El viernes pasado los titulares anunciaron la defraudación de Shakira por 14.5 millones de euros en España. En rigor, la noticia fue que la Agencia tributaria española ratificó una acusación de diciembre de 2018, cuando la cantante colombiana fue querellada por crear un sistema para evadir el pago del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), entre 2012 y 2014. En julio próximo la defensa de Shakira deberá presentar sus argumentos. La figura se ha definido ante la autoridad como “nómada sin raíces”, junto con insistir que no residió la cantidad de tiempo necesario para tributar en el país (184 días), donde ha vivido gran parte de la última década. De hecho, en 2011 ya pagó 24 millones de euros por cargos similares en España, como los actuales 14.5 millones también ya fueron cancelados.
Mientras Shakira asegura que su domicilio en el periodo cuestionado era Bahamas, las permanentes giras que subrayan su actividad itinerante, y que se quedó en España sólo a contar de 2014, Hacienda recabó detallada información de sus movimientos diarios a través de registros de tarjetas de crédito con compras en la afamada tienda El Corte Inglés, visitas al peluquero dos veces por semana, clases de francés y hasta el seudónimo utilizado para asistir al médico, entre otras actividades cotidianas.
La supuesta residencia en el Caribe flaquea ante un dato que su ex pareja, Antonio de la Rúa, aportó entre la información a la demanda entablada contra la cantante por su contribución a “la marca Shakira”. El empresario argentino reveló que en 2010 la artista retiró todas sus pertenencias de la vivienda compartida en Bahamas.
Por otro lado, los fans de la colombiana en España se convirtieron en fuego amigo. La investigación de hacienda recogió los datos de sus seguidores dando cuenta de habituales encuentros, que reiteran junto a otras informaciones como visitas de amistades a Barcelona, que la estrella comenzó a frecuentar España al poco tiempo de conocer a Gerard Piqué en la filmación del video Waka Waka, para el mundial de Sudáfrica 2010.
En España hay tradición de famosos en líos tributarios que incluso van a dar a la cárcel, como Isabel Pantoja en 2014 por lavado de dinero. Otra diva, Lola Flores, tuvo mejor suerte. Aunque le correspondía prisión por evadir impuestos entre 1982 y 1985 por 47 millones de pesetas, sólo pagó 28 millones y se libró de las rejas.
George Harrison se quejó en Taxman (1966) por el pago de impuestos y muy pronto estrellas de la música y del cine comenzaron a ganar notoriedad por tretas para evadir tributos, y las consiguientes deudas con el fisco. Una lista de millonarios evadiendo millones.
*The Rolling Stones y U2: Nos vamos
La realización de Exile on main street (1972) es el alfa y el omega en glamour y decadencia en la bitácora Stone. Grabado parcialmente en los húmedos sótanos de una mansión ocupada por los nazis en el sur de Francia, en medio de una imparable fauna de yonquis y vividores que terminaron robando equipos, los orígenes del proyecto eran bastante más fríos y aterrizados: huir del pago de impuestos en Inglaterra bajo la modalidad “exiliados fiscales”.
La sugerencia fue del príncipe Rupert Loewenstein, “un ejecutivo de un banco comercial” según Keith Richards, obviando el origen aristocrático del principal asesor financiero de la banda entre 1968 y 2007. Loewenstein advirtió que debido a los entuertos del manager Allen Klein, el grupo no podría mantener su estilo de vida a comienzos de los años 70, con impuestos oscilantes entre 83% y 98% para el tramo más alto. “¿Qué íbamos a hacer entonces?”, se queja Keith Richards en su autobiografía Vida, “¿quedarnos sentados en territorio inglés a que nos dejaran un penique por cada libra que ganábamos?”.
En 2011, mientras U2 interpretaba The Fly como cabeza de cartel del festival Glastonbury, se elevó un globo gigantesco con la frase “U PAY TAX 2?”, aludiendo a la decisión de la banda de mover su maquinaria financiera a los Países Bajos, a fin de esquivar tributos en su natal Irlanda, tras la decisión del gobierno de limitar la exención de impuestos sobre derechos de autor. Por añadidura, Bono estuvo involucrado en los Panama papers en 2017, también relacionados a evasiones tributarias a gran escala.
Como resultado U2, y en particular su líder, provocan una sensación agria en Irlanda. A ojos de sus compatriotas, la estrella de rock que se convirtió en vocero a escala global denunciando miserias e injusticias en el Tercer Mundo a manos de los países ricos, no es capaz de pagar lo que le corresponde en su tierra. Según la columna “El Problema con Bono”, publicada en el Ireland ‘s National Public Service Media en marzo de 2018, “(...) tiene que ver con dos contradicciones fundamentales. Hay una desconexión específica en la forma en que presiona muy públicamente (y con razón) a los gobiernos para que gasten más en ayuda exterior, mientras minimiza sus propias contribuciones a las arcas del gobierno”.
*Marc Anthony: Que precio tiene el cielo
La superestrella neoyorquina de la salsa ha estado dos veces involucrada en millonarias deudas de impuestos con su ciudad natal. En 2007 el fiscal de distrito de Manhattan, Robert Mongenthau, lo acusó de no pagar tributos por ingresos de 15.5 millones de dólares entre 2000 y 2004. El cantante se liberó de responsabilidad penal pero cayeron los más cercanos, incluyendo su hermano y manager Bigram Zayes. El astro pagó finalmente 2.5 millones en impuestos atrasados, y medio millón por la fianza del hermano.
En 2010 hubo nuevas acusaciones de 3.4 millones exigidos entre el estado de Nueva York y el gobierno federal por una propiedad en Brookville, sintetizados en una demanda por 1.8 millones contra el salsero. Nuevamente logró un acuerdo “resolviendo todas sus obligaciones fiscales federales”, según sus asesores.
*Lauryn Hill y Mary J. Bligue: Hay que pagar
“Soy hija de antiguos esclavos a los que se les impuso un sistema. A mí me impusieron un sistema económico”. Esas fueron las palabras de la estrella hip hop Lauryn Hill, cuando en 2013 fue condenada por un tribunal a pasar tres meses de cárcel por evasión tributaria y otros tres meses de arresto domiciliario, una pena mucho más amable que los tres años solicitados por sus deudas de impuestos. Un año antes, declaró a través de redes sociales que había pasado a la clandestinidad debido a un “clima de hostilidad, falsos derechos, manipulación, prejuicios raciales, sexismo y edad”. Más allá de las peroratas, Hill debía 1.8 millones de dólares por ganancias entre 2005 y 2007. Tras el periodo de cárcel y la reclusión en su casa, el tribunal le permitió salir de gira a finales de 2013.
Ese mismo año se reportó que otra estrella afroamericana, Mary J. Bligue, debía 3.4 millones de dólares por ganancias en tres años. En 2018 la cantante y actriz confesó que “nunca quise hacer todo esto, pero después de lo que he pasado y todo el lío en el que estoy... Hay que pagar esos impuestos”.
No aprendió la lección. En 2019 enfrentó nuevas acusaciones de deudas -un millón de dólares- por ingresos entre 2016 y 2017.
*Sophia y Wesley: Sol a cuadritos
El peso de la ley recayó sobre la leyenda del cine Sophia Loren en 1982 cuando fue condenada a un mes de presidio por una deuda de impuestos fechada en 1974, que la diva adjudicó a un error de su contable. Sin embargo, tuvo que cumplir 17 días encarcelada. La actriz siempre sostuvo inocencia reivindicada sólo en 2013 por el tribunal de casación de Roma.
Wesley Snipes también terminó tras las rejas. Según su versión, fue mal asesorado sobre deberes tributarios entre 1999 y 2001, acumulando una deuda cercana a los 7 millones de dólares. En 2010 recibió condena por tres años para finalmente ser encarcelado durante 28 meses en la Institución Correccional Federal McKean de Pensilvania, y el resto en su domicilio.
*De Niro, Downey Jr. y Cage: de víctima a botarate
Acostumbrado a los roles de gangster infringiendo la ley, en la vida real Robert De Niro fue víctima del sistema legal que lo acusó de una deuda por 6.4 millones en 2015, por rentas declaradas en 2013. En rigor, el actor nunca se enteró del monto porque el Internal Revenue Service (IRS) de EE.UU., equivalente a nuestro Servicio de Impuestos Internos, envío los cobros a una dirección equivocada.
En el caso de Robert Downey Jr., el atenuante es que su deuda tributaria por casi dos millones de dólares, se acumuló mientras estuvo preso entre 1999 y 2000 por consumo de drogas, monto que pagó finalmente en 2007.
Nicolas Cage demandó por 20 millones a su contador Samuel J. Levin en 2009 por no pago de impuestos e inversiones inmobiliarias especulativas, traducidas en millonarias pérdidas económicas. Samuel J. Levin contra demandó aseverando haber advertido al actor que el nivel de gastos sobrepasaba sus ingresos. El contador aseguró que en 2001 informó a Cage que debía facturar al menos 30 millones de dólares anuales para sostener su estándar de vida. A pesar del consejo, Cage adquirió 15 residencias, una flotilla de yates y 22 automóviles de lujo, incluyendo nueve Rolls Royce, además de decenas de compras de arte de altísimo valor.
Ambas demandas fueron desestimadas por la justicia.