La casa editorial donde se ha editado gran parte del material de Alejandra Pizarnik, Lumen, acaba de anunciar que publicará una nueva edición de Alejandra Pizarnik. Biografía de un mito, el texto que toca la vida de la poeta trasandina, escrito por Cristina Piña y Patricia Venti.
En declaraciones recogidas por Clarín, Piña señala que incorporan un dato que no se conocía de la autora de La tierra más ajena, respecto a su origen social: “Creíamos que Alejandra provenía de una familia pobre y descubrimos que tanto la rama materna como la paterna eran de clase media, de una formación cultural importante; su padre viene de una familia culta. El origen era otro. Luego, a sus 14 años tiene una visión del yo dividido, que es de una lucidez que revela que fue una chica prodigio, y no una enferma psiquiátrica entonces, como podría pensarse, por ejemplo una esquizofrénica”.
Sobre esto último, Piña asegura que no hubo nunca un diagnóstico certero sobre una enfermedad mental de Pizarnik. “Yo averigüé, consulté, lo pensé cuando leí ese texto porque la esquizofrenia suele aparecer a esa edad, en la adolescencia. Pero comprobamos que no, que revela en cambio un nivel de lucidez extrema. Y se murieron tanto Enrique Pichon Riviere -con quien también se analizó- como Ostrov. Así que no sabremos nunca si hubo alguna vez un diagnóstico firme. Vemos su deterioro, a partir del consumo de pastillas, el cóctel que tomaba por indicación médica y por voluntad propia. Y lo que conseguía por farmacéuticos o amigos: tomaba pastillas para todo, para dormir, para despertarse. A partir de cierto momento de su vida, ella es un coctel viviente y, evidentemente, hay un deterioro que se va profundizando”.
Pero el trabajo biográfico no solo se quedó en lo netamente archivístico. Piña también habló con familiares de la poeta y descubrió algunas cosas. “Estuve tres meses en 2016 yendo a hablar con su hermana Miriam y esas conversaciones me mostraron una imagen nueva, que también ayudó para desterrar algunas leyendas negras, como esa historia que asegura que había sido abusada por alguien de la familia: concluí que no, que eso no pudo haber pasado, porque el único familiar que tenía un perfil en esa línea -un tío parrandero que tomaba mucho y era mujeriego- no accedía a ella porque sus padres la cuidaban como gendarmes, no hubo posibilidad de que saltara esa guardia de corps que eran los padres”.
La biografía también toca información que deja zonas sin aclarar de su vida. “Ella dos veces en sus escritos nombra el hospital Saint Anne, el neuropsiquiátrico más importante de París en ese momento, y probablemente de toda Europa. No hubo forma de corroborar si estuvo internada en ese lugar o por qué lo menciona. Fui dos veces hasta allí, pero los archivos se tiran tras 10 años. Esas referencias van a quedar como parte del misterio de su vida, probablemente para siempre”, dice Piña
Alejandra Pizarnik. Biografía de un mito, llega en julio a las librerías trasandinas. En Chile, aún no hay fecha de llegada según informaron desde la editorial consultados por Culto.