Dave Bautista: “No podía conseguir que la gente me diera una oportunidad como actor”
Dice que su vida comenzó realmente a los 30, asegura que no hay nada tan difícil como haber sido parte de la lucha libre profesional y desde 2014 es miembro clave de una de las historias más queridas de Marvel. Pero la estrella, luego de una década en Hollywood, todavía se considera en aprendizaje. “Siempre quiero interpretar personajes diferentes”, señala a Culto el protagonista de El ejército de los muertos, su primer filme con Netflix y con Zack Snyder.
Un replicante magullado con un pasado que lo atormenta. Un veterano en medio de una futurista guerra de Secesión. El miembro más iracundo y acongojado de un escuadrón de excéntricos superhéroes. El asistente de la jefa de un hospital para criminales.
No todos son roles particularmente originales, pero han conducido la carrera del estadounidense Dave Bautista (52) hacia un escenario que nadie podría haber anticipado hace ocho años, cuando fue oficializado como el segundo actor en sumarse el elenco de Guardianes de la galaxia. A la película del director James Gunn llegó como el campeón de la lucha libre profesional Dave Bautista; hoy, además de su fama como el guerrero Drax en la saga de Marvel, también se le conoce como un villano de James Bond (Spectre), un incipiente actor cómico (Stuber, Grandes espías) y un gran secundario en Blade Runner 2049.
“Soy un actor que todavía está aprendiendo. Así que siempre quiero interpretar personajes diferentes, para sentir que estoy creciendo como actor. Me encanta el personaje de Drax, y cambió mi vida, literalmente cambió la dirección de mi vida, y siempre estaré agradecido. Pero al mismo tiempo todavía tengo el deseo de ser un mejor actor, así que cada vez que puedo hacer algo nuevo y refrescante siempre es especial para mí”, cuenta al teléfono con Culto en la previa a estrenar El ejército de los muertos, el filme de Zack Snyder sobre un apocalipsis zombie y un millonario robo.
La película, su primera cinta con Netflix -disponible desde el viernes en la plataforma-, le otorga el rol principal, un veterano de guerra que encara una misión imposible con un grupo de mercenarios dispuestos a ir por un botín que está ubicado en Las Vegas. El gran problema no es sólo la bóveda secreta que alberga los millones, sino que la ciudad es el epicentro de los muertos vivientes.
Bautista rechazó participar en el nuevo filme de su amigo James Gunn (El escuadrón suicida, que debuta en agosto) a cambio de encarnar a Scott Ward en la historia, un papel de un tipo duro con cuentas pendientes con su hija adulta, que le permite desafiar la idea de que un hombre con su pasado puede interpretar un solo tipo de personajes en el cine.
Su presencia en pantalla -hoy en El ejército de los muertos y en octubre en Dune, de Denis Villeneuve- viene antecedida de una vida tumultuosa. Tuvo una infancia con un padre ausente y una madre que intentó sacar adelante a su familia en un barrio pobre de Washington, luego en su juventud estuvo implicado en una serie de delitos y, como él mismo ha dicho, despilfarró sus años 20, hasta vivir los altos y bajos de la WWE.
Hoy es parte del grupo de antiguos competidores de la lucha libre que están en la primera línea de Hollywood, una tropa liderada por Dwayne Johnson, La Roca, y seguida recientemente por John Cena. Pero Bautista detesta que lo comparen con ellos y se desmarca por completo. En una entrevista de 2019 fue categórico: “Esos tipos son luchadores que se convirtieron en estrellas de cine. Yo soy algo más. Yo era un luchador. Ahora soy actor”.
-Es bien sabido que Ud. considera que comenzó su vida a los 30, luego se convirtió en campeón de la WWE y después comenzó una carrera en el cine. ¿Qué ha sido lo más difícil de todos estos años?
La lucha libre. Fácilmente puedo decir que fue lo más difícil. Actuar fue un desafío, pero es porque no podía conseguir que la gente me diera una oportunidad, no podía conseguir que la gente aceptara que hiciera una audición, no podía conseguir un agente. La gente que podía darme una oportunidad no entendía la lucha libre profesional ni el mundo de donde vengo. Pero no hay nada más desafiante que eso, al menos de lo que he hecho en mi vida. Es un trabajo de 365 días al año. El único momento en que descansas es cuando te lesionas. Se queda con tu vida familiar, tu vida personal. Mi vida familiar se destruyó cuando estaba en la lucha libre. No cambiaría las cosas. Cambiaría algunas decisiones que tomé, pero no cambiaría las cosas porque yo perseguía mi sueño. Y ahora estoy en un lugar donde puedo mantener a cada miembro de la familia que tengo. Me convirtió en un hombre.
-En una entrevista hace un par de años dijo que conectó de inmediato con Sylvester Stallone, porque él también era un atleta y un artista, y protagonizaron juntos Escape plan 2: Hades. ¿Él es una figura en la que piensa cada vez que tiene que elegir qué papel interpretar y cuál no?
Ese proyecto en particular del que estás hablando lo tomé porque quería trabajar con Stallone (se ríe). Respeto lo que hizo con su carrera, y también es un actor increíble. Esa es la misma conexión que tuve con Zack (Snyder). Cuando conocí a Zack, fui a su oficina, que era mitad oficina y mitad gimnasio. De hecho, le robé esa idea y me hice un pequeño lugar así en Tampa. Yo conecto con estos tipos por esas razones. Chicos así en Hollywood no son fáciles de encontrar. Siento que estos son tipos de los que puedo aprender. Hay una lección para mí ahí. Porque no siempre es fácil mirarme a mí mismo por tener una historia en la lucha libre profesional. No es simple para la gente obviar eso y ver que realmente me encanta actuar, me encanta el cine. A veces para tratar de convencer a la gente de que eso es cierto tienes que tener una larga conversación. Y a veces hay personas que no te dan la oportunidad de tener esa conversación porque estás cubierto de tatuajes, porque eres muy alto y estás lleno de músculos.
-¿Con Zack Snyder aprendió algo sobre la actuación que quizás no sabía después de estos años de carrera?
Es extraño. Nunca sentí que Zack estuviera realmente tratando de tomar el control de mi actuación. Lo que me pareció realmente interesante es que vi cómo Zack intentaba cubrir mi actuación con su cámara. Él sólo estaba tratando de capturar ciertos momentos específicos de mi interpretación. También sentí un sentido de respeto porque él confiaba en que actuara como yo quería, o de la manera en que yo creía que era la correcta.
-Ahora que trabajó con él, ¿cree que Zack Snyder ocupa el lugar que se merece en la industria?
No sé. Creo que sí, porque es muy respetado. Pero a veces siento que los fanáticos de sus películas, los fanáticos de sus productos, tienden a pasar por alto el arte, y creo que la gente de la industria cinematográfica lo aprecia y lo respeta. El denominador común entre todas sus películas es que todas son visualmente impresionantes, son visualmente excepcionales. Pero también creo que es un gran narrador. Creo que cuanto más control le das a Zack, mejor será el producto. Es uno de los mejores cineastas de la industria.
-¿Qué es lo que más le emociona hoy: un par de películas nuevas de El ejército de los muertos o más cintas interpretando a Drax?
Ahora mismo la respuesta sería Drax. Y tengo que decirlo porque, hombre, ha sido un viaje increíble con los Guardianes. Me encanta todo lo que he hecho con Marvel, pero tienes que entender que cuando pienso en Guardianes, pienso en los miembros de la familia. Con (James) Gunn comenzamos este viaje juntos y hemos estado esperando hacer esta película durante años (la tercera parte) para terminar este viaje, porque se siente como un círculo completo. Cuando comenzamos fue una especie de apuesta. Si miras lo que nos ha sucedido... ¡Ahora Chris Pratt es una de las estrellas de cine más grandes del mundo! Cuando él aceptó ese trabajo no lo era. Caminé por las calles de Londres con Chris y más gente sabía quién era yo. Chris ya no puede caminar por la calle. Así que ahora mismo tengo muchas ganas de hacer esto, porque quiero cerrar este capítulo. El cierre es muy importante para mí. Siento que todas las estrellas están alineadas, y podemos concluir este capítulo de la manera correcta, en la forma en que debería ser. Y estoy deseando hacerlo.
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