Hace unos días, al calor de la enrarecida última edición de los Oscar y en la previa a su último estreno, el director Barry Jenkins sostenía que su figura quedó marcada a perpetuidad, para bien y para mal, con el insólito final de la 89° edición de los Premios de la Academia, en que el musical La la land fue anunciado erróneamente como ganador de la estatuilla a Mejor película, en vez de su elogiada cinta Moonlight (Luz de luna).
Puede que esa jornada del 26 de febrero de 2017 no sea superada en la memoria colectiva, pero el cineasta afroamericano de 41 años sigue empeñándose en que su nombre quede asociado a hitos más importantes. Como la ambiciosa producción que lanza este viernes 14 en Amazon Prime Video, The underground railroad, miniserie de diez episodios que marca su debut en la televisión y que de nuevo lo tiene en la órbita de la temporada de premios, partiendo por los Emmy de este año.
Basada en la galardonada novela homónima de Colson Whitehead de 2016 (El ferrocarril subterráneo, Literatura Random House), la ficción señala como eje a Cora (Thuso Mbedu), una joven esclava de una plantación de algodón en Georgia en el siglo XIX.
Testigo de la brutal violencia diaria en contra de sus pares, y sin su madre, que la abandonó cuando era niña, la chica duda si unirse a la alternativa que le ofrece su amigo Caesar (Aaron Pierre): huir del sur profundo de Estados Unidos, del sádico dueño de la plantación, e ir en busca de una red de estaciones subterráneas y clandestinas que podrían llevarla al norte del país y otorgarle la libertad. Incluso si el mero intento pone en grave riesgo su vida.
La red existió como metáfora en la realidad, en referencia a cuando los abolicionistas salvaron a esclavos del sur en esa época, pero tanto el libro de Whitehead –premiado con el Pulitzer– como la serie de Jenkins lo llevan a una idea tangible. Las conexiones bajo tierra operan como un verdadero ferrocarril que conduce a la protagonista por diferentes puntos de Estados Unidos, y le revelan cómo el horror de la esclavitud se expresa de modo distinto en cada localidad, ya sea Carolina del Sur, Carolina del norte, Tennessee o Indiana. En su frágil trayecto quien se erige como su perseguidor es Ridgeway, interpretado por el australiano Joel Edgerton, y una figura a la que la historia también le dedica tiempo para profundizar.
De una manera similar a cómo retrató la discriminación racial en el filme If Beale Street could talk (2018), la adaptación de la novela de James Baldwin que hizo después de Moonlight, Barry Jenkins se detiene en los horrores de la esclavitud, con escenas fuertes y difíciles de ver pero también incorporando matices que recaen en una historia de amor y en la aparición de personajes que representan un respiro dentro del duro viaje de Cora.
Logrando una recepción más homogénea que títulos como las series Lovecraft Country (HBO) y Them (Amazon Prime Video) o la película Antebellum, The underground railroad se empina desde ya como uno de los títulos del año.
“Verás una obra conmovedora, plena, potente técnica, artística y moralmente, un tour de force visual digno del imaginario de (Colson) Whitehead”, argumentó The New York times, celebrando a su director: “(Barry) Jenkins lo tiene todo. Es como si hubiera descubierto cómo canalizar más sentimientos a través del lente de una cámara que cualquier otra persona”.
El portal IndieWire la llamó una “obra maestra estadounidense”, asegurando que “nada en este mundo está indemne de la esclavitud y, sin embargo, brilla la naturaleza humana en su versión más pura, sin barnices, en muchos más personajes y momentos de los que nadie podría imaginar”.