Carlos Cabezas: “Si uno a veces se encuentra medio sobrepasado por producir un disco, pensai cómo lo pasa un director y se te pasan al tiro los sustos”
El músico nacional acaba de estrenar Vértigo, un álbum que compila 15 de las composiciones que el ovallino ha hecho para series y películas. En conversación con Culto, desmenuza cómo se hizo el álbum y su relación personal con el séptimo arte.
“Es una muy linda sorpresa”, dice Carlos Cabezas Rocuant (66) al enterarse de sus dos nominaciones a los Premios Pulsar 2021, en las categorías Canción del año y Mejor música para audiovisuales, ambas por el tema Nobody knows I’m here, canción central de la película homónima del 2020, dirigida por Gaspar Antillo, y protagonizada por Jorge García y Millaray Lobos.
“Me enteré ahora en la tarde. En general, el trabajo con esa película ha tenido una súper buena sensación en el tiempo, en términos de lo que se consiguió con el proceso creativo”, dice Cabezas durante la semana pasada, al teléfono con Culto. Además, rescata que la canción por sí misma logró un efecto que fue más allá de lo que él esperaba.
“Fue bien increíble. La gente posteó la canción, fue una situación bien sorpresiva. En YouTube se le hicieron covers. Eso hace que todo lo que uno entiende sobre el significado de la música en la vida de las personas, te carga de una energía positiva”, añade.
Nobody knows I’m here, forma parte de Vértigo, el álbum que Carlos Cabezas estrenó el pasado viernes, el sexto como solista, y que compila 15 de las composiciones que el oriundo de Ovalle ha hecho para películas y series. En rigor, es una selección desde una treintena de canciones que el compositor tenía dispersas y que quiso ordenar.
“Toda la música de películas no estaba a disposición, estaba ‘en el aire’. Y ya con una cantidad de trabajo contundente tuve el instinto de ordenarlo. Hubo algunos discos, como los de El chacotero sentimental y Radio corazón, pero no había tenido ninguno específico sobre la música de cine”, cuenta Cabezas.
Eso sí, el autor de El resplandor aclara que la idea no fue hacer un “grandes éxitos” de su música de cine. “Más que reunir las mejores canciones, la idea fue hacer un recorrido por las películas dándole un énfasis a la historia del cine chileno, porque son películas significativas. El chacotero sentimental fue importante en términos de la cantidad de gente que la fue a ver”.
Algunos de esos trabajos también han tenido rebote en el trabajo musical de Cabezas tanto solista como con Electrodomésticos. “Han aparecido estéticas, temáticas, aparecieron los boleros por ahí a través de la música de cine”. En efecto, canciones como Endoncia, Nobody Knows I´m Here, El viaje han aparecido en el catálogo del ovallino. De todas, solo el single Yo choqué fue regrabada completamente.
Cabezas y el cine
Más allá de la música que ha compuesto para la pantalla grande, Carlos Cabezas tiene una particular relación con el cine, la que se plasmó de hecho en el título del álbum, Vértigo.
“Es como una cita a esta película de Alfred Hitchcock [de 1958], para conducir la escucha a esa sensación que tienes en el cine, que estai en un lugar con personas desconocidas, a oscuras, escuchando y viendo historias, es una sensación que estamos perdiendo que es como nostálgica a estas alturas. Es eso, citar un hito significativo del cine”.
-¿Cómo ves al cine nacional actualmente?
-Está súper potente, y es un área muy significativa en términos creativos y que da mucha identidad a nuestro país. Me encanta trabajar con el cine, el trabajo de los directores encuentro que es increíble. Si uno a veces se encuentra medio sobrepasado por producir un disco, tú pensai al tiro cómo lo pasa un director y se te pasan al tiro los sustos (ríe). La carga de trabajo que tienen ellos es increíble. Cómo tienen que mantener un rumbo estético, temático, creativo, en una película es bastante interesante.
-¿Y cuál es tu relación con el cine como espectador?
Me encanta el cine, desde siempre. Conocer cosas distintas, darle a la curiosidad y al asombro. Una gran experiencia, viene del gusto por leer, que me encanta. Sumergirte en otras historias.
-¿Algunas películas que te gusten?
Más que por la calidad de las películas -que tampoco son malas-, yo creo que las películas más significativas para uno, tienen que ver con la vida. Desde El chacal de Nahueltoro, por ejemplo, yo la vi bien chico en Ovalle, quedai para adentro, era muy impresionante lo que aparecía; las primeras de Sergio Leone, El bueno, el malo y el feo, con esa música de Morricone que era una sensación bien intensa; después las de los hermanos Coen; de Aronofsky, Requiem for a dream; de David Lynch, Mulholland Drive; de Tarantino, Perros de la calle. Son películas que como parte de la experiencia de vida se convierten en sucesos importantes.
-De hecho, tuviste una participación en pantalla, en la película NO (2012), ¿recuerdas cómo fue eso?
El Pablo [Larraín] tiene una facilidad de convencerte y de hacerte sentir como que estai jugando, que no te estai presentando como un actor. Estaba representando a un músico. Fue como un juego, como que no estai haciendo nada solemne ni nada. En la escena estaba Gael [García Bernal] que es súper piola, entonces no sentía que estaba haciendo una película. Casi jugando como para hacer algo pal colegio. Salió entretenido.
-Entre las composiciones que has hecho está la música incidental para la película La mirada incendiada, de reciente estreno. La canción final, de los créditos, era una composición tuya que se reemplazó por Para seguir viviendo, de Illapu. ¿Qué te pareció eso?, ¿tuviste algún problema?
No, no, no. Me llamó la Tatiana Gaviola para contarme eso, la película es de ella, hace lo que quiere con la película, ¿quién es uno para meterse a opinar en algo así? Ningún problema.
-De todas estas canciones, ¿hay alguna a la que le tengas un cariño particular?
Te diría que Maldita es una canción importante, la hicimos con los Electrodomésticos y tiene un espacio emocional que encuentro interesante. Nobody knows I’m here también es bien significativa, por la situación de producción de la película porque había que tener la canción antes de filmarla. Normalmente el trabajo del músico de películas parte cuando están los primeros montajes y las últimas veces hemos variado eso y hemos trabajado desde antes. Incorporar a la música desde antes cambia la dinámica y es positivo a la hora de llegar a filmar, y creo que la canción salió del guión de la película. En términos creativos se produjo una unión muy significativa de lo que quería Gaspar y lo que la canción terminó expresando, que habla del mundo interior del protagonista. De hecho, antes la película se llamaba de otra forma y terminó siendo el de la canción.
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