Ya en 2003, el cineasta Stephen Frears había dirigido una película sobre Tony Blair (Michael Sheen). Se llamó The deal y abordó la tensa relación entre Blair y Gordon Brown en los años 80 y 90 por el liderazgo laborista.
El proyecto fue encargado por la televisión británica, por lo que no tuvo el impacto en el mundo que unos años después generaría La reina (2006), en que el director de nuevo contó con guión de Peter Morgan y reunió una tringulación soñada en términos dramáticos: la reina Isabel siendo convencida por el primer ministro británico para que se pronuncie a nombre de la familia real tras la consternación por la muerte de Lady Di.
Toda la atención giró en torno a Helen Mirren en el papel de la monarca (por el que ganó el Oscar y arrasó en la temporada de premios) y a Sheen repitiendo su rol de Blair, pero también la cinta se abrió a mostrar a otros miembros de la casa de Windsor, como Carlos y Felipe. Se convirtió así en la primera ocasión que la realeza británica era foco de un largometraje de ficción con ese nivel de exposición.
“Son, al mismo tiempo, figuras ridículas en público; mientras que en privado, imagino, Carlos es inteligente”, apuntó Stephen Frears en una entrevista a Slate en esa época, llamando al príncipe consorte “una especie de fascista cómico”. Su mirada y la de Morgan sobre el fallecido duque de Edimburgo –interpretado por James Cromwell en La reina– serían sólo la primera pieza de una serie de nuevas encarnaciones de la familia real, encabezadas por The Crown.
James Cromwell – La Reina
El veterano actor estadounidense de películas como Milagros inesperados y Babe, el chanchito valiente interpretó a Felipe en la película de 2006. La cinta imagina el mundo íntimo de la Reina y del príncipe consorte en Balmoral (donde la familia se reunió tras la muerte de Diana), apoyado en lo que el director Stephen Frears y el guionista Peter Morgan pudieron recopilar en una época en que existía mayor hermetismo en torno a la realeza. Ante la disparidad de los relatos consultados, la apuesta fue el equilibrio: “Decidimos mostrar que a veces dormían juntos, a veces no”. Lo mismo aplica para el retrato de Cromwell, parco pero lo suficientemente empático como para resultar interesante.
Matt Smith – The Crown
A la cabeza del elenco junto a Claire Foy, el actor de Dr. Who se puso en la piel de un joven duque de Edimburgo en las dos primeras temporadas de la serie de Netflix. Una figura que de golpe se encuentra asumiendo un rol público secundario, tras la muerte de Jorge VI, la sorpresiva abdicación de Eduardo VIII y la posterior coronación de Isabel. Carismático y muchas veces contrariado entre sus deseos y su deber, la versión de Smith de Felipe sostuvo dramáticamente la trama junto a la protagonista y la princesa Margarita encarnada por Vanessa Kirby.
Tobias Menzies – The Crown
El cambio de elenco que la producción introdujo en el tercer ciclo vino acompañado de un retrato más gris y desencantado de la Reina y el príncipe consorte. Menzies, con una actuación menos sutil que su predecesor, lo interpretó en momentos como la difícil relación con Carlos, la expansión de la familia y, en un arranque de la trama central de la tercera temporada, en un episodio centrado únicamente en su obsesión con la llegada del hombre a la Luna en 1969. Un capítulo que sirvió para exponer su insatisfacción frente a su falta de logros.
Jonathan Pryce – The Crown
Hasta al menos 2022 habrá que esperar para ver la versión que ofrezca el actor galés de Felipe. El intérprete de Los dos papas encabeza el renovado elenco junto a Imelda Staunton (Isabel II) y los nuevos Diana y Carlos, la australiana Elizabeth Debicki y el británico Dominic West. Interpretará el rol en las dos temporadas finales de la ficción, que no alcanzarían a cubrir hasta nuestros días, si el creador Peter Morgan es fiel a su lógica, que prefiere primero pasen 20 años antes de incluir un hecho histórico en sus trabajos. Aunque el antecedente de La reina ofrece esperanzas: habían pasado apenas nueve desde la muerte de Diana cuando se estrenó el filme con Helen Mirren.