Una bofetada a la hipocresía pareciera ser lo que quiso manufacturar Julia de Castro (37) con su debut solista, La Historiadora. Se trata de un disco publicado en 2020 cuya médula pasa por la diversidad de géneros, que incluye cumbia, cuplé, zarzuela, electrónica y algo de ranchera, o mejor dicho, bastante. Aquella diversidad también se ve reflejada en provocativas letras, pues, cuentan historias de mujeres guerreras, prostitutas, fiesteras y libres sexualmente, “ya no me privo de los excesos”, según repite una y otra vez en la canción 29 años.

De Castro es actriz, cantante e historiadora, lideró por diez años una banda llamada De La Puríssima, donde el jazz y también el cuplé fueron las directrices de un sonido que recorrió bares y teatros del gran Madrid. Siempre con ella en plan mujer fatal pero desde una postura mas bien masculina.

“Con la banda yo descubría mi cuerpo a través de los hombres y hoy entro en un proceso de madurez donde veo la importancia de lo femenino, he hecho un trabajo fuerte de autoconocimiento para poder aplaudir a las mujeres, ya no siento esa inseguridad, esos celos y competitividad que estaba muy presente antes. Me parece muy sano decirlo, hacerlo trascender y es por eso que ahora celebro a las mujeres que tengo a mi alrededor”, cuenta desde la capital española por una conexión a través de Zoom.

La Historiadora tuvo su origen hace cuatro años, De Castro deambuló por cuatro ciudades mientras componía las diez canciones que lo conforman. Roma, Berlín, Tucson, Estados Unidos y Ciudad de México fueron las urbes inspiradoras que ayudaron a dar vida a la ecléctica pieza que cuenta con una formidable instrumentalización, sumado a la presencia de mariachis e invitados como la Agrupación Cariño, el guitarrista de flamenco Paco Soto y Joey Burns del dúo indie Caléxico.

¿Cómo fue pasar de una etapa tan nómade a tener que recluirte en Madrid con la pandemia?

Coincidió que tomamos la decisión de sacar el disco cuando estaba recién terminado en México a fines del 2019, luego se vino la pandemia que coincidió con el proceso de mezcla. También yo estaba rodando un capítulo que yo misma había escrito para HBO de una serie grabada en pandemia (En Casa) que toda la banda sonora es la música del disco, entonces salió todo genial. Que va, mi encierro fue increíble.

¿Pero y que pasa con la vida social?

Es que yo también soy bastante huraña, entonces lo agradecí.

¿Y ahora después de un año, sigues pensando igual?

Es que Madrid es ahora mismo el paraíso de Europa, está viniendo todo Francia, estamos muy libres; tenemos toque de queda a las once. Pero como yo soy actriz de teatro también, he actuado, he dado conciertos, con muchas restricciones de aforo pero ya la vida cultural está sucediendo; por ejemplo, en el teatro La Abadía donde presenté La Historiadora había trescientas butacas disponibles.

¿Y cómo haces para presentar el directo de La Historiadora, considerando la cantidad de instrumentalización que tiene?

Es todo un desafío, es por eso que ahora estoy en un momento mucho más electrónico, el vivo no puedo ni quiero que sea tan acústico; quizás por eso estuve un poco confusa con cómo abordarlo, esa era la problemática. Hay mariachis, y tantos instrumentos que era inviable que sonara como el disco en un concierto, así que decidimos meternos en los beats.

Así es como llegas a Liaisons Dangereuses, la banda autora de Los niños del parque que mezclas con La Alemana en el single que acabas de publicar?

Sí, Jonathan Sánchez que es mi amigo y mi oráculo, me recomendó esa banda berlinesa, es un trío de los ochenta, con un sonido súper maquinero, así que hicimos una versión mezclada con La Alemana que quedó súper freaky y es un poco lo que he estado tomando como referencia para mi sonido actual.

¿Entonces es punk digital lo que quieres desarrollar ahora?

Sí, es verdad que hay una esencia mía que está en todo, como las letras muy sentidas pero me apetece mucho el festivaleo. Me apetece la música de masas, más bailable. Yo vengo mucho del jazz, de la música mas folclórica y hacer este giro me gusta mucho.

Apropiación cultural

Julia De Castro protagoniza dos videoclips del nuevo disco de El Madrileño, de C.Tangana; en Demasiadas Mujeres llora desconsoladamente la muerte de su amor, y en Hong Kong se va de fiesta con Andrés Calamaro y el Pucho. Al ser consultada sobre el Tiny Desk de Tangana responde que “es una pasada” y que el trapero del momento “es su pana”.

Luego, al hablar acerca de tomar géneros clásicos de la música, mezclarlos con los nuevos o trabajarlos con autotune, comenta: “Todo lo que sea revisar y apropiarse de ellos es una cosa es muy bella, ¿no? Creo que se ha hecho siempre. Yo soy historiadora del arte y sin ese concepto no existiría nada”. Acto seguido explica, “si nos ponemos a pensar ¿que sería de Andy Warhol si no se hubiera apropiado de todos los hitos que forman parte de la cultura pop? No es tan fácil hacer algo tuyo, es algo muy laborioso y hay que tener mucho talento”.

Pero en su momento se llenó de puristas criticando a Rosalía por usar el flamenco y modificarlo en su disco El Mal Querer; en tu caso La Historiadora tiene mucho de la música tradicional de México.

Es que como artista tienes que investigar, no puedes ponerte límites creativos. Parte de un artista es ser permeable. Yo en mi disco bebo de Juan Gabriel y de mil cosas y eso es lo increíble y es un catalizador que cada uno expone a su manera.

El disco cierra con una versión de Hasta que te conocí de Juan Gabriel, ¿cómo llegas a él?

Es que ese señor donde no llega, si es que está en todas partes. Además que vivió en Chueca un tiempo. Es como Julio Iglesias, todo el mundo lo conoce.

¿Y de Chile, qué conoces, has venido?

No, no he ido. Te voy a confesar una cosa, tengo una hucha (alcancía), donde meto el dinero para irme a Chile. Quiero recorrer Santiago, mi deseo es que nos inviten a un festival, quedarme ahí un tiempo, viajar con mi pareja que ha vivido allí. Quiero recorrerlo de norte a sur. Me obsesiona.