de Rodrigo Rojas de Negri, fotógrafo asesinado en 1986 en un hecho que quedaría marcando como uno de los episodios más oscuros de la dictadura militar.
En 2021 la canción parece abordar sensibilidades parecidas, según sus creadores. Ahora, eso sí, su nueva vida se eleva gracias a voces clásicas talladas en el cancionero nacional y a miembros más jóvenes que se sumaron al cover, el que formará parte de la promoción de la cinta y que se incluiría en el corte final de la obra de Tatiana Gaviola.
Una suerte de apretón de manos entre el ayer y el hoy en un tema emblemático del llamado canto nuevo, fraguado entre peñas, pastos universitarios, eventos de poesía y literatura, y sitios como el Café del Cerro. Además, una composición altamente emotiva, retrato del Santiago de esos años más lúgubres, quizás hasta hoy un contrapunto de la óptica más acelerada y deslenguada impuesta por coetáneos como Los Prisioneros en su propia voz de los 80.
Es, finalmente, una comunión artística y generacional de cantautores como Luis Le-Bert (autor del tema, líder de Santiago del Nuevo Extremo), Roberto Márquez y José Seves, a los que se sumaron nombres como Ismael Oddó, Javiera Parra, Camila Moreno, Evelyn Cornejo, Camilo Le-Bert y Juan Carlos Maldonado, actor que tiene el rol protagónico en la cinta.
El miércoles por la tarde la reunión se dio entre abrazos de viejos colegas, citados para cantar el coro en una antigua casona ubicada en la comuna de Ñuñoa, espacio de los Estudios Celis. Claro que la instancia también era la oportunidad para grabar parte del videoclip musical que se prepara y que se difundirá en la web durante la próxima semana, según aseguran desde la distribuidora.
Pese a que “A mi ciudad” es una pieza reconocible por buena parte de la generación que vivió los 80, esta nueva lectura tuvo un origen mucho más casual. La idea nació cuando el equipo, que por estos días orquesta la difusión del filme, supo que Juan Carlos Maldonado era cantante. “Era buscarle un ajuste a la película, con una campaña que fuera un poco más atractiva, era bonito pensar en ver a un actor principal cantante en contrapunto con Luis Le-Bert”, comenta Alfredo Troncoso, parte de Macondo y productor a cargo de la distribución y de esta reversión del tema. Que ahora también corrió bajo el alero de la producción musical de Cristóbal Pérez (Pera Prezz) junto a Misha Celis, y Juan Manuel Castillo Le-Bert como co-productor.
“Se trató de hacer una versión más moderna, con frescura y sonidos más actuales, que no fuera tan folk, como es el caso de la versión original”, detalla Pérez sobre una producción en tiempo récord que se fue armando en las dos últimas semanas.
Volver al origen
“‘A mi ciudad’ nació al borde del toque de queda llegando a mi casa, debo haber tenido unos 18 años. Es un poco terrible porque evoca una participación ciudadana que no existía, pero, también se mezcla con una pena del alma que tenía que ver con el amor. Fue escribir sobre esta ciudad tan grande y llena de soledad y con mucho miedo. Era algo muy parecido a la desconfianza que existe hoy”, comenta su autor, Luis Le-Bert, despreocupado, histriónico, en medio de punteos con la guitarra acústica y entre conversaciones con sus pares del apartado artístico, de los cuales estuvo un tanto alejado desde el inicio del confinamiento.
Y si en sus primeros años el conjunto y la canción resultó una expresión que sonaba en las esferas más combativas y militantes del país, lentamente su eco se ha ido apagando. ¿Qué tan actual suena hoy “A mi ciudad”? ¿Qué ha pasado con ese himno en las últimas tres décadas?
Le-Bert hace una reflexión mientras camina por el pasaje donde se ubica el estudio, bajo el calor abrasador. “Me pregunté lo mismo toda una vida, si es que era normal pasar de ser el cassette más pirateado de Chile durante tres años, o el segundo lugar en ventas durante un año después de Don Francisco y el bailongo, a no estar en el Estadio Nacional para la fiesta del “No” y no estar nunca más en ninguna programación. Me dijeron que me había escondido en mi oficina de arquitecto, claro que una parte de mí también pensaba: la historia fue tan dura que quiero descansar”.
Ahora, volver a las letras de la composición evoca más de un recuerdo en la mente de las figuras que dijeron presente en la instancia. “Recibir estas canciones desde Chile estando en Italia era realmente una ventana por donde se podía ver algo del país, porque en general lamentábamos haber perdido la vida presencial”, comenta sobre la obra José Seves, integrante de Inti-Illimani Histórico. “El nacimiento de estas expresiones, como las de Santiago del Nuevo Extremo, nos daban mucha luz y admiración de la valentía de cantar y decir cosas que tenían un significado que queda en la historia. Esta canción representa al cuerpo de Chile”, detalla.
“Se liga, es muy apropiada y particularmente ‘A mi ciudad’ llama a recuperar este valor comunitario, de sociedad, de seres fraternales, de poder aclarar qué cosas son valores patrios”, profundiza Seves.
A él se suman otras voces. “La canción tenía mucho que ver con ese tiempo, pero no era la única de ese disco. Hay algunas que retratan muy bien el Chile de la dictadura, donde el canto nuevo está buscando expresarlo. Siento que en eso Santiago cumplió un rol bien importante, son canciones muy significativas para la gente que vivió ese período y sobre todo para poder tener claro que hay cosas que pasaron y que no podemos olvidarlas”, comenta Roberto Márquez, miembro insigne de Illapu, quien conoció al conjunto de Le-Bert en Francia tras el exilio de 1981 de la agrupación.
Por otro lado, Juan Carlos Maldonado, se vio inmerso en otro desafío que requería el ser multifacético. Por un lado interpretando a Rojas, y por otro sumándose al trabajo en el estudio como parte de la camada más joven. “El honor es poder compartir con grandes referentes de la música chilena. Y bueno, por un lado estoy motivado por la música y me encanta, pero también concentrado en este trabajo de ahora, de hacer cine, teleseries y nuevos proyectos”, aclara el interprete de 32 años que también forma parte del grupo La Sagrada, en una mezcla del género ska y de las corrientes andinas.
Así, el soundtrack de la cinta incluye “A mi ciudad” y “Simplemente” del álbum de 1981 del conjunto, sumándose a “Para seguir viviendo” de Illapu -otro homenaje póstumo a Rojas- y a la composición original de Carlos Cabezas para la música incidental.
“Lo que ocurre es que estamos tan solos como en esa época y por eso esta canción cae tan bien, por eso toda la gente que ha visto la sinopsis de ‘La mirada incendiada’ llora, se dan cuenta que hay un tema irresoluto entre nosotros, algo que hay que solucionar urgentemente. Por eso es tan importante la película, el decir ‘nosotros venimos de esto’, de un incendio. Han pasado 46 años y yo todavía veo miradas que se incendian y ‘A mi ciudad’ es la respuesta, con ella ocurre la magia”, concluye Le-Bert.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.