El documental sobre Juan Pablo Mohr en el Everest: “Él quería mostrarles la montaña a los chilenos”

Su compañero en la expedición, el español Sergi Mingote, alcanzó la cumbre del Lhotse antes de que las condiciones climáticas empeoraran. Juan Pablo Mohr, el último del grupo en ascender, se encuentra con una tempestad que dificulta el registro nítido de su cámara. Pero el atleta y arquitecto chileno, situado en una de las mayores cimas del mundo en mayo de 2019, declara eufórico: “Pero está hermoso igual. Todo siempre vale la pena”.

El documental Lhotse-Everest sin oxígeno incorpora ese momento de alegría y los vaivenes que propone la aventura que emprendió Mohr durante ese año, determinado en llegar al Lhotse y al Everest rompiendo una marca. El tiempo y formato en que lo logró, menos de siete días en arribar a una cumbre y a otra sin ayuda de oxígeno complementario, finalmente le concedió un Récord Guinness.

El filme –que se estrena este viernes 21 en la plataforma Passline– es el registro de esa hazaña a lo largo de 40 minutos, pero también un retrato de su figura y su ambición por agrandar sus logros, hasta que en febrero perdió la vida mientras intentaba escalar en Pakistán el K2, el segundo monte más alto del planeta. Lo recaudado por la cinta irá en ayuda además de sus tres hijos, y también abre una ventana a familiarizarse por primera vez con su mirada.

“Mucha gente que no conoció a Juan Pablo, y que después de la tragedia se enteró de todo, quiere conocer más de él”, señala Federico Scheuch, director ejecutivo de la Fundación DeporteLibre, la organización que fundó Mohr.

“Juan Pablo lo que quería era mostrarle la montaña a la gente, a los chilenos. Él cada vez que subía, cuando volvía lo hacía con las energías de la montaña y él trataba de transmitir acá en Chile toda la experiencia que él había tenido. Desde el Himalaya hasta Chile”, apunta Scheuch.

Previo a mostrarlo en su ascenso al Lhotse y Everest, el documental dirigido por Felipe Castillo se detiene en su preparación y luego en un proyecto deportivo y social a los pies del lugar con niños de la localidad, imágenes correspondientes a otra pieza audiovisual, Bajo la gran montaña. Luego explora la dureza del ascenso, con una serie de muertes que remecen al protagonista, y su amistad con el español Sergi Mingote, quien no sólo era su compañero de ruta sino que un maestro.

Mingote falleció en un accidente en el K2 en enero de este año, cerca de tres semanas antes de se perdiera el rastro de Mohr, por lo que el equipo del filme decidió sumar imágenes de mayo de 2019 que no estaban inicialmente consideradas. Algunas corresponden al propio registro del escalador catalán, otras son de momentos en que aparece compartiendo con el chileno. Este último, con la cámara que portaba, es el autor de buena parte del metraje del documental.

“Queríamos registrar los hitos de Juan Pablo en la montaña, y no podíamos llevar a un camarógrafo que pudiera acompañarlo. Al final, es un registro personal de él. Y de la cumbre hay muy pocas tomas porque sacar la cámara implica un desgaste importante, entonces todos los segundos que existen ahí son valiosos”, indica Scheuch.

Mohr alcanzó a ver una versión más breve del filme, que se exhibió en 2020 en el Festival de Cine de Montaña del Centro de Banff, Canadá. Para cercanos, admiradores y nuevos conocedores de su figura, Lhotse-Everest sin oxígeno es el testimonio fílmico de una de sus mayores proezas. Y también algo más: la primera pieza de un proyecto de mayor ambición, un largometraje documental que cubriría la vida del montañista.

El mismo director ejecutivo proyecta el legado de Mohr: “La partida de Juan Pablo ha despertado un amor, una inquietud en la gente, que quizás tenían dormida, de poder aportarle al de al lado con cultura deportiva”.