“La encontraron. Encontraron a tu madre”. Han pasado casi tres años (años televisivos, claro está) desde que el mánager argentino Hugo López pronunció en pantalla esas palabras mientras le entregaba a Luis Miguel un sobre con el sello de la Mossad, con el resultado de la investigación que el servicio secreto israelí habría realizado en torno a la desaparición de la madre del cantante, Marcela Basteri.

Así terminó -en julio de 2018- el último capítulo del primer ciclo de Luis Miguel, la serie, la producción de Netflix que revitalizó el tumultuoso presente artístico del ídolo mexicano, revivió el interés por su compleja y hermética biografía y, de paso, llevó a los telespectadores de toda Hispanoamérica a involucrarse a fondo en un intrincado rompecabezas donde la realidad y la ficción se mezclaron de una manera notable. Sin ir más lejos, mientras la plataforma emitía el último episodio de la serie en simultáneo para las pantallas de todo el mundo, el solista cantaba esa noche en un auditorio de Valencia, España, en un singular contraste entre realidades y virtualidades al que nos hemos ido acostumbrando.

De haber ocurrido en la vida real-real ese supuesto encuentro entre López y Luis Miguel, el episodio habría tenido lugar en 1992, poco después de la muerte del padre del artista, el sádico Luisito Rey, en un hospital español. Y es precisamente ese año donde se retomará la trama de la serie biográfica, con una esperada y postergada segunda temporada que Netflix estrenará el próximo domingo 18 de abril, un día antes del cumpleaños número 51 del intérprete de La incondicional.

Por ahora, dentro de lo que la producción ha adelantado, se sabe que este nuevo ciclo volverá nuevamente a desarrollarse en dos líneas de tiempo de la vida y carrera del mexicano: por un lado, con los hitos de mediados de los años 90, cuando “Luismi” se transforma en un ídolo planetario y alcanza la cúspide de su éxito musical mientras se hace cargo de sus hermanos ante la ausencia de sus padres. Por otro, una trama ambientada a comienzos de los 2000, con el cantante intentando exorcizar sus fantasmas personales al reconectarse con su hija distanciada, Michelle Salas.

Todo lo anterior, obviamente, con una enorme incógnita que como telón de fondo de toda la nueva temporada para la que todavía no hay respuestas, ni en la serie ni en la vida real: ¿qué pasó realmente con la madre de Luis Miguel después de su desaparición en 1986? Un misterio que la propia ficción revivió -el tema ha vuelto a ser materia de investigación en México y Argentina- y que involucra una gira chilena del cantante dentro de la enredada ecuación.

A la espera del estreno, aquí un repaso a los personajes que serán parte de la segunda temporada de la serie y a las dudas que se espera que la producción resuelva de una vez por todas.

Confirmado: el protagonista de la serie seguirá siendo el protagonista de la serie en el segundo ciclo. Nada muy sorprendente en este punto, sobre todo considerando que la carrera del mexicano Diego Boneta parece a estas alturas entremezclarse con la de Luis Miguel de forma inexorable.

El actor hasta ahora ha sido uno de los más cautelosos en no adelantar detalles de los nuevos capítulos, aunque en el trailer se le puede ver cantando Qué nivel de mujer -nuevamente usando su propia voz-, recreando los días de estrellato continental del cantante -con hitos como su encuentro con Frank Sinatra en Estados Unidos- y sufriendo con los estragos del tinnitus, la enfermedad auditiva que ha condicionado los últimos años del artista y su performance escénica (para desgracia de sus sonidistas).

Reconocido en Chile por sus constantes visitas al país -ha estado en la gala del Festival de Viña y protagonizado spots publicitarios para el retail local- y su relación sentimental con Maite Rodríguez, el galán de 30 años sigue siendo tema de farándula en todo el continente. Incluso, medios mexicanos han publicado sobre un supuesto romance entre él y Michelle Salas, la hija de Luismi, lo que vuelve a enredar la ficción con la realidad.

La actriz mexicana Camila Sodi reaparecerá en esta temporada en el rol de Érika Camil, la pareja de Luis Miguel entre fines de los 80 y comienzos de los 90. Una “prima” del solista aunque sin vínculo sanguíneo, al ser hija de un gran amigo de la familia del músico.

Tal como han señalado medios de su país, el personaje de Sodi está basado en Erika Ellice Sotres Starr, conocida artísticamente como Issabela Camil, una actriz mexicana que actualmente tiene 49 años y que conoció a Luismi en su adolescencia, porque su padre, Armando Sotres, se hizo amigo de la familia.

Sotres y Luis Miguel estuvieron juntos -al menos- entre 1989 y 1994. Y aunque la mujer en la vida real no se ha referido en detalle a la serie ni a su vínculo con el artista, antes del estreno en Netflix reconoció que “esa relación fue importante, muy fuerte y de mucho tiempo. Duró seis o siete años”. Por esos días, además, le dejó un cariñoso mensaje en Instagram a Camila Sodi, con quien se habría reunido en diversas oportunidades para darle forma al personaje en la ficción.

¿Qué ocurrirá con Érika en esta temporada? Si bien desde la producción se han limitado a adelantar que el personaje de Boneta “intenta enmendar la relación con su novia Érika”, es de esperar que la joven sea una de las grandes damnificadas en la trama, considerando el reencuentro de Luis Miguel con la hija de una relación anterior -Stephanie Salas, con quien habría tenido una relación en paralelo entre 1988 y 1992- y los publicitados romances que el solista tuvo en los años 90, con figuras como Daisy Fuentes y Mariah Carey.

La modelo, cantante y actriz argentina Macarena Achaga (29) debutará en la serie en el papel de Michelle Salas, la hija de Luis Miguel, con quien éste se reencontró a mediados de los 90 tras más de una década de ausencia, para actualmente mostrarse periódicamente juntos en redes sociales, dando cuenta de un lazo que parecieran haber sanado.

Nacida en Mar del Plata en 1992, Achaga comenzó a trabajar como modelo cuando tenía sólo 15 años y luego alcanzó la fama como parte del elenco de la serie juvenil Miss XV, por el que fue nominada a los Kids Choice Awards como Revelación en 2011. En 2013 formó parte del elenco de Gossip Girl Acapulco, la versión mexicana de la exitosa serie estadounidense homónima.

Y siguiendo con los paralelos entre realidad y ficción, Achaga -según la prensa trasandina- sería actualmente pareja de Juan Pablo Zurita, modelo y youtuber mexicano que que en la serie interpreta al hermano menor del cantante, Alejandro Basteri. Otro romance que habría surgido en el set de grabación de la apuesta de Netflix.

Los nietos del recordado cantante Dyango se han vuelto pieza clave de Luis Miguel, la serie. Mientras Izán Llunas fue el encargado de dar vida a Luis Miguel en su infancia durante la primera temporada, ahora será el turno de brillar para su hermano, Axel Llunas -también hijo de Marcos Llunas-, quien en este ciclo encarnará al hermano “perdido” de Luis Miguel en la vida real, Sergio Basteri.

El menor de los hijos de Marcela Basteri tenía sólo dos años cuando su madre desapareció de la faz de la Tierra, por lo que se espera que la serie de Netflix pueda dar luces de su misteriosa vida y de su paradero, del que hay diversas versiones: mientras algunos medios mexicanos han señalado que el joven -actualmente de 36 años- viviría en Madrid desde su infancia, tras ser cuidado por sus abuelos paternos, otras publicaciones aseguran que Sergio reside actualmente en México.

El trailer de la segunda temporada da pistas de un desenlace que ya es conocido: el mánager de Luis Miguel, Hugo López, murió el 30 de noviembre de 1993 a los 51 años, víctima de un cáncer al colon terminal que padeció durante ocho meses y que le ocultó al cantante hasta sus últimos días.

La partida de López permitió el ingreso en la vida del artista de Alejandro Asensi, el otro gran representante que tuvo el ídolo mexicano en sus días de esplendor, quien también entra en escena en este segundo ciclo de la producción.

De origen español, Asensi tuvo un final abrupto de su vínculo con “Luismi”: el periodista Javier León Herrera, biógrafo de Luis Miguel, ha detallado que la relación se quebró en 2008, cuando Asensi comenzó una relación amorosa con Michelle Salas, veinte años menor. Un romance que el mexicano nunca aprobó.