El streaming continúa su ascenso imparable. Luego de un 2020 en que el encierro aceleró las transformaciones de Hollywood y sus mayores gigantes, las plataformas siguen perfeccionando sus estrategias. La batalla, como se sugiere desde hace tiempo, no es por Norteamérica, ni siquiera por Occidente. Es una disputa global.

El primer servicio digital que entendió que para alcanzar esa meta resultaba indispensable producir series y películas en idiomas distintos al inglés fue Netflix, impulsado por el fenómeno alrededor de la española La casa de papel, la alemana Dark y recientemente ¿Quién mató a Sara?, producción mexicana escrita y creada por José Ignacio “Chascas” Valenzuela que dominó el ranking mundial.

En octubre de 2018 la plataforma anunció su primer largometraje con realizador, historia y productora (Fábula) provenientes desde Chile, Nadie sabe que estoy aquí, la cinta con Jorge García en el rol principal, que fue filmada en Puerto Octay por el director Gaspar Antillo.

Aline Kuppenheim encarnará a Verónica, el personaje inspirado en Viviana Haeger. Foto: Reinaldo Ubilla

Pero sólo ahora, en el año en que se cumple una década desde el arribo de la plataforma al mercado local (en septiembre), Netflix oficializa el otro hito que se mantenía pendiente: la realización de su primera serie en el país. Su debut en territorio chileno con una “original” -como se denomina en la industria- lleva por nombre 42 días en la oscuridad y se trabaja como un thriller policial inspirado en el caso Haeger, con Fábula como la productora detrás del proyecto.

La historia ha sido desarrollada durante los últimos años por la compañía de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín, después de que el periodista y guionista Rodrigo Fluxá se les acercara con la idea de crear una serie basada en el caso que en junio de 2010 consternó al país: la desaparición y posterior hallazgo del cuerpo de Viviana Haeger en el entretecho de su casa en Puerto Varas. El tiempo que pasó entre que erróneamente se creyó que la mujer se había esfumado sin dejar pistas y fue encontrada muerta en su hogar en el Parque Stocker, despertando incontables preguntas, fueron exactamente 42 días.

“Inspirada en hechos reales, 42 días en la oscuridad es un thriller policial de ficción que acompaña la historia de Verónica, una mujer que desaparece, y de su hermana Cecilia, quien empieza una carrera contra el tiempo para encontrarla”, indica la sinopsis del proyecto, que se compondrá de capítulos escritos por Fluxá junto a la cineasta Claudia Huaiquimilla (Mala junta), además de la labor de Enrique Videla (La jauría) como editor y consultor de guion.

Según detalla Netflix, el personaje de Cecilia será interpretado por Claudia Di Girolamo, mientras que Verónica será encarnada por Aline Kuppenheim. También se les unirá Gloria Münchmeyer en otro papel de relevancia dentro de la trama, que tendrá como eje la lucha de Cecilia “contra la negligencia de las instituciones, los prejuicios de la sociedad y el acoso de los medios”, completa la historia.

Claudia Di Girolamo interpretará a Cecilia, quien en la historia inicia una carrera a contrarreloj cuando su hermana desaparece.

El mismo Rodrigo Fluxá lanzó en 2019 un elogiado libro sobre el caso, Usted sabe quién (Catalonia-Periodismo UDP), en el que recogió cuatro años de investigación y le dio la forma de una especie de diario del juicio. Lo construyó con medio centenar de entrevistas y el acceso a las casi cinco mil páginas del expediente, ubicando como principal personaje del relato al esposo de Haeger, Jaime Anguita, apuntado por años como el potencial autor del crimen y luego absuelto por la justicia en septiembre de 2017.

El proyecto de Netflix y Fábula ha evolucionado (en 2020 grabó un teaser bajo la dirección de Alejandro Fernández Almendras, quien no está implicado actualmente) y hoy tiene como orientación construir un thriller que priorice a sus personajes femeninos y que recoja algunos elementos de la escabrosa trama de 2010. De hecho, no se ocuparán nombres reales en la serie.

Es lo que resolvió el equipo que encabeza la dupla de cineastas de la ficción, Claudia Huaiquimilla (33) y Gaspar Antillo (37), dueños de un “punto de vista humano e íntimo”, señala Carolina Leconte, directora de series originales para Latinoamérica en Netflix.

“Parte de lo que nos convenció de este proyecto fue la pasión e impulso de Claudia y Gaspar por hablar para crear conciencia sobre la violencia de género”, sostiene la ejecutiva. “Vimos una mirada autoral sensible y respetuosa para contar la historia de una mujer desaparecida y de cómo su entorno se comporta ante esta situación”, agrega Leconte.

La casa de la familia Anguita-Haeger.

Productora ejecutiva y principal responsable de todas las series de Fábula en su rol de directora regional de televisión, Ángela Poblete comparte ese punto: “(Ambos tienen) una gran sensibilidad a la hora de contar historias y darles profundidad a los personajes. Acompañados de un gran equipo, han logrado crear un universo muy atractivo que propone reflexiones y debates urgentes”.

Las claves de la historia

El rodaje de la nueva producción chilena de Netflix se desarrollará en Santiago y otros puntos del país una vez que las restricciones sanitarias lo permitan. A raíz del alza de los casos de Covid, la misma productora Fábula tampoco ha podido completar las jornadas finales de las grabaciones de la segunda temporada de La jauría (Amazon Prime Video), su debut en el streaming con una serie de factura local.

Con sus actrices y equipo en confinamiento, 42 días en la oscuridad afina detalles y termina de dar forma a las últimas versiones de los guiones mientras está en etapa de preproducción. En torno a la escritura de la historia, la dupla de realizadores entrega sus impresiones a Culto. “El trabajo de guion se ha centrado en dejar de lado el morbo y dar cuenta de la difícil búsqueda de la verdad cuando las instituciones que deberían ayudar y proteger se transforman en el mayor obstáculo”, plantea Claudia Huaiquimilla.

Claudia Huaiquimilla fue premiada y elogiada con Mala junta.

“Así, la serie acompaña el sentir de personajes cercanos, reconocibles tanto para nuestro país como para el resto del mundo, al representar un tipo de injusticia que no busca apuntar a personas específicas, sino que dar cuenta de un tema universal”, añade Gaspar Antillo. El mismo director de Nadie sabe que estoy aquí se refiere a lo que llama una “reinterpretación” del thriller en la ficción, “al contar una historia absolutamente chilena, poniendo en valor nuestra identidad, pero también dando cuenta de nuestros prejuicios y contradicciones”.

La cineasta, aplaudida por Mala junta (2016) y hoy en posproducción de su segundo largometraje (Mis hermanos sueñan despiertos), advierte que “la desaparición de una mujer no puede tratarse como cualquier enigma policial; es importante establecer que la violencia de género es un problema estructural que compete a toda la sociedad y es evitable. En cada línea del guión y decisión que hemos tomado hemos procurado trabajar con esa perspectiva”.

42 días en la oscuridad se sumará así a las otras producciones seriadas con origen chileno que han llegado a los servicios digitales en el último par de años, como Dignidad, Inés del alma mía y El presidente, también nacida a partir del trabajo periodístico de Rodrigo Fluxá. Fuera de Nadie sabe que estoy aquí, los únicos títulos originales que Netflix había hecho en el país eran los especiales de comedia de Natalia Valdebenito, Fabrizio Copano y Jani Dueñas.

Gaspar Antillo debutó en 2020 con Nadie sabe que estoy aquí.

Hace unos días se concretó otro movimiento importante para los realizadores nacionales, cuando la plataforma dio a conocer que el guionista Pablo Illanes es creador y escribe una producción colombiana titulada Perfil falso. Pero la historia que toma inspiración del caso Haeger marcará la primera vez que una serie con equipo local y filmada en Chile arribe a la compañía más masiva del streaming (203,67 millones de suscriptores hasta febrero) contando con su respaldo.

“Es un desafío y una tremenda responsabilidad crear un contenido que vuele desde nuestro país al mundo, para ser visto por millones de espectadores”, apunta Juan de Dios Larraín, productor ejecutivo del proyecto junto a Ángela Poblete, Mariane Hartard y Gunther Kaempfe. “Estamos muy concentrados en la calidad, tanto en el guion como en la puesta en escena y en todos los aspectos de la producción”.