Los vaivenes del circuito cinematográfico en tiempos en pandemia llevan a que Nomad: In the footsteps of Bruce Chatwin, siendo el antepenúltimo largometraje de Werner Herzog (78), llegue recién a Chile. Han pasado dos años desde su estreno en el Festival de Tribeca, en Nueva York, donde tuvo una cálida recepción.
Tanto este como sus otros dos trabajos recientes (que se vieron en el país durante el año pasado), la ficción Family romance, LLC (2019, en Mubi) y el documental Fireball: Visitors from darker worlds (2020, en Apple TV+), comparten haberse alojado en plataformas digitales. Una vía de exhibición que no se anota entre las preferencias del director de Fitzcarraldo (1982), pero que tampoco es objeto de su desprecio.
Insistiendo en que el cine “sigue siendo la madre de todas las batallas y la experiencia colectiva de la sala sigue siendo única”, el autor alemán también sumaba matices a la discusión entre el streaming y la pantalla grande en una entrevista concedida a Culto en noviembre pasado: “No deja de sorprenderme cómo internet popularizó mis películas: casi todas se encuentran ahí”.
Exhibida en el VOD de la Red de Salas desde este jueves 15, Nomad: In the footsteps of Bruce Chatwin es justamente el filme que trajo a Herzog a Chile en noviembre de 2018 y que lo tuvo como protagonista de una charla el 27 de ese mes, como parte del ciclo La Ciudad y las Palabras que organiza el Doctorado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica.
El director encabezó una de las jornadas más multitudinarias de esa cita en Santiago (también visitó por Valparaíso), pero su trabajo en el set se concentró en el extremo sur del país. Allí el hombre detrás de Aguirre, la ira de Dios (1972) arribó para conectarse y filmar un lugar que Chatwin –aventurero con el que forjó una gran amistad en los 80– recorrió en una de sus tantas odiseas. De hecho, el británico le dedico un libro al lugar, Patagonia (1977), en el que indagó en la figura de un ancestro que descubrió allí un animal milenario.
Cómodo e identificado con el espíritu errante de Chatwin (fallecido en 1989 por complicaciones derivadas del Sida), el cineasta alemán circula por la Cueva del Milodón, Punta Arenas y el Seno Última Esperanza, parte del primer capítulo del documental. El resto del metraje (89 minutos) lo dedica a otros siete episodios que dialogan con la obra del aventurero inglés, una figura que prácticamente no dejó continente sin visitar.
En Australia, por ejemplo, escribió The songlines (1987), que se convirtió en un éxito en su momento. Su foco en ese caso fueron los aborígenes del interior del país, un punto sobre el que su incansable amigo cineasta vuelve en Nomad, entusiasmado tanto en revivir sus peripecias como en abordar el cruce de sus experiencias. Ambas, pese al poco tiempo que pasó entre que se conocieron y Chatwin falleció, quedaron vinculadas indeleblemente.
Cobra Verde (1987), la última película que Herzog filmó con su actor fetiche Klaus Kinski, se basó en la novela que el británico lanzó en 1980, The viceroy of Ouidah, inspirada a su vez en el traficante de esclavos brasileño Francisco Félix de Sousa.
En el documental el cineasta incorpora la fascinación de Chadtwin con Fitzcarraldo y por su obra en general. En otro pasaje también recuerda que Scream of stone, su cinta de 1991 sobre dos escaladores que se desafían a subir Cerro Torre, en la Patagonia, fue una especie de homenaje a su compañero. A fin de cuentas, Nomad es un tributo a la amistad y al espíritu indómito de dos hombres que apenas coincidieron unos años pero que formaron un lazo entrañable y perpetuo.