Javiera Cereceda Orrego es uno de los nombres ineludibles de la escena local en los últimos 25 años. Con discos de altísimas ventas y resonancia radial (Corte en trámite, de 1995; AM, de 2001) ha llegado hasta el nuevo siglo con una propuesta que fusiona la cantautoría con el pop melódico, sin olvidar la inmensa cuna artística de donde proviene.
Consultada por Culto en torno a qué discos podría sugerir para descubrir en este nuevo período de encierro, la artista se decanta por dos opciones.
Primero, recomienda Dimanche à Bamako (2004) del destacado dúo de Malí Amadou & Mariam, representantes de un estilo conocido como afro blues, donde se abrazan las guitarras eléctricas con los violines de Siria, las trompetas cubanas, las tablas indias y las percusiones propias del centro de África: “Es un álbum que estuve redescubriendo y es una maravilla, es una pareja de ciegos y cantan hermoso. Manu Chao produjo el disco hace unos años y son ritmos alegres, simpáticos, te tira para arriba y es ideal para tiempos un poco tristes”.
Por otro lado, Parra también abre espacio a lo local y recomienda Socos (2019), el último disco que lanzó el fallecido trompetista Cristián Cuturrufo. “Ojalá su música se escuchara siempre y no solo en pandemia, Socos es una joya del mejor trompetista que Chile ha tenido, fue un gran gestor cultural, generoso para participar en cualquier colaboración y apoyador de las nuevas generaciones de músicos, un amigo lleno de pasión y vida por su instrumento, lo admiro mucho y quiero que su legado no se seque jamás, hay que regarlo y darlo a conocer. Por último recomiendo escuchar el proyecto que hice en enero con Humboldt que se llama Tu isla”.